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Cuenta regresiva hacia la COP30: el mundo se prepara para debatir el futuro climático en Belém, corazón de la Amazonia

Del 10 al 21 de noviembre de 2025, la ciudad amazónica de Belém do Pará recibirá a líderes globales, científicos y organizaciones de todo el mundo en la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), donde se debatirán las medidas urgentes para frenar el calentamiento global.

 

Por Patricia Escobar 

@argentinaforest 

 

BRASIL Y ARGENTINA (22/10/2025).- América Latina volverá a ser el epicentro de la diplomacia climática con una cumbre cargada de simbolismo: la selva más grande del planeta será el escenario de las negociaciones más decisivas del momento.

La COP30 buscará consolidar los esfuerzos internacionales para limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5 °C, impulsar nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC 3.0) y avanzar en los compromisos financieros adoptados en la COP29.

La transición energética justa también estará en el centro de la discusión. Brasil, como anfitrión, buscará mostrar avances en energías renovables, al mismo tiempo que enfrenta críticas por su dependencia de hidrocarburos y por la presión para expandir proyectos de gas y petróleo. Para América Latina, la pregunta será cómo aprovechar el potencial de energías limpias sin repetir patrones de extractivismo que profundizan desigualdades y conflictos socioambientales.

Las NDC 3.0: el nuevo punto de inflexión climático

Las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) son la columna vertebral del Acuerdo de París. Representan los compromisos que cada país asume para reducir sus emisiones y adaptarse a los efectos del cambio climático.

Las denominadas NDC 3.0, correspondientes a la tercera ronda de compromisos, deberán ser más ambiciosas que las actuales y podrían constituir la última oportunidad para encaminar al mundo hacia una trayectoria compatible con el objetivo de 1,5 °C, según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC).

Durante un discurso en julio de 2025, el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, insistió en que “una transición justa de los combustibles fósiles a las energías renovables es inevitable e inaplazable”, subrayando la necesidad de acelerar una revolución energética que garantice acceso universal a energía limpia y asequible.

El marco de acción: la Convención sobre el Cambio Climático

La UNFCCC, firmada en la histórica Cumbre de Río de 1992, estableció el régimen multilateral para responder al calentamiento global bajo el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”.

El acuerdo compromete a los países desarrollados a liderar la reducción de emisiones y a aportar recursos financieros, tecnológicos y de capacitación a las naciones en desarrollo.

Su estructura se apoya en cinco pilares: mitigación, adaptación, financiamiento, tecnología y capacitación, a los que en los últimos años se han sumado temas emergentes como pérdidas y daños, transiciones justas, género, juventudes, pueblos indígenas, agricultura y océanos.

La COP: el órgano decisorio global sobre el clima

La Conferencia de las Partes (COP) reúne a los 198 países que forman parte de la UNFCCC y constituye el principal espacio de negociación sobre el clima en el sistema de Naciones Unidas.

Cuenta con dos órganos subsidiarios —el de Implementación (SBI) y el de Asesoramiento Científico y Tecnológico (SBSTA)—, y también actúa como Reunión de las Partes del Protocolo de Kioto (CMP) y del Acuerdo de París (CMA).

Cada edición anual concentra el debate político, científico y financiero más relevante sobre el futuro climático del planeta.

Belém, epicentro del diálogo global

La COP30 se desarrollará en dos espacios principales dentro del Parque da Cidade: la Zona Azul, donde se llevarán a cabo las negociaciones oficiales, y la Zona Verde, abierta al público y dedicada al intercambio de ideas, innovación y participación social.

En la Zona Azul, organizada por la UNFCCC, se realizarán las plenarias, reuniones multilaterales, encuentros bilaterales y conferencias de prensa. Este espacio albergará también los pabellones nacionales, incluido el de Brasil, coordinado por el gobierno federal.

En la COP30, CAF y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica – OTCA coordinarán el Pabellón América Latina, Caribe y Amazonia, uno de los más grandes de la zona azul, para destacar la voz de la región y promover la innovación financiera, social e inclusiva frente al cambio climático

La Zona Verde, en tanto, será el punto de encuentro entre la sociedad civil, empresas, instituciones académicas y comunidades locales. Su objetivo es acercar la agenda climática a la ciudadanía mediante actividades educativas, culturales y de innovación sostenible, reforzando el llamado de la Presidencia de la COP a un *Mutirão Global* en favor del clima.

Tres objetivos centrales de la Zona Verde:

1. Valorar soluciones climáticas concretas: plataforma para presentar innovaciones, buenas prácticas y experiencias de mitigación y adaptación.

2. Ampliar el diálogo y la concienciación pública: espacio abierto al público local con actividades educativas y culturales.

3. Fomentar redes y alianzas: promover la cooperación intersectorial para acelerar la implementación de los compromisos climáticos.

Pero también habrá «zonas amarillas». El escenario amazónico, por sí solo, pondrá sobre la mesa el tema de la justicia climática y la protección de ecosistemas estratégicos. La deforestación, la minería y el agronegocio siguen siendo motores de emisiones y pérdida de biodiversidad, pero también fuentes de sustento económico para millones de personas. En Belém, se espera que las voces de los pueblos indígenas y las comunidades locales tengan una visibilidad inédita, recordando que no hay
soluciones climáticas posibles sin la defensa de los territorios y de los derechos colectivos.

La COP30 no será solo un evento diplomático: será una prueba para el
multilateralismo en tiempos de crisis climática, un examen para los compromisos del Acuerdo de París y una oportunidad única para que América Latina, y en particular la Amazonía, aparezcan en el centro de la conversación global.

América Latina, una región fragmentada

América Latina y el Caribe llega a la COP30 como una región profundamente fragmentada. Las divisiones ideológicas, geopolíticas y sobre modelos de desarrollo se reflejan tanto en las posiciones para negociar dentro de la CMNUCC, como en las alianzas externas: algunos países se inclinan hacia el “bloque occidental” -sea Estados Unidos y/o la Unión Europea-, otros hacia China -y el grupo de los BRICS de las economías emergentes-.

También hay discrepancias respecto al uso de créditos de carbono, la dependencia de combustibles fósiles y la adhesión al Acuerdo de Escazú.

La necesidad de cohesión sería clave para obtener más peso en el tablero multilateral, pero por ahora permanece solo como una intención. “Tenemos que empezar a encontrar esos puntos en común”, advirtió Cecilia Nicolini, diputada argentina en el Parlasur, el parlamento del bloque regional Mercosur, en una entrevista con Periodistas x el Planeta.

Para Nicolini, la región ya lidera discusiones en varias áreas vinculadas al ambiente. Destacó a Chile y Costa Rica en materia de océanos, México en mercados de carbono, Colombia en biodiversidad y figuras como la primera Ministra de Barbados, Mia Mottley, que impulsa la reconfiguración de la banca multilateral con la Iniciativa Bridgetown. Brasil, a pesar de sus contradicciones, habiendo reducido la deforestación, pero impulsando el petróleo, también se perfila como actor clave tanto en el plano regional como global.

Desafortunadamente, en el tablero de las negociaciones, estos liderazgos no caminan todavía en un frente conjunto. Lo cierto es que la unión latinoamericana dista de concretarse y, a pesar de ello, Soria planteó que, de cara a la COP 30, la región llegará con ciertos intereses en común.

 

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