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Manejo forestal de la lenga en Tierra del Fuego: un ejemplo de caso

En una investigación conjunta de Milena Montangero, Joaquín Cano, Cristian Rivero y Santiago Favoretti, del Instituto de Ciencias Polares, Ambiente y Recursos Naturales de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego AeIAS (ICPA-UNTDF) y de Lenga Patagonia SA, comparten los resultados de un ejemplo de caso de estrategias de manejo sostenible.

TIERRA DEL FUEGO (15/5/2025).- Los bosques, en especial los nativos, son ecosistemas que contienen una porción significativa de la biodiversidad del planeta, pueden ser fuentes de recursos (madera, resinas, alimentos, medicinas, etc.), suministrar beneficios de regulación ecológica esenciales para el bienestar humano como la purificación del agua y el aire, o la retención de CO2 atmosférico (mitigando el calentamiento global), y brindar servicios culturales relacionados con el valor escénico del paisaje, la potencialidad del uso recreativo y turístico, entre otros.

Por esto, el manejo sostenible y sustentable es una estrategia fundamental para el mantenimiento de los servicios ecosistémicos de los bosques, y una herramienta clave para evitar la degradación y permitir su aprovechamiento en el futuro.

La actividad forestal productiva argentina está dominada por el uso de plantaciones exóticas, con especies de crecimiento rápido, en el noreste del país. En Patagonia, se utilizan principalmente los bosques de lenga (Nothofaguspumilio), una especie nativa de gran importancia foresto-industrial.

Si bien la lenga forma bosques mixtos a lo largo de su distribución, los de mayor valor productivo son los bosques puros (Figura 1).

En Tierra del Fuego, Argentina, se han aprovechado los bosques desde la llegada de los primeros colonizadores a fines del siglo XIX hasta la actualidad, con diferentes intensidades y metodologías. Si bien la provincia adhirió a la Ley nacional N°13.273/48 de “Defensa de la Riqueza Forestal”, recién en 1995 la actividad pasó a tener una regulación provincial.

En 2012, en función de la Ley Nacional de Bosque Nativo N°26.331, la provincia generó un nuevo marco normativo para el manejo de los bosques nativos.

Una de las empresas forestales que realiza manejo forestal bajo estas leyes y normativas es Lenga Patagonia SA. Se encuentra ubicada a 10 kilómetros al norte de Tolhuin, posee una planta foresto-industrial y alrededor de 50.000 ha de bosques de lenga en la Isla Grande de Tierra del Fuego.

La empresa, que dentro del rubro es una de las más importantes de Argentina, está establecida en la provincia desde mediados de los 90’s. Para desarrollar correctamente su actividad forestal, la empresa debe planificar, ejecutar y monitorear las actividades que realiza.

Para tal fin se instalan parcelas de monitoreo permanente en la superficie bajo manejo forestal. El monitoreo activo durante el aprovechamiento es fundamental para identificar potenciales errores en la ejecución y actuar a tiempo para modificarlos, evitando pérdidas en la producción y una degradación del recurso.

Figura 1. Área de la distribución de bosques de lenga (Nothofaguspumilio) en Tierra del Fuego, Argentina.

Estrategia de manejo utilizada

El sistema silvicultural utilizado por Lenga Patagonia S.A. es el de cortas sucesivas con regeneración natural bajo un dosel de protección. Este tipo de manejo busca asemejarse al comportamiento de la dinámica natural de la lenga y, además, generar un bosque uniforme y aprovechable a futuro.

Esta metodología, en el caso de la lenga, apunta a realizar varias intervenciones sucesivas que generen condiciones óptimas, primero para que se produzca la regeneración y luego para que esta regeneración tenga una menor competencia por parte de los árboles remanentes.

Las intervenciones se realizan espaciadas en el tiempo, en función de la velocidad de crecimiento de la lenga. Para monitorear esta recuperación luego de las intervenciones, la metodología seleccionada implica la instalación de parcelas permanentes de áreas fijas (Figura 2).

Las parcelas de monitoreo permanente son una estrategia de seguimiento y control del estado del bosque.

En el caso de las que se incluyen en bosques bajo cosecha comercial, son útiles a la hora de determinar la evolución que tenga su estructura a lo largo del tiempo. La evolución de la masa boscosa luego del aprovechamiento es un indicador útil para evaluar y corregir las prácticas forestales, tanto en términos de eficiencia de uso, como de impacto que las intervenciones tengan en la regeneración natural del bosque.

 

Variables dasométricas utilizadas para el monitoreo

En base a la estrategia mencionada, las dos principales características a monitorear para asegurar un desarrollo correcto de las actividades productivas y de manejo del recurso son: la estructura horizontal remanente y la regeneración del bosque (nueva cohorte).

  • Estructura horizontal del bosque

Para el monitoreo de la estructura horizontal del bosque es necesario determinar la misma pre aprovechamiento y post aprovechamiento. Con ese fin se instalan las parcelas, en las que se relevan las siguientes variables:

1.- el área basal (AB);

2.- el diámetro de los árboles a la altura del pecho (DAP);

3.- la altura dominante promedio;

4.- el daño provocado por la cosecha en los árboles remanentes;

5.- la ubicación espacial de los árboles remanentes, y

6.- el diámetro de los tocones.

El área basal se define como el área correspondiente a una sección transversal a la altura del pecho de los troncos de un sitio y suele expresarse en m2/ha, es una medida muy utilizada en el manejo forestal y representa el grado de ocupación de un rodal. Para el caso de estudio, esta variable se determina de dos formas: midiendo el DAP de todos los árboles dentro de la  parcela y mediante el método de radio variable o de Bitterlich.

El DAP se registra en las parcelas con el objetivo de calcular el área basal y para caracterizar la frecuencia diamétrica del rodal remanente. Con la medida de diámetro de los tocones es posible obtener el DAP de cada árbol y a través de eso calcular el volumen cosechado, así como también la frecuencia diamétrica de los árboles cosechados.

Por lo tanto, con los valores de área basal cosechada y remanente y con la frecuencia diamétrica cosechada y remanente, es posible conocer la estructura horizontal original del bosque y analizar cómo se desarrolló el aprovechamiento. Otra variable que se registra es el daño presente en los árboles remanentes.

El daño es un indicador de buenas prácticas de aprovechamiento forestal, en particular, el daño en la base del árbol brinda información sobre su persistencia a futuro, ya que una base dañada suele implicar una esperanza de vida menor.

  • Regeneración del bosque

Para caracterizar el estado de regeneración del bosque se calcula la densidad de plantas de lenga por hectárea, su estado de salud , es decir el porcentaje que muestra signos de enfermedad o daño por ramoneo, y su altura promedio. Se considera como regeneración a todo individuo con un DAP menor a 5 cm.

  • De la teoría a la realidad

Presentamos como ejemplo un caso real en el que se pusieron en práctica los conceptos enunciados. Para la medición de las variables mencionadas se establecieron parcelas permanentes una vez finalizado el aprovechamiento, en sitios con accesibilidad vial y representativos del manejo efectuado.

Esto es de gran importancia para permitir la remedición de las parcelas en el tiempo.

En esa misma línea, el número de parcelas debe ser el mínimo indispensable, para que sea logísticamente plausible sostener el monitoreo año a año. Los resultados obtenidos durante los primeros dos años de intervención en el ejemplo de manejo elegido se detallan a continuación:

Figura 2. Esquema de parcela permanente (PP) (arriba) y disposición espacial y diámetro de los árboles remanentes registrados en seis parcelas permanentes instaladas durante enero de 2023 (abajo).

El área basal de las parcelas remanentes se encuentra alrededor de los 30 m2/ha (Figura 3A). Esto es algo positivo teniendo en cuenta que, en tratamientos silvícolas con cortas de protección, el área basal remanente debe tener como mínimo 30m2/ha según los decretos reglamentarios de la Ley N° 145 de Tierra del Fuego AeIAS, que regula la actividad forestal en la provincia.

Si estuviéramos en la condición de un área basal excesiva, se debería pensar en ejecutar una corta adicional para permitir la regeneración del bosque. A su vez, el área remanente es homogénea en toda el área cosechada, esto permitirá que se genere un bosque homogéneo a futuro (Figura 3A).

Asimismo, el área basal posee alrededor de un 25% de la estructura con daño en la base (Figura 3C). Si bien este valor no es elevado, se podría monitorear más de cerca el apeo y rastreo para disminuir el mismo.


Figura 3: A: Área basal cosechada y remanente en las diferentes Parcelas Permanentes y el promedio de todas. La línea negra continua indica el Área basal deseada y las líneas punteadas los umbrales superior e inferior. B: Frecuencias diamétricas de los árboles remanentes y cosechados presentes en todas las PP; C:Proporción de estados de daño de árboles remanentes por PP en 2023.

La extracción se centró mayoritariamente en los individuos que se encuentra entre los 40 y 50 cm de DAP, esto es debido a que es de interés conservar los árboles con diámetros más pequeños y más grandes. Estos últimos son más estables, conservan una gran biodiversidad y proveen una cobertura adecuada para el dosel remanente (Figura 3C).

En el caso de los árboles de diámetros menores, que corresponden a individuos más jóvenes, es fundamental que estos permanezcan en pie porque dentro de 15-20 años serán los árboles que ocupen la clase diamétrica de 40 cm y por lo tanto los de mayor interés productivo.

Al monitorear y evaluar la regeneración del bosque posterior a su aprovechamiento podemos conocer no solo la dinámica del bosque, sino también su estructura.

El tipo de monitoreo que se realiza en Tierra del Fuego a través de parcelas permanentes permite evaluar, de manera temprana y a lo largo del tiempo, el estado de los bosques de lenga bajo cosecha, asegurando que no se degraden y sigan brindando sus servicios ecosistémicos a las próximas generaciones.

 

 

Autores: Milena Montangero1, Joaquín Cano1, Cristian Rivero2& Santiago Favoretti1,2

1 Instituto de Ciencias Polares, Ambiente y Recursos Naturales. Universidad Nacional de Tierra del Fuego AeIAS (ICPA-UNTDF)

2  Lenga Patagonia S.A.

 

 

Este artículo forma parte del espacio mensual de la REDFOR.ar, en ArgentinaForestal.comque busca divulgar y generar debate sobre la problemática forestal del país. Las opiniones pertenecen a los autores.

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