Alejandro Casagrande, presidente de Corma Biobío y Ñuble, alertó sobre el estancamiento estructural de la economía chilena y llamó a impulsar la inversión, la productividad y la seguridad para revertir la crisis en el sector forestal, que ya perdió 48 mil empleos en la última década. En los últimos diez años, la superficie de plantaciones productivas ha disminuido un 14%.
Fuente: CORMA
CHILE (17/4/2025).- “El país necesita crecer sobre un 4 o 5% anual”. Con esa frase categórica, Alejandro Casagrande, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma) Biobío y Ñuble, planteó la urgencia de reactivar la economía chilena como única vía para generar empleos formales, mejorar el bienestar de las personas y fortalecer sectores clave como el forestal.
En una columna de opinión, Casagrande advirtió sobre el estancamiento estructural de la economía, reflejado en cifras alarmantes. Según datos del Banco Central, el crecimiento tendencial estimado para el período 2024-2035 apenas alcanzaría el 1,8%, un nivel insuficiente para revertir la desaceleración productiva del país.
“La productividad está estancada desde hace dos décadas y la inversión, que a comienzos de los 2000 crecía a tasas del 9% anual, cayó a solo un 0,6% en los últimos diez años. Peor aún, en 2024 disminuyó un 1,4%, especialmente por la contracción en maquinaria y equipos. Esta situación es una muy mala noticia para la economía y el empleo”, alertó.
El dirigente gremial también se refirió a la crítica situación del sector forestal, uno de los más importantes para las regiones del sur. “No estamos ajenos a esta problemática. Hemos visto una caída en la productividad, una reducción sostenida de la inversión y la pérdida de miles de hectáreas plantadas. Esto afecta gravemente a la industria, en especial a las pequeñas y medianas empresas”, subrayó.
En términos de empleo, los números son igualmente preocupantes: en los últimos 10 años, el sector forestal perdió 48 mil puestos de trabajo, lo que, para Casagrande, demuestra la urgencia de implementar medidas concretas para recuperar competitividad, fomentar la innovación y garantizar condiciones seguras para la inversión.
“Seguridad, productividad, inversión y reactivación deben ser nuestras prioridades. Si no tomamos decisiones ahora, los costos sociales serán cada vez más altos”, concluyó.
El sector forestal es parte de la solución
Clave para ello, es generar condiciones habilitantes que permitan y fomenten la inversión y la creación de empleos permanentes y de calidad. Se debe terminar de una vez por todas, con los hechos de violencia que vienen afectado a nuestro sector por décadas, como atentados e incendios, que afectan no solo a nuestro sector, sino también a otros sectores, a las comunidades y miles de personas que viven y trabajan en el mundo rural.
Clave es apoyar a los pequeños y medianos propietarios de bosques, para recuperar los sectores afectados por los incendios y volver a reforestar. En el Biobío son 42.000 hectáreas afectadas, que podrían generar cerca de 9 mil puestos de trabajo anuales, según Conaf.
Si incorporamos las superficies forestales descubiertas y no afectadas, llegamos a cerca de 140.000 hectáreas a recuperar en el Biobío, con todo el beneficio social, ambiental y económico para la región y sus habitantes. Estas son inversiones de largo plazo que requieren incentivos claros y sostenibles, para pequeños y medianos propietarios. Sin una política pública decidida en esta dirección, el impacto económico, ambiental y social en el mundo rural será profundo y duradero.
Clave es conectar el déficit habitacional de nuestro país y región, con los métodos modernos de construcción en madera y específicamente con casa industrializadas en madera, con la participación de las pymes industriales madereras. Para ello, se requiere una demanda asegurada para este tipo de viviendas, permitiendo una reactivación de este sector, que en los últimos años ha sufrido el cierre en el país, de 200 pequeños y medianos aserraderos.
Si queremos un Chile con más oportunidades, mayor crecimiento y empleos de calidad, debemos actuar ahora. Es clave recuperar la inversión, fortalecer la seguridad y generar incentivos que permitan que el sector forestal siga siendo un motor de desarrollo para la región y el país.
Algunos datos que reflejan esta realidad:
- En los últimos diez años, la superficie de plantaciones productivas ha disminuido un 14%.
- El crecimiento tendencial proyectado para 2024-2035 es de solo un 1,8%.
- Aproximadamente 200 aserraderos pequeños y medianos han cerrado.
- La participación de las pymes industriales madereras en las exportaciones ha disminuido en un 50% entre 2016 y 2024 (Infor).