Durante el Foro de Inversión Sostenible en la Semana del Clima en Nueva York, Simon Stiell, secretario ejecutivo de la ONU sobre el Cambio Climático, advirtió sobre una «transición global a dos velocidades» si las inversiones en energía limpia no alcanzan a los países en desarrollo. Instó a una mayor cooperación y financiamiento para frenar los crecientes costos del cambio climático.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
Nueva York (24 de septiembre de 2024) – Durante su discurso en el Foro de Inversión Sostenible celebrado en el marco de la Semana del Clima, Simon Stiell, secretario ejecutivo de la ONU sobre el Cambio Climático, resaltó la urgencia de dirigir más flujos financieros hacia las economías en desarrollo, advirtiendo sobre las graves consecuencias de una transición climática desigual.
«Nos enfrentamos a la mayor transformación económica del siglo: la descarbonización es inevitable y una oportunidad de inversión inteligente», afirmó Stiell ante los líderes presentes en el Foro de Inversiones Sostenibles realizado en Nueva York.
“Lo que ustedes (inversores) están haciendo no es fácil. Nada fácil. Sé que se enfrentan a vientos en contra: políticas incoherentes o ambiguas, tasas de interés elevados, retos en la cadena de suministro.
No quiero venir aquí y añadir otra capa de complejidad. Quiero ir al grano. Centrarnos en los resultados y en las soluciones”, planteó el alto funcionario de la ONU Cambio Climático.
Reconociendo que la inversión en energías limpias, como la solar, ha superado los 500 mil millones de dólares solo este año, consideró sin embargo que, la mayor parte de estas inversiones sigue fluyendo hacia las grandes economías, dejando atrás a muchos países en desarrollo que enfrentan desafíos como altos costos de capital y percepciones de riesgo desactualizadas.
El Secretario advirtió sobre una «transición a dos velocidades» en la que los países más ricos avanzan rápidamente hacia una economía verde, mientras que los países en desarrollo, a menudo frenados por crisis de deuda y barreras económicas, quedan rezagados.
«Esta desigualdad no solo es inaceptable, es contraproducente. Ninguna economía puede sobrevivir a los estragos del cambio climático sin una acción global concertada», dijo.
En primer lugar, porque hará casi imposible reducir a la mitad las emisiones mundiales para 2030, en el camino hacia las emisiones netas cero, sin el cual ninguna economía -incluidas las más grandes- podrá sobrevivir a la creciente masacre climática.
En segundo lugar, porque las cadenas de suministro son interdependientes. “Nuestros sistemas económicos se ven cada vez más perturbados. Pensemos en las graves sequías e incendios que están acabando con la producción de alimentos en regiones clave, o ralentizando el tráfico marítimo en corredores estratégicos”, precisó.
Stiell destacó que las soluciones para evitar este desequilibrio ya existen y urgió a los gobiernos a comprometerse con un nuevo acuerdo financiero climático, que no solo contemple la financiación pública, sino que también promueva reformas en los bancos de desarrollo y movilice recursos del sector privado.
«Los gobiernos deben liderar este esfuerzo», declaró Stiell, instando a los presentes a presionar para que los nuevos planes climáticos nacionales (NDC) sean más ambiciosos y permitan una mayor inversión en infraestructura resiliente.
«Utilicen su voz para decirle a los gobiernos que están listos para aprovechar estas enormes oportunidades», concluyó.