España se enfrenta a un problema complejo que se agrava día a día con el cambio climático: los incendios son cada vez más intensos y conllevan consecuencias ecológicas y sociales sin precedentes. Pero frente al escenario de grandes incendios que avanzan en zonas rurales y urbanas, se expone la falta de gestión del combustible vegetal, abandono rural y necesario trabajo en la comunidad en prevención y toma de conciencia ante el riesgo de propagación de incendios. Victimas fatales, evacuaciones masivas, paisajes naturales destruidos y pérdidas económicas millonarias en las últimas semanas entre julio y agosto.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
ESPAÑA (13/8/2025).- Desde la Fundación Pau Costa marcaron su posición respecto a los grandes incendios forestales en España y reflexionaron sobre la necesidad de gestión de los montes en zonas rurales para evitar riesgos mayores, prevención y toma de conciencia de la comunidad sobre el peligro de uso del fuego en épocas criticas de propagación de incendios.
España se enfrenta a un problema complejo que se agrava día a día con el cambio climático: los incendios son cada vez más intensos y conllevan consecuencias ecológicas y sociales sin precedentes.
“La problemática de los grandes incendios forestales no puede abordarse con soluciones simples, basadas en creencias y mitos, ni desde discursos sesgados o incompletos. Como sociedad, tenemos la responsabilidad de afrontar este reto. Llevamos días ante una situación de simultaneidad de incendios forestales en España. Con 14 incendios activos en estos momentos, el fuego avanzó sobre a zonas de interfaz urbano-forestal en Tariga y Tres Cantos, arrasando con paisajes culturales como el espacio natural de La Médulas, y otros paisajes diversos de diferentes partes del país”, explican en el documento al que accedió ArgentinaForestal.com.
En las últimas semanas de agosto, se han llevado a cabo numerosas evacuaciones y un gran despliegue de servicios de emergencia. Y lo peor, lamentablemente, en los incendios de la temporada crítica de riesgos se han perdido vidas, incluido la de brigadistas forestales en un número como nunca antes.
Para la Fundación Pau Costa, lo que se está viviendo es “la consecuencia del abandono rural, de la falta de gestión (prevención) del riesgo de incendios, y de la falta de conciencia del riesgo de la comunidad”.
En tanto, los propietarios consideran que las administraciones deben “facilitar y acompañar, no solo prohibir”.
En ese contexto, vuelve a la palestra las propuestas que resumieron en la “Declaración de Incendios Forestales” en 2023, en el marco de un trabajo en consenso entre expertos del ámbito de combate de incendios forestales de toda España.
Entre las propuestas: “Es urgente gestionar anualmente, como mínimo, el 1%1 de la superficie forestal a escala nacional (260.000 ha) para preparar el territorio frente al paso de los grandes incendios forestales, priorizando zonas estratégicas de actuación”
Declaración sobre grandes incendios forestales en España
La presente declaración se fundamenta en los datos que fueron aportados por la ciencia, la experiencia de los servicios de extinción y las necesidades del territorio.
Son 15 puntos que se basan en los resultados obtenidos en el Foro de debate y propuestas de acción para la gestión de los grandes incendios forestales en España (Madrid, 29-30 marzo, 2023), impulsado por la Fundación Pau Costa, en el que participaron expertos y expertas de la comunidad de incendios forestales de diferentes sectores y regiones.
Entendiendo la necesidad de disponer de paisajes vivos, diversos, resistentes y resilientes a los grandes incendios forestales, consideraron lo siguiente:
1. Es necesario que la sociedad sea consciente de que los servicios de extinción no pueden hacer frente ellos solos a los grandes incendios forestales que, frecuentemente, se sitúan fuera de capacidad de extinción.
2. Hay que demandar que la sociedad sea corresponsable y asuma el riesgo inevitable de convivir con el fuego, puesto que la falta de gestión del paisaje lleva a escenarios indefendibles ante situaciones de grandes y simultáneos incendios forestales.
3. Se debe exigir que los servicios de extinción y de prevención puedan trabajar en paisajes seguros, para ellos y la sociedad.
4. Es urgente gestionar anualmente, como mínimo, el 1%1 de la superficie forestal a escala nacional (260.000 ha) para preparar el territorio frente al paso de los grandes incendios forestales, priorizando zonas estratégicas de actuación.
5. Para establecer la acción anterior urgente, inaplazable e imprescindible, es necesario destinar alrededor de 1.000M €/año2 para gestionar el paisaje forestal a escala nacional. Esta acción requiere un mantenimiento periódico para ser efectiva.
6. Se debe planificar y gestionar el territorio teniendo en cuenta la particularidad y riesgos de cada situación, fomentando donde sea necesario la heterogeneidad del paisaje y promoviendo la conservación de la naturaleza, con el apoyo de herramientas como la selvicultura, el uso del fuego y la herbivoría (doméstica y salvaje), entre otras.
7. Es prioritario planificar, ejecutar y mantener el 100% de las infraestructuras de protección en las zonas de interfaz urbano-forestales de España a fin de garantizar la seguridad de los ciudadanos/as. Se deben asegurar los recursos y medios para que las administraciones competentes lo puedan gestionar.
8. Es urgente que la administración y los residentes afectados desarrollen y ejecuten planes de autoprotección de urbanizaciones e infraestructuras frente a incendios forestales.
9. Es fundamental potenciar un mundo rural vivo, con un sector primario medioambiental sostenible, fomentando el consumo de productos locales y la puesta en valor de los productos forestales (madereros y no madereros).
10. Son necesarias medidas económicas como la disminución de la presión fiscal para habitantes y gestores del mundo rural, y la asunción del pago por servicios ecosistémicos por parte de la sociedad.
11. La conservación de la biodiversidad es una prioridad, y se debe garantizar que sea compatible con la gestión para la prevención de incendios forestales.
12. La preservación y gestión de los espacios naturales protegidos debe integrar, en zonas de alto riesgo, actuaciones de prevención de grandes incendios forestales, adaptadas a los regímenes de fuego, identificando zonas estratégicas de actuación en el interior de los mismos y asegurando la conservación de los valores y servicios ambientales que se quieren defender.
13. Es necesario, mediante la investigación, la educación y la comunicación, trabajar para lograr la convergencia de las visiones urbana y rural sobre los escenarios actuales de grandes incendios forestales. Debe hacerse hincapié en que el fuego es un elemento natural y cultural que ha moldeado nuestro paisaje y en la existencia de un riesgo inevitable a pesar de que se implementen medidas en el territorio.
14. Es necesario disponer de estadísticas anuales actualizadas a nivel nacional, con datos de impacto sobre extinción y prevención de incendios forestales. Estos datos deben cubrir a grandes rasgos, el comportamiento de fuego forestal, la tipología de operaciones desplegadas y su coste, así como el número y extensión de las acciones de prevención, tanto planificadas como ejecutadas.
15. Se debe legislar integrando la gestión de los incendios forestales en políticas estatales, europeas y sectoriales (conservación, urbanísticas y agrarias, principalmente), que anticipen, garanticen y financien la necesidad de atender prioritariamente la gestión preventiva del territorio.