Escribe Mario Elizondo, Ingeniero Forestal.
BUENOS AIRES (Octubre 2024).- Allá por los años 70, Impulsada por un reducido grupo de Ingenieros Forestales a instancias del colega Sergio Mario Larrocca -ya fallecido-, se creó la Asociación de Ingenieros Forestales Peronistas. En esa época, la cifra de Ingenieros Forestales en el país no superaba en mucho a los 45, graduados en las dos casas de estudios Forestales que había en el país.
La Facultad de Ingeniería Forestal de Santiago del Estero, que dependía de la Universidad de Córdoba y la Escuela Superior de Bosques que dependía de la Facultad de Agronomía de La Plata (ESB). Esta última otorgaba ese título universitario; luego de cumplir con las materias de lo que podríamos llamar el ciclo básico de la carrera de Ingeniería Agronómica (los primeros 3 años), se dictaba luego un curso de 16 materias más, con la orientación forestal, para quienes quisieran acceder al título de Ingeniero Forestal.
El ingeniero Lucas Tortorelli, era un referente del sector, que había regresado al país, luego de haber sido funcionario de la FAO. Había sido un fuerte impulsor de la necesidad de crear la carrera específicaen materia forestal.
Como dato anecdótico que tal vez interese, en la ESB de La Plata, como casi no tenía una matrícula de interesados, prácticamente iba camino a no tener alumnos. Por lo que se intentó mejorar la performance, con una decisión estrafalaria, permitiendo que los egresados de las carreras de Ciencias Naturales ingresaran …y con los dos años en la ESB, obtuvieran el título de ¡Ingeniero Forestal!
Por eso hubo geólogos que se recibían de ingenieros forestales. Tal vez haya habido algún Biólogo o Antropólogo o Genetista, que haya obtenido así, su segundo título universitario.
En mi caso fue suficiente antecedente para percibir que a la Ingeniería Forestal iba a ser muy difícil sostenerla, aparecía como novedad de poco interés y lo hacía compitiendo por el espacio que ocupaban los ingenieros agrónomos por el simple hecho de tener en la curricula de materias solo una de contenido forestal. Dasonomía.
Nunca entendí porque a una ciencia como la forestal había que enrolarla en alguna bandera política. Hoy tampoco lo entiendo. Pero ya tenemos a la AFOPE y a la FAIF, la primera enrolada claramente al peronismo y la segunda, que parece amplia.
Ambas hoy preocupadas por el destino de la ley 26.331, más precisamente por los fondos con los que esta financia “planes de manejo/ordenación forestal”, que la ley mencionada utiliza como sinónimos.
¿VOLVIENDO AL PASADO?
La Agrupación Forestal Peronista “Lucas A. Tortorelli”, -AFOPE- organizó el siguiente evento:
Primer seminario virtual sobre:«Luces y sombras de la aplicación de la Ley 26.331» publicado en ArgentinaForestal.com (14/09/2024). En un video se pueden escuchar las exposiciones de los panelistas invitados y preguntas de los participantes al final de las exposiciones.
Se compartieron allí, las visiones de: Rubén Manfredi (Chubut), Luis María Mestres (Corrientes), Rodrigo Roveta (Chubut), Víctor Abel Rosales (Santiago del Estero), Ignacio Goitia (Salta), y el panel fue moderado por Claudia Burgos y Daniel Somma, por la AFOPE.
Luego de escuchar las exposiciones, al menos a mí me parece que en el título del seminario se podría haber obviado la palabra “Luces”, pues con mayores o menores descripciones de interés, todos los expositores, solo mencionaron las sombras que hay en todo lo referido a la aplicación y gestión de la ley 26.331.
Rescato como esencial lo expresado por el ingeniero Luis Mestres de Corrientes, sin dudas fue la sombra más intensa, que cubre a todo el sistema instituido por dicha ley, descripta con sencillez y con fundamentos inapelables. Pero que considero hay que agregar algunos datos que fueron soslayados y contribuye a la oscuridad.
Veamos:
1.- El Ingeniero L. Mestres menciona que si contrastamos las 53.000.000 de ha de bosques que surgieron del OTBN (ley 26.331) con la superficie determinada por el Segundo Inventario Nacional de BN (46.000.000 de ha), hay 7.000.000 ha, diferencia que sostiene con acierto que es inadmisible no explicarla.
Pero si buceamos un poco más en el pasado reciente, la situación es mucho peor, pues el resultado del Primer Inventario de BN, determinó que la superficie total de lo que se denominó (Tierras Forestales + Bosques Rurales fue de 31.443.873 ha).
Estos datos son los que surgen del PROYECTO BOSQUES NATIVOS Y ÁREAS PROTEGIDAS – BIRF 4085 – AR 1998-2005. Pero hay algo más, cuando se terminó el OTBN exigido por la ley 26.331 la superficie determinada que mencionó el ingeniero Mestres, fue de 53.000.000 ha: ¿habíamos ganado en pocos años 21.556.127 ha de BN?.
Y luego, cuando se concluyó con el IIº Inventario Nacional de BN, que según Mestres estimó la superficie en 46.000.000 ¿habíamos perdido 7.000.000?
¿Y adonde colocamos lo informado por Argentina al Proceso de Montreal allá por el año 2014?
2- EN EL SEGUNDO REPORTE DE ARGENTINA AL PROCESO DE MONTREAL, se informó como superficie total de Boques Nativos del país, 26.590.000 ha.
En mi opinión, esta es la sombra que cubre toda la gestión de la ley 26.331, y que es mucho peor a lo enunciado con claridad por el Ingeniero Mestres y a lo que el sector eludió debatir sistemáticamente y hoy insiste con lo mismo, Mestres puso en blanco sobre negro las inconsistencias sin que ninguno de los demás expositores de AFOPE siquiera lo tenga en cuenta.
Llama también la atención, que quienes expusieron desconocen que: Cuando se presenta un “Plan de Formulación”, un invento de normativa que carece de sentido, pues solo es para financiar al profesional que elaborará el Plan de Manejo y tal vez un poco para quién aparezca como Titular del Mismo, en su carácter de tenedor a cualquier título de la propiedad de dicho bosque) y una vez aprobado, el titular de ese engendro que es el “Plan de Formulación”, tiene la obligación-según la ley y su reglamentación- de presentar el “Plan de manejo” que deberá ser consecuencia del de “Formulación”…
Y que también se le financiará con el fondo que disponga la ley 26.331.Y ese si será el documento del que surgirán con el máximo detalle, las medidas silviculturales que se aplicarán sobre el bosque que sirvió de ejemplo en el “Plan de Formulación”.
Otra cuestión no menor, es que aún hoy se siga discutiendo sobre “que es un bosque” y mucho peor cuando se lo hace en el marco de la ley 26.331, pues en esta ley, en su artículo segundo se define “que es un bosque a los efectos de la ley” y como la ley, es la ley, y dice lo que dice y no lo que cada cual pretenda que diga.
Hay que sujetarse a esta definición, que es además pésima, para todo lo que tenga que ver con un bosque para la ley 26331 …y todo lo que no se ajuste a ella NO ES UN BOSQUE NATIVO A LOS EFECTOS DE LA LEY.
Sobre todo esto y mucho más, que en mi caso, lo vengo expresando desde que se discutían los borradores del texto de la ley y advertí de estos mamarrachos a los que se fueron sumando muchos otros. ¡Y hasta aquí llegamos!
1.- No conocemos cual es la superficie de nuestros BN, hay cuatro diferentes conviviendo y las cuatro están validadas oficialmente ¡y todas ellas difieren entre sí por millones de hectáreas!
2.- No tenemos consensuada aún, como profesionales forestales, cual es la definición de Bosque. (hace más de 50 años se imparte la enseñanza forestal universitaria y más de 15 que está vigente la de la ley 26.331).
3.- Nos apartamos de lo que la ley 26.331 dice al respecto “a sus efectos” y desconocemos lo que la ley 13.273 promulgada el 30/09/1948 dice al definir que es un BN a los efectos de dicha norma, definición muy general y mucho más simple.
¿No parece que todo ésta cuestiónsobre los BN y el sistema de promoción con que se financia se ha ido tergiversando y así, permite “pescar en la pecera” y “cazar en el zoológico” para quienes operen en el mismo?
Como decía un consultor forestal canadiense con ironía: “Nunca se debe hacer en una vez, lo que se puede hacer en dos … a condición de que se cobre por cada vez. Y lo ideal es que a cada solución que se alcance, se genere al menos un nuevo problema a resolver”
Veremos más adelante para que (declaran los profesionales) que se están utilizando los fondos cuyo destino es exclusivamente para Manejar bosques.
No tengo dudas, solo hay sombras en todo elsistema y se puede extender al menos a 50 años en que se hace siempre más de lo mismo.
Puedo decir esto pues sostengo desde antes de la sanción de esta mala ley, que iba ser de difícil aplicación y a medida que pasaron los primeros años de su implementación ya señalaba el total desorden administrativo, la falta de control de campo y afirmaba que a su vez, era un despilfarro de recursos públicos que financiaban muchas actividades que nada tenían que ver con el manejo forestal, que hoy sigue por el mismo camino. La Ordenación Forestal, es un tema complejo y se dice que “el reduccionismo, es una simplificación exagerada de algo que es complejo”, creo que en eso hemos caído durante años.
Publiqué en ArgentinaForestal.com varias notas al respecto, con pruebas del desorden del sistema, basadas en datos oficialesque algunas ONG´s publican desagregadas por provincia y muestran sin ambages el desorden en la gestión.
Nunca se cumplió con lo que la ley manda para asignar fondos.
Las provincias de Chaco, Formosa, Salta y Santiago del Estero, son las que más fondos de la ley 26.331 han recibido y a su vez son aquellas en las que se registra la mayor superficie desmontada.
“La FAIF advierte sobre la crítica asignación presupuestaria 2025 para la Ley de Bosques 26.331”
Publicado en ArgentinaForestal.com el 27/09/2024
Concluyeron que como especialistas en ciencias forestales:«la FAIF reitera su compromiso con la defensa de la Ley 26.331 como una herramienta clave para la conservación responsable y la gestión adecuada de los recursos forestales del país, con miras a garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones».
Afirmar que la ley 26.331 es una herramienta clave para la conservación responsable y la gestión adecuada de los recursos forestales, es vivir en una realidad virtual, pues lo que sigue entrecomillado es una declaración de parte, que releva de presentar pruebas y deja al párrafo de la FAIF desvirtuado. Y no ocurre solo en Santa Fe.
“…Ingresado en la cartera ambiental el 8 de marzo, piden «con carácter de urgente» el pago de los fondos de compensación de los Planes de Manejo de la Ley de Bosques aprobados en 2023. «Por la situación crítica en lo socio económico y también en lo ambiental de los productores/as que conservan y manejan de manera sustentable estos bosques nativos», argumentaron.”
“Se trata de las partidas que reciben los propietarios de establecimientos que, para poder hacer uso del recurso forestal, implementan planes de manejo que diseñan los técnicos, que a su vez son corresponsables de su correcta ejecución”
“Serían más de un centenar los planes en la provincia, casi en su totalidad (más del 90%) de explotaciones ganaderas, a quienes en promedio se le asignaron unos $ 2 millones el año pasado para tareas como construcción de cortafuegos, alambrados o acceso a aguadas. Incluso algunos productores han sembrado pasturas subtropicales para hacer reservas invernales con los fondos de la ley”
Esto fue publicado también por Argentina Forestal, y es de un grupo de profesionales que patrocinan planes de manejo forestal en la provincia de Santa Fe, ¿sembrando pasturas subtropicales para hacer reservas invernales? ¿Construcción de alambrados y acceso a aguadas? ¡Utilizando fondos que deberían ser aplicados solo al manejo forestal!
¿Será por eso que ni los expositores del seminario de la AFOPE, ni los integrantes de la FAIF (Salvo el Ingeniero Luis Mestres), mencionan que resultados concretos en el manejo de bosques se pueden observar después de 15 años de financiar Planes de Conservación y Planes Operativos de manejo Forestal?
¿Porqué nunca se mencionan los resultados e interpretación del documento liminar para el manejo forestal que señala la ley 26.331 y su reglamentación, como lo es el “Inventario Forestal”, del que surgirá la silvicultura a aplicar en un Plan de manejo vigente, ni adonde se ubica el bosque en cuestión?
¿Se conoce algún bosque concreto en el que se hayan aplicado las prescripciones Silvícolas que deben surgir del Plan de Manejo y de los datos del documento que es liminar, como el Inventario Forestal que exige la normativa?
Mi conclusión, es que falta un debate completo, que tenga como punto de partida la historia de la utilización de fondos públicos en la promoción a actividades forestales que siempre han sido despilfarro de fondos.
Aún me queda una mínima esperanza de que alguna vez los Ingenieros Forestales, se decidan a serlo en el sentido más amplio al que la profesión nos habilita.
Autor:
Mario Elizondo
Ingeniero Forestal
Contacto: mario.h.elizondo@gmail.com