Se realizó el miércoles 13 de noviembre, la primera evaluación en el país para certificar competencias laborales de jóvenes y adultos Mbya Guaraní con la normalización del rol de «Operarios de Biodiversidad». Esta iniciativa busca validar los conocimientos sobre la selva misionera, rescatando sus saberes ancestrales y promoviendo su integración laboral en proyectos de conservación. Participaron 16 jóvenes, entre ellos dos mujeres, y representantes de organismos gubernamentales, empresas y comunidades indígenas. El programa, impulsado desde hace 20 años por AFoA, UATRE y la Subsecretaría de Trabajo de la Nación, destaca como un paso significativo hacia la inclusión, la preservación cultural y la sostenibilidad.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
MISIONES (16/11/2024).- Este miércoles se llevó a cabo en dos comunidades Mbya Guaraní de Fracrán, en San Pedro, la primera evaluación de competencias laborales en el país que reconoce los saberes ancestrales de jóvenes y adultos indígenas en el rol de “Operarios de Biodiversidad”.
Este proceso, que valida sus conocimientos en el territorio de la Selva Misionera, busca integrarlos al mercado laboral en roles clave para la conservación del bosque nativo, realizar trabajos de campo como auxiliares de investigadores o recabando datos para inventarios de bosques nativos, entre otras actividades.
La jornada de evaluación fue organizada en el marco del Programa de Certificación de Competencias Laborales, impulsado por la Asociación Forestal Argentina (AFoA), la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), y la Subsecretaría de Trabajo de la Nación, con el apoyo de Arauco Argentina. Además, participó Francisco Rodríguez, director de Asuntos Indígenas de Misiones; Alejandro Benitez, del Consejo de Caciques, y la Fundación Marangatú, todos fortaleciendo un enfoque integral de inclusión y reconocimiento cultural.
Un proceso de inclusión laboral y valoración de saberes
En la jornada se evaluaron las competencias de 19 jóvenes Mbya Guaraní, incluidas dos mujeres, además de otras tres personas que no cumplieron con el requisito de edad mínima (18 años). Durante el proceso, los evaluados demostraron su profundo conocimiento de la biodiversidad misionera, identificando especies nativas, flora y fauna, y proponiendo estrategias de conservación.
“Este nuevo rol de Operario de Biodiversidad no solo destaca la riqueza cultural de las comunidades indígenas, sino que también promueve su integración en proyectos de conservación de áreas de bosque nativo y reservas naturales”, señaló Misael Bustos, coordinador del programa, en una entrevista con ArgentinaForestal.com.
En paralelo, se realizaron actividades de plantación de árboles nativos, donde participaron líderes de la Nación Mbya, como Alejandro Benítez, Jefe del Consejo de Caciques, y autoridades como el docente Rosalino Duarte, quien además actuó como traductor para avanzar en esta iniciativa, facilitando el entendimiento del idioma para la interacción entre evaluadores y las comunidades indígenas.
Reconocer para integrar
El programa de certificación, que lleva más de dos décadas estableciendo estándares en el sector forestal, sumó un nuevo capítulo al crear la norma para el rol de Operario de Biodiversidad. Esta iniciativa surgió en 2004, y en una oportunidad, relata Bustos que un joven Mbya expresó la necesidad de encontrar trabajo ante las barreras de discriminación.
Desde entonces, se comenzó a diseñar un proceso que valida los conocimientos ancestrales como una herramienta para el empleo sostenible.
“Los jóvenes Mbya tienen un conocimiento detallado del bosque nativo: identifican especies arbóreas, aves asociadas y áreas de conservación. Este saber es invaluable para proyectos como inventarios forestales o monitoreo de fauna con cámaras trampa, herramientas esenciales para la conservación”, explicó Bustos.
La participación de traductores como Rosalino Duarte y otros Auxiliares Docentes Indígenas (ADI) será crucial en el proceso de evaluar las competencias de los indígenas.
“Su rol no solo facilitó la comunicación, sino que también aseguró que las normas y consignas fueran comprendidas desde la perspectiva cultural de los evaluados. Este enfoque permitió un intercambio lingüístico y cultural enriquecedor, con beneficios mutuos entre evaluadores y las comunidades”, destacó Bustos.

Un acto simbólico y emotivo
La jornada culminó con la plantación de un árbol de palo rosa, especie en peligro de extinción y Monumento Natural Provincial. Este acto, liderado por Alejandro Benítez, generó un profundo compromiso entre los jóvenes Mbya, quienes reafirmaron su papel como guardianes de la selva.
“Para nuestra cultura, plantar un árbol es un símbolo de vida, un compromiso con la naturaleza y con las enseñanzas de nuestros ancestros. Cuidar este palo rosa es proteger nuestro hogar y nuestra herencia”, reflexionó Benítez, en una oportunidad que concedió una entrevista con ArgentinaForestal.com
El evento también destacó la transmisión intergeneracional de valores, con los jóvenes Mbya mostrando respeto hacia sus mayores, un principio fundamental de su cultura.
Proyección hacia el futuro
Misael Bustos calificó la experiencia como extraordinaria en sus 20 años de trabajo en certificación de competencias. Subrayó que este proceso de normalización del rol de Operario de Biodiversidad no solo representa un avance técnico, sino también un paso decisivo hacia la integración laboral de las comunidades indígenas.
“Este programa fomenta un aprendizaje recíproco. Valorar sus saberes y facilitar su inclusión laboral en proyectos de conservación no solo beneficia a las comunidades, sino también al futuro de nuestros bosques nativos,” concluyó.
Este esfuerzo por reconocer los saberes ancestrales en Misiones marca un precedente en el país, promoviendo la inclusión, el respeto cultural y la sostenibilidad en uno de los ecosistemas más valiosos del mundo: la selva misionera.
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