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Más madera para un futuro sostenible: el modelo sueco y la oportunidad para la construcción en la Argentina

El 28 de enero se conmemora el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, instaurado por la ONU en 1997 con el objetivo de concientizar sobre el impacto del cambio climático. En este contexto, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) destaca la necesidad de impulsar el uso de la madera en la construcción y el mobiliario. El caso de Suecia, un ejemplo sobre el aporte de la madera a reducir el impacto ambiental, con el proyecto Stockholm Wood City.

 

Fuente: FAIMA

 

BUENOS AIRES (28/1/2025).- Suecia se ha consolidado como un referente mundial en la construcción sostenible, demostrando que es posible reducir las emisiones de carbono sin sacrificar el crecimiento económico.

Su apuesta por la madera como material principal en edificaciones y su estrategia de transición ecológica podría servir de inspiración para el sector forestal argentino, que busca ampliar su protagonismo en el desarrollo sostenible del país.

El 28 de enero se conmemora el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, instaurado por la ONU en 1997 con el objetivo de concientizar sobre el impacto del cambio climático. En este contexto, la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) destaca la necesidad de impulsar el uso de la madera en la construcción y el mobiliario.

La madera, además de ser natural y renovable, tiene una gran capacidad de captación de dióxido de carbono, convirtiéndose en una alternativa clave para la descarbonización de la industria.

«El paradigma de Suecia, que ha logrado reducir sus emisiones netas en un 80% desde 1990, es un modelo a seguir para Argentina en materia de desarrollo sostenible», afirman desde FAIMA.

La madera, aliada del crecimiento económico y la sostenibilidad sueca

Suecia ha demostrado que el crecimiento económico puede ir de la mano con la reducción de emisiones. Con un 70% de su superficie cubierta por bosques, ha convertido a la madera en un pilar de su economía.

Un ejemplo destacado es el proyecto «Stockholm Wood City», que está en plena construcción y será la ciudad de madera más grande del mundo, con 250.000 metros cuadrados destinados a oficinas, viviendas, comercios y restaurantes. En el país, el 16% de los nuevos edificios se construyen con madera, cifra que se ha duplicado en la última década.

Stockholm Wood City se construirá en Sickla, al sureste del centro de Estocolmo, y tomará forma como “un entorno urbano vibrante con una mezcla de lugares de trabajo, viviendas, restaurantes y tiendas”, según revela un comunicado de prensa.

Con 7.000 espacios de oficina y 2.000 viviendas, que abarcan un total de 250.000 metros cuadrados, la ciudad incorporará elementos orgánicos inspirados en la naturaleza y encarnará un ambiente forestal. De hecho, la tendencia de utilizar madera en la construcción y el diseño de interiores no hace más que crecer, como lo demuestra este ambicioso proyecto, que destaca la creciente preferencia por la madera como material versátil, sostenible y estéticamente agradable.

A nivel global, existen más de 139 edificios de madera en masa (mass timber) de ocho pisos o más, concentrados mayormente en Europa y América del Norte. En América Latina, la tendencia ya ha comenzado en países como Chile, Uruguay, Brasil, Perú y México.

Sin embargo, en Argentina, a pesar del crecimiento en la última década, aún persisten desafíos como la falta de estandarización, políticas públicas adecuadas y capacitación en el uso de la madera como material constructivo.

Las ciudades son responsables del 70% de las emisiones de carbono y albergan al 55% de la población mundial.

Para 2050, se estima que siete de cada diez personas vivirán en entornos urbanos, lo que resalta la urgencia de transformar la infraestructura y los hábitos de consumo hacia alternativas más sustentables.

El uso de la madera proveniente de una gestión forestal sostenible permite sustituir materiales no renovables y de alto consumo energético, como el cemento y el acero.

Además, su aplicación en edificaciones ayuda a reducir la huella de carbono, contribuyendo a la mitigación del cambio climático y a la promoción de una bioeconomía circular con alto impacto en la generación de empleo.

«La madera no solo almacena CO2 en su estructura, sino que también puede reemplazar productos de origen fósil y materiales de alto impacto ambiental, promoviendo una descarbonización efectiva de las cadenas de suministro», explican desde FAIMA.

Hacia una política pública de promoción del uso de la madera

Para que Argentina pueda aprovechar al máximo el potencial de la madera en la construcción, es fundamental implementar políticas públicas que fomenten su uso, brinden información técnica, incentiven la preservación de bosques y promuevan la reforestación. Además, es clave fortalecer la capacitación en el sector y generar conciencia sobre los beneficios ambientales y económicos de esta alternativa sostenible.

«Las ciudades que utilizan madera en la construcción se convierten en infraestructuras de captura y almacenamiento de carbono. Además, la ubicación estratégica de árboles en las urbes puede reducir significativamente el consumo de energía para calefacción y refrigeración», destacan desde FAIMA.

Con una adecuada planificación y una mayor adopción de la madera en la construcción, Argentina podría seguir el ejemplo sueco y avanzar hacia un modelo de desarrollo que conjugue crecimiento económico y sostenibilidad, sentando las bases para un futuro más verde y resiliente.

 

 

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