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Científicos españoles descubren fugas masivas de metano en el subsuelo antártico, una amenaza para el clima global

Una expedición científica detecta columnas de gas que emergen del fondo marino, con potencial para acelerar el calentamiento del planeta. El inquietante hallazgo fue del equipo de científicos españoles que, hasta el pasado 8 de febrero, realizaron una expedición en la Antártida a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, operado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

 

Fuente: El País y Tiempo

 

ESPAÑA (14/2/2025).- Un equipo de científicos españoles ha identificado “emisiones masivas” de metano en el subsuelo marino de la Antártida, un gas con un efecto invernadero 30 veces más potente que el dióxido de carbono (CO₂).

El metano es un gas de efecto invernadero que tiene una capacidad de calentamiento 40 veces superior al dióxido de carbono (CO₂). Por eso, su liberación a la atmósfera puede acelerar el calentamiento global de manera muy significativa y amplificar el efecto invernadero.

El inquietante hallazgo fue del equipo de científicos españoles que, hasta el pasado 8 de febrero, ha estado realizando una expedición en la Antártida a bordo del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, operado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Los investigadores observaron columnas de gas de hasta 700 metros de largo y 70 metros de ancho, según informaron Ricardo León y Roger Urgeles, líderes de la expedición.

Tras concluir las investigaciones, los biólogos responsables de los trabajos han advertido de la presencia de emisiones masivas de metano que proceden del subsuelo marino del continente helado, lo que representa un importante peligro para el clima global.

Este hallazgo inédito, del que se ha hecho eco El País, podría tener consecuencias graves para el clima global.

El metano, acumulado en el fondo marino hace unos 20.000 años en forma de hidratos, se está liberando debido al deshielo de la capa antártica. “Es como un hielo que, si le acercas fuego, ardería”, explicó Urgeles, del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona.

Este proceso, conocido como rebote posglaciar, ocurre porque la reducción del peso del hielo permite que el continente se eleve, facilitando la liberación del gas atrapado.

La expedición se centró en la península antártica, una de las zonas más afectadas por el cambio climático, con un aumento de más de tres grados en los últimos 50 años. “Estimamos que hay unas 24 gigatoneladas de carbono almacenadas en los hidratos de metano aquí, equivalente a las emisiones globales de dos años”, señaló Urgeles.

Además, los científicos advierten que la inestabilidad de los sedimentos marinos podría provocar deslizamientos submarinos capaces de generar tsunamis, similares a los ocurridos en el Ártico hace miles de años.

La preocupación en la comunidad científica respecto a este descubrimiento va en aumento: si lo que está ocurriendo en la Antártida se reproduce en otras áreas del planeta, las consecuencias serían catastróficas.

Con el fin de abordar esta problemática, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) han puesto en marcha el proyecto ICEFLAME. El objetivo es localizar y monitorizar las fugas de metano en el Océano Austral vinculadas al retroceso de los glaciares.

El equipo científico, compuesto por 26 personas, ya está recopilando datos del fondo oceánico mediante el empleo de sondas sísmicas y el análisis de muestras de sedimento recogidas a profundidades que oscilan entre los 500 y los 4.000 metros.

Avanzar en la investigación de estas emisiones es vital para comprender mejor los procesos que ocurren en el fondo marino antártico y para desarrollar estrategias con las que mitigar los efectos dañinos que la liberación del metano están produciendo en el clima global.

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