El presidente instruyó a los diplomáticos a defender «la vida, la libertad y la propiedad», advirtiendo que quienes no se alineen con estos principios deben renunciar. Considera la Agenda 2030 como un programa de corte socialista que Argentina no respaldará.
Fuente: Página 12
Buenos Aires (19 de octubre de 2024) – El presidente argentino Javier Milei ha dado un nuevo paso en su intervención directa sobre la política exterior del país. En una nota enviada a todo el cuerpo diplomático – que trascendió y publicó Página 12-, ordenó incluso a funcionarios fuera de la Cancillería, que «se abstengan de hacer declaraciones relacionadas con la Agenda 2030 de la ONU», exigiendo alineación total con los principios de «vida, libertad y propiedad».
Milei calificó la Agenda 2030, que Argentina firmó en 2015 bajo la presidencia de Cristina Kirchner, como un programa de corte socialista, incompatible con los valores que promueve su administración.
«La República Argentina no acompañará ninguna medida que atente contra estos valores fundamentales de la civilización occidental», expresó en el comunicado dirigido a la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, y a todo el Servicio Exterior.
Intervenciones en la Cancillería
El control de Milei sobre la Cancillería se ha intensificado desde que asumió la presidencia. Tras la destitución del embajador Ricardo Lagorio ante la ONU y del subsecretario Leopoldo Sahores, el presidente ahora impone un alineamiento total en la política exterior.
El mensaje fue claro: cualquier funcionario que no esté dispuesto a defender los principios de su gobierno debe «dar un paso al costado».
En el comunicado, Milei también arremetió contra la ONU, reafirmando sus críticas ya expresadas en la Asamblea General de septiembre, donde acusó a la organización de «violar sistemáticamente la libertad» con políticas como las cuarentenas globales durante la pandemia de COVID-19, a las que calificó de «delito de lesa humanidad».
La Agenda 2030 y el Pacto del Futuro en la mira
La Agenda 2030 de la ONU, aprobada en 2015, es un plan internacional para alcanzar el desarrollo sostenible en los países miembros, abordando temas como la erradicación de la pobreza, la reducción de desigualdades y la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, Milei ha manifestado su rechazo, sosteniendo que «aunque bienintencionada en sus metas», es «un programa de gobierno supranacional de corte socialista» que «violenta el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad».
El presidente también vinculó esta agenda con políticas que, según él, frenan el crecimiento económico y «entorpecen el uso libre de los recursos naturales», lo que afecta particularmente a los países en vías de desarrollo.
Presiones sobre el cuerpo diplomático
Milei dejó claro que la nueva dirección de la política exterior argentina demanda un esfuerzo total por parte de los diplomáticos y funcionarios. «Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado», advirtió. La instrucción se envió mediante el sistema interno GEDE, copiada a más de 400 funcionarios, incluyendo exembajadores.
El enfoque del gobierno argentino bajo Milei se distancia radicalmente del multilateralismo promovido en años anteriores.
En un contexto de crecientes tensiones diplomáticas y cuestionamientos internos por la política salarial del sector exterior, el presidente parece decidido a reformar la política exterior en línea con sus principios libertarios, impulsando un cambio drástico en el posicionamiento del país ante la comunidad internacional.
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