Rocío Buyatti, Carmen M. Hernández, Lucas Candás y Silvia López del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Centro de Investigaciones en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (CICVyA), Instituto de Microbiología y Zoología Agrícola (IMYZA) de Hurlingham, Provincia de Buenos Aires, comparten los resultados de estudios que llevan adelante para la identificación y manejo de la plaga.
BUENOS AIRES (Septiembre 2024).- Existen numerosas especies de insectos, asociados a los eucaliptos, que son originarios de Australia, y que invadieron el resto del mundo transformándose en importantes plagas. Entre los mismos se encuentran los insectos defoliadores y agalladores.
En el presente artículo nos enfocaremos en las especies del género Ophelimus inductoras de agallas en eucaliptos. Pero ¿qué son las agallas? Son estructuras anómalas que se desarrollan en los tejidos u órganos de las plantas como respuesta a la presencia de ciertos insectos inductores.
Estas estructuras muestran cambios tanto morfológicos como fisiológicos en los tejidos vegetales. Los insectos inductores encuentran en las agallas refugio y alimento.
Además de albergar a los individuos que las provocan, las agallas pueden contener una diversa comunidad de otros insectos, como inquilinos (organismos que se benefician de la protección que ofrecen los tejidos de la agalla), parasitoides (que parasitan y se desarrollan a expensas de otros insectos) e hiperparasitoides (que parasitan a los parasitoides).
Actualmente, el grupo de Ecología y control biológico de plagas del IMYZA (INTA Castelar) está estudiando a las avispas del género Ophelimus que inducen agallas en las hojas de los eucaliptos.
En Argentina, se han identificado al menos dos especies de este género. Se están realizando estudios para evaluar aspectos de la biología y ecología de estas especies plagas, relevantes para su identificación y manejo.
La especie Ophelimus maskelli es una de las más estudiadas a nivel mundial. En ataques intensos las hojas del eucalipto se cubren densamente de agallas y los árboles pueden presentar serios niveles de desecación y caída prematura de hojas. En 2013 se informó la presencia de O. maskelli junto con su biocontrolador, el parasitoide Closterocerus chamaeleon en Eucalyptus camaldulensis.
Posteriormente, en 2017, se detectó la presencia de otra especie del mismo género en Eucalyptus viminalis en la provincia de Buenos Aires, la cual aún no ha sido identificada a nivel específico por lo que la denominamos Ophelimus sp.
Si bien los adultos de ambas especies son similares, es posible diferenciarlos al observar en una lupa binocular estereoscópica algunas características presentes en sus alas (son insectos de pequeño tamaño alrededor de 1 mm). Igualmente, las agallas producidas por ambas especies difieren en su morfología externa lo que permite reconocerlas en el campo con facilidad.
Durante el periodo de agosto 2022 a enero 2024 llevamos a cabo muestreos mensuales en plantaciones de diferentes especies de eucaliptos, en la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de identificar a las especies del género Ophelimus, sus biocontroladores y determinar sus abundancias.
Estas actividades se encuentran enmarcadas en una beca doctoral otorgada por CONICET a la Licenciada Rocío Buyatti, bajo la dirección de la Dra. Silvia López y codirección de la Dra. Carmen Hernández.
Rocío Buyatti, Carmen M. Hernández, Lucas Candás y Silvia López
Trabajo de campo y laboratorio
Realizamos muestreos mensuales, en tres localidades de la provincia de Buenos Aires: 1) Castilla (34º 38’31’’S 60º28’17’’O), en un establecimiento agropecuario en dos plantaciones con diseño silvopastoril de clones híbridos de E. grandis x E. camaldulensis (GC); 2) Castelar (34°36’21″S 58°40’14″O), en el campo experimental del INTA, en plantaciones de E. viminalis, E. benthamii (parcelas experimentales) y E. dunnii (plantación lineal); y 3) 25 de Mayo (35°25’00’’S 60°10’00’’O), en plantaciones de E. cinérea (plantación lineal), E. viminalis y E. tereticornis (montes de reparo) (foto 1).
En cada plantación se seleccionaron al azar 10 ejemplares de Eucalyptus spp. De cada árbol se colectaron dos ramas de 30 a 40 cm de longitud aproximadamente, extraídas de la copa del árbol (tercio inferior).
En el laboratorio, el procesamiento de las muestras consistió en registrar la cantidad de hojas por rama, el número de hojas con agallas (hojas atacadas) y la cantidad de agallas por hojas. Las hojas que presentaron agallas fueron acondicionadas en frascos individuales y mantenidas en el laboratorio durante un mes para registrar la emergencia de los insectos adultos (tanto de la plaga como de los parasitoides). Los adultos que emergieron fueron identificados por especie y contabilizados.
Algunos de los resultados obtenidos
Dentro de cada agalla se desarrolla un individuo que pasa por varios estados: huevo, larva, pupa y luego emerge el insecto adulto a través de un orificio de salida que el propio insecto hace con sus mandíbulas en el tejido vegetal.
En cuanto a la morfología de las agallas de las especies estudiadas, se observó que presentan características que permiten diferenciarlas: las agallas de Ophelimus sp. se desarrollan en una sola cara de la hoja (haz o envés), son de forma circular, de menor tamaño que las de O. maskelli, de coloración gris amarronada y tienen un aspecto exterior áspero/rugoso.
Por el contrario, las agallas de O. maskelli se desarrollan extendiéndose en ambas caras de la hoja, son circulares con forma que asemejan a una lenteja (lentiforme), de coloración verde a rojiza y con un aspecto exterior suave.
Como resultado del relevamiento, se observó la presencia de agallas en todas las especies de eucaliptos evaluadas a lo largo de todo el año. Se ha registrado a O. maskelli asociada a eucaliptos híbridos GC y E. tereticornis en las localidades de Castilla y 25 de Mayo, respectivamente.
En estas plantaciones se observó también la presencia del parasitoide C. chamaeleon en todas las parcelas alcanzando valores medios de porcentaje de parasitismo >99 %. (Cuadro 1). Se considera que este parasitoide podría estar desempeñando un papel significativo como factor de mortalidad de la población de esta plaga en los sitios mencionados.
Por otro lado, se detectó la presencia de Ophelimus sp. asociada a E. viminalis, E. cinerea, E. benthamii y E. dunnii. Si bien se observó la emergencia del parasitoide C. chamaeleon en las agallas de Ophelimus sp., el número de individuos fue bajo (con valores medios de parasitismo cercanos al 9 %) en comparación con los registrados para O. maskelli (Cuadro 1).
El máximo obtenido fue de 14 ejemplares adultos del parasitoide en agallas de Ophelimus sp. en E. benthamii en enero de 2023, mientras que para O. maskelli se ha llegado a contabilizar más de 2000 individuos del parasitoide por muestra. En principio, esto sugiere que Ophelimus sp. no es un huésped muy significativo para C. chamaeleon aunque sería importante realizar estudios adicionales para comprender mejor la relación entre ambas especies (plaga-parasitoide).
Hasta el momento, no se ha identificado la presencia de otros organismos que pudieran desempeñar un papel como enemigos naturales de estas especies plagas.
Por otra parte, evaluamos el desarrollo temporal de las poblaciones de las plagas en las distintas especies de eucaliptos presentes en las localidades estudiadas. Cabe aclarar que los sitios de muestreo (localidad) se analizaron independientemente, comparándose solo la abundancia de agallas de Ophelimus en los eucaliptos presentes en el mismo sitio.
Para los análisis estadísticos de los datos se utilizaron modelos generalizados mixtos, mediante el software R. La variable analizada fue la abundancia de agallas por hoja, que se determinó calculando el promedio de agallas por hoja por árbol y por especie de eucalipto.
En Castilla, observamos que el clon GC 24 presentó mayor abundancia de agallas, especialmente en los meses de febrero y marzo 2023. Mientras que en el clon GC 9, los picos de abundancia de agallas se registraron en abril, mayo y junio de 2023, con valores medios cercanos a 10 agallas/hoja (figura 1).
En Castelar, la especie E. dunnii presentó una baja abundancia de agallas durante todo el periodo evaluado en comparación con E. benthamii y E. viminalis. En particular, E. benthamii tuvo un pico abundancia agallas en febrero 2023, mientras que E. viminalis mantuvo valores estables durante todo el año (figura 2). En la localidad de 25 de Mayo, E. tereticornis y E. cinerea presentaron una mayor abundancia de agallas con respecto a E. viminalis (figura 3).
Por otro lado, a partir de los ejemplares adultos colectados de Ophelimus sp. se están realizando análisis morfológicos y moleculares, lo que nos permitirá identificar a nivel de especie.
Además, estamos realizando ensayos en el laboratorio para conocer más acerca de la biología de estas plagas y del parasitoide asociado (evaluación de parámetros biológicos de relevancia, como la longevidad y la supervivencia). En el futuro, tenemos previsto evaluar la susceptibilidad de diversos genotipos de eucaliptos de interés frente a estas plagas.
Los resultados de estos estudios serán útiles para identificar a las plagas del género Ophelimus presentes en la región y para avanzar en la implementación de estrategias de control sustentables en la actividad forestal. La identificación de las plagas y la comprensión de su dinámica en relación con las especies de eucaliptos y su entorno proporciona una base sólida para la toma de decisiones en la gestión forestal.
Agradecimientos: al grupo forestales IRB-INTA Castelar, a la Estación Forestal-INTA 25 de Mayo, a los Establecimientos La Negra SA y La Criolla, por dar permiso y facilidades para llevar a cabo los relevamientos en sus plantaciones.
Este artículo forma parte del espacio mensual de la REDFOR.ar, en ArgentinaForestal.com, que busca divulgar y generar debate sobre la problemática forestal del país. Las opiniones pertenecen a los autores.