El presidente estadounidense anunció un arancel del 50% a las importaciones brasileñas como represalia política por el juicio a Jair Bolsonaro. Lula responde con medidas espejo y acusa a Trump de «querer ser emperador». El presidente brasileño marcó su postura con firmeza: “Brasil tiene dueño, y es su pueblo”.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
Fuente: con informacion de Mirada Sur y Ambito
WASHINGTON / RÍO DE JANEIRO (julio de 2025). – Las tensiones entre Estados Unidos y Brasil alcanzaron un nuevo punto crítico esta semana, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump anunciara la imposición de un arancel del 50% a todas las importaciones provenientes de Brasil, en lo que definió como una «respuesta directa» a lo que considera una persecución judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro por parte del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
La medida, que entrará en vigor el 1 de agosto, representa la sanción comercial más severa impuesta por Washington a Brasil en la historia reciente y marca un giro drástico en las relaciones bilaterales, hasta ahora marcadas por la diplomacia pragmática.

En su red Truth Social, Trump calificó a Bolsonaro como un “líder fuerte e inocente”, víctima de una “caza de brujas”, y acusó al gobierno de Lula de “atacar la democracia brasileña desde adentro”.
Además, advirtió que seguirá de cerca los acontecimientos judiciales que involucran al expresidente ultraderechista, acusado de intentar revertir los resultados de las elecciones de 2022.

Lula responde con firmeza: “Brasil tiene dueño, y es su pueblo”
Desde la cumbre de los BRICS celebrada en Río de Janeiro, el presidente Lula rechazó enérgicamente las declaraciones de Trump y advirtió que Brasil responderá con medidas recíprocas.
“Este país tiene un dueño llamado pueblo brasileño. Que se preocupe por su vida y no por la nuestra”, dijo en conferencia de prensa, y anunció la aplicación inmediata de la Ley de Reciprocidad Económica, sancionada en abril para contrarrestar eventuales ataques arancelarios.
La cercanía entre Trump y Bolsonaro es de larga data. Durante sus mandatos, compartieron posturas frente al cambio climático, la inmigración y las instituciones multilaterales, además de fuertes vínculos con los sectores evangélicos conservadores.
Bolsonaro incluso fue apodado el “Trump tropical”. Ambos también fueron protagonistas de episodios similares: en enero de 2021, seguidores de Trump asaltaron el Capitolio; en enero de 2023, partidarios de Bolsonaro invadieron los edificios de los tres poderes en Brasilia. Ninguno de los dos líderes condenó con contundencia los hechos.

Consecuencias regionales y económicas
El anuncio de Trump provocó turbulencias inmediatas en los mercados: el precio del café y del jugo de naranja —productos de fuerte presencia brasileña— se dispararon en las bolsas estadounidenses.
Analistas advierten que esta escalada puede desembocar en una guerra comercial con repercusiones regionales, afectando economías que dependen de Brasil como principal socio comercial, como Argentina, Paraguay o Uruguay.
Varios expertos sostienen, por otro lado, que el conflicto tiene un fondo geopolítico más amplio. Lula ha promovido activamente el relanzamiento del bloque BRICS —que ahora suma a Indonesia y Arabia Saudita— como una alternativa multipolar al liderazgo de Estados Unidos. Esto no ha pasado desapercibido en Washington.
Trump, que critica regularmente al grupo, advirtió esta semana que “cualquier país que se alinee con políticas antiamericanas de los BRICS deberá pagar un arancel adicional del 10%. No habrá excepciones”.
En su discurso de cierre de la cumbre, Lula contraatacó: “No queremos un emperador. El mundo cambió. Somos países soberanos”, dijo, al tiempo que anticipó que el dólar perderá su rol como moneda hegemónica internacional, un proceso que, según él, “no tiene vuelta atrás”.
Clima global enrarecido
Con la ausencia de Xi Jinping y Vladimir Putin en la cumbre de los BRICS, se multiplican los rumores sobre crisis internas en las potencias emergentes. No obstante, Lula parece decidido a reforzar el liderazgo de Brasil en el sur global y tensar aún más el vínculo con Estados Unidos.
La guerra comercial desatada por Trump, más que un gesto de respaldo a Bolsonaro, parece un mensaje directo al eje alternativo que Lula intenta consolidar desde América Latina. En ese tablero, la diplomacia ha cedido paso a una confrontación ideológica y económica sin precedentes en la relación entre las dos mayores economías del hemisferio occidental.




