FAIMA impulsa el uso de la madera como material estratégico en la transición hacia viviendas más eficientes y con menor impacto ambiental en la Argentina, destacando su capacidad de aislamiento térmico que permite reducir el consumo energético destinado a calefacción y refrigeración.
BUENOS AIRES (6/8/2025).- La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) resalta el rol estratégico de la madera en la construcción de viviendas más eficientes y sostenibles.
Gracias a sus propiedades aislantes naturales, este material permite reducir el consumo energético destinado a calefacción y refrigeración, generando ahorros de hasta un 32% y promoviendo un entorno más confortable.
Además de su bajo impacto ambiental y rápida ejecución en obra, FAIMA impulsa el desarrollo de normativas específicas para sistemas constructivos con madera, en línea con políticas públicas como el Programa Nacional de Etiquetado de Eficiencia Energética de Viviendas (PRONEV).
En un contexto donde el acondicionamiento térmico -calefacción y refrigeración- representa aproximadamente el 40% del consumo energético residencial en Argentina, el debate sobre los materiales de construcción cobra una relevancia central.
La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) destaca el potencial de la madera como un recurso clave para lograr viviendas más eficientes, confortables y sostenibles.
Aislamiento natural y mayor eficiencia energética
Gracias a su estructura celular, la madera funciona como un aislante natural, tanto térmico como acústico, con una baja conductividad térmica que permite conservar la temperatura interior por más tiempo.
Comparada con materiales convencionales, como el ladrillo o el hormigón, la madera ofrece un rendimiento térmico notablemente superior. Un muro de madera de 100 mm de espesor puede aislar hasta 3,6 veces más que el ladrillo y 5,7 veces más que el hormigón, traduciéndose en un ahorro energético de hasta 32% según la zona climática.
Este comportamiento térmico no solo garantiza confort en interiores —manteniendo temperaturas entre 18°C y 25°C y una humedad relativa entre el 30% y el 70%, conforme a los estándares internacionales—, sino que además reduce la dependencia de sistemas artificiales de climatización, aliviando la carga energética y económica de los hogares.
Además de sus virtudes térmicas, la madera permite acelerar los tiempos de obra y adaptarse con facilidad a distintos entornos, tanto urbanos como rurales.
Su transformación requiere menos energía que otros materiales como el acero o el hormigón, y al tratarse de un recurso renovable, proveniente de bosques gestionados de forma sostenible, se alinea con los compromisos globales de descarbonización y transición energética.
FAIMA también destaca el valor agregado que representa para las economías regionales: el uso de madera fomenta el empleo local, impulsa cadenas de valor y promueve el desarrollo territorial a partir de una industria con bajo impacto ambiental y alto potencial de innovación.
Normativas para consolidar la transición
Para avanzar hacia un modelo de vivienda más eficiente y sostenible, desde la Federación impulsan el desarrollo de normativas específicas para aberturas y envolventes construidas con madera.
También promueven la implementación del Programa Nacional de Etiquetado de Eficiencia Energética de Viviendas (PRONEV), conforme a las resoluciones 595/2024 y 129/2025, con el objetivo de garantizar estándares de calidad y desempeño térmico.
“Estas soluciones no solo cumplen con las exigencias térmicas vigentes, sino que lo hacen con un menor impacto ambiental y una mejor calidad de vida para las personas”, afirman desde la entidad.
Construir con madera no es solo una alternativa técnica: es una decisión estratégica hacia un modelo de vivienda más eficiente, accesible y respetuoso con el ambiente.
En este camino, FAIMA refuerza su compromiso con el desarrollo de políticas públicas que potencien esta industria y promuevan un cambio cultural y constructivo que ponga en valor los recursos nacionales.