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Empresas forestales argentinas aseguran estar listas para cumplir con el nuevo reglamento de la UE sobre cadenas de suministro libres de deforestación

Claudia Peirano, directora ejecutiva de la AFoA, destacó que Argentina tiene una gran oportunidad para crecer en industrias de base forestal, produciendo productos que la Unión Europea demanda en su transición hacia cadenas de suministro bajas en carbono. Entre estos productos se incluyen madera para construcción, bioplásticos, textiles, papeles, embalajes y bioenergía. Para facilitar este proceso, la Comunidad Europea debe reconocer en el nuevo procedimiento que la madera legal proveniente de plantaciones forestales, especialmente aquellas certificadas bajo estándares internacionales, es libre de deforestación.

 

Fuente: AFoA

 

BUENOS AIRES (3/8/2024).- Una veintena de empresas forestales en Argentina, nucleadas en la Asociación Forestal Argentina (AFoA) y que procesan madera de bosques cultivados certificadas bajo los estándares internacionales PEFC (Programa para la Homologación de Sistemas de Certificación Forestal) y FSC Argentina (Forest Stewarship Council®), sostienen que están preparadas para cumplir con los nuevos requisitos de la Unión Europea (UE) para la exportación de productos libres de deforestación.

“Nuestro mensaje para los importadores de la UE es que la madera y los productos de madera provenientes de plantaciones forestales de Argentina tienen un riesgo muy bajo de incumplimiento del EUDR. En el caso de la madera certificada por gestión sostenible y con cadena de custodia por sellos reconocidos internacionalmente como FSC y PEFC, el riesgo es nulo”, afirmó Claudia Peirano, directora ejecutiva de la Asociación Forestal Argentina (AFoA).

Con la próxima implementación de la reglamentación de la UE para cadenas libres de deforestación (EUDR 2023/2015), que entrará en vigencia el 31 de diciembre de este año, la AFoA emitió un comunicado asegurando que las empresas del sector forestal cumplen con los requisitos para vender productos de base madera renovable, amigables para cualquier acción climática o de consumo responsable. Estos productos son de origen legal y no han implicado la deforestación de áreas de selva para su cultivo.

En Argentina, se estima que existen 1.2 millones de hectáreas de plantaciones forestales, de las cuales el 80% se encuentran en la región de Mesopotamia, una de las más productivas a nivel mundial para el crecimiento anual de pinos y eucaliptos. Más del 90% de la industria forestal se abastece de estas plantaciones comerciales.

La AFoA destaca que las empresas forestales argentinas no solo pueden abastecer a los clientes europeos con madera libre de deforestación, sino también que están adheridas al sistema voluntarios de madera certificada que cumple con los más altos estándares internacionales de manejo forestal sostenible. Las certificaciones FSC Argentina y PEFC-CERFOAr son los sellos verdes que operan a nivel mundial y están homologados en el país, con un proceso de auditorías anuales de terceros y control de su trazabilidad.

A febrero de 2024, según datos del sitio oficial de FSC, Argentina cuenta con 580.000 hectáreas certificadas, 11 certificados de Manejo Forestal, 140 certificados de Cadena de Custodia y cuatro certificados con validaciones de Servicios Ecosistémicos.

El 30 de julio, a pocos meses de que cambien las reglas del juego para poder seguir exportando a la UE, se llevó a cabo una reunión en el Palacio San Martín, organizada por la Cancillería de Argentina y la Delegación de la Unión Europea en Argentina. El objetivo fue iniciar un diálogo entre los grupos de interés sobre la implementación de la nueva reglamentación para cadenas libres de deforestación (EUDR 2023/2015), que se aplicará a partir de diciembre de este año.

Cabe aclarar que el gobierno argentino junto a la CAS pidió una prórroga de la entrada en rigor. Sergio Iraeta, secretario de Agricultura de la Nación y presidente pro tempore del Consejo Agropecuario del Sur (CAS) –conformado por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay-  explicó que se emitió una declaración solicitando a la Comisión Europea postergar la implementación del Reglamento (UE) 2023/1115 previsto para el 30 de diciembre 2024

Leer más:  El gobierno argentino y el CAS piden a la Unión Europea postergar el reglamento sobre cadenas libres de deforestación

Una oportunidad para el sector forestal argentino   

En un contexto con expectativas que indican que la demanda de productos de base madera crecerá en 210 mil millones de dólares para el año 2035, según datos de la consultora AFRY, cumplir con los requisitos más exigentes en los mercados globales es una oportunidad de inversiones y crecimiento para el país.

La madera es considerada como una de las principales soluciones basadas en la naturaleza esencial para la transición de productos de origen fósiles no renovables a alternativas renovables con bajas emisiones de carbono. Pero, ¿de dónde vendrá la madera sostenible necesaria para el crecimiento de los productos bajos en carbono?

Ladirectora ejecutiva de AFoA brindó una presentación sobre la posición del sector con respecto a la aplicación del EUDR en el marco de la Expo Rural 2024, y explicó como primer punto que “es fundamental destacar que compartimos plenamente el reconocimiento de la importancia que tienen los bosques y plantaciones forestales en la acción contra los efectos extremos del Cambio Climático, en la conservación de la biodiversidad y en un futuro global sustentable, así como en la necesidad de extremar las medidas requeridas para la conservación, restauración y uso sostenible del bosque nativo”, expresó.

En Argentina, los árboles crecen en los bosques nativos y además en áreas productivas con árboles de bosques cultivados (pino, eucaliptos, álamos y otras especies). En este sentido, Peirano explica que “las virtudes de mitigación de cambio climático y la conservación de la biodiversidad se presentan también en las plantaciones forestales cuando éstas son manejadas desde una mirada de triple impacto (ambiental, social y económica). Como prueba de esto, desde hace ya muchos años que tanto el Gobierno como los productores forestales están realizando importantes esfuerzos en ese sentido”, precisó en relación a la gestión sostenible.

En ese contexto, afirmó: “Nuestro mensaje para los importadores de EU es que la madera y productos de madera provenientes de plantaciones forestales de Argentina tienen un riesgo muy bajo en el cumplimiento del EUDR. Y en el caso, de madera certificada por gestión sostenible y con cadena de custodia por sellos reconocidos internacionalmente, como es el caso de FSC y PEFC Argentina, el riesgo es nulo” afirma Peirano.

De esta forma, el mensaje para quienes son responsables de la implementación de la Reglamentación en la UE fue que empresas con bosques plantados de la Argentina se encuentran preparadas para la comercialización con los nuevos requisitos.

“Aspiramos a que se reconozcan las diferencias entre un recurso natural, como es el bosque nativo, de una producción más, como son las plantaciones forestales y reconocer el valor diferencial que le da a los productos de la cadena de la madera la certificación por gestión sostenible con sellos internacionales y auditorías anuales de tercera parte y su trazabilidad. Esto redundará en beneficio de los objetivos de sustentabilidad de la UE”, considera la directora ejecutiva de AFoA.

Marco legal que facilitan cadenas libres de deforestación

Desde el punto de vista legal, Argentina cuenta con marcos legales que regulan la actividad forestal, la conservación y aprovechamiento de la madera del bosque nativo.

Sobre este aspecto, Peirano indicó que “Los bosques nativos se encuentran regulados bajo la Ley 26.331 desde el año 2007, mediante la cual se obliga a las Provincias a hacer un ordenamiento ambiental de los mismos, categorizando el uso de suelo productivo. Las provincias argentinas han reconocido en el ordenamiento de sus bosques nativos más de 50 millones de hectáreas,  clasificándolos en áreas  Rojo, que son bosques en ecosistemas de alto nivel de conservación; categoría Amarilla, en los cuales se analiza los proyectos que pueden realizar uso sostenible y, en área Verde aquellos que se permite el cambio de uso de suelo.

Por otro lado, Argentina tiene 1.267.000 hectáreas de plantaciones forestales, en un 80% en la zona de Mesopotamia, que es una de las de más alta productividad para pino y eucalipto del mundo. La industria de base forestal se provee en más del 90% de esas plantaciones forestales.

“Ese patrimonio forestal de productores de la Argentina se ha plantado en los últimos 24 años bajo la Ley 25.080. Estas plantaciones deben ajustarse al ordenamiento de bosques nativos, por lo que no se autoriza que se realicen proyectos de bosques cultivados en zonas amarillas o rojas”, precisó Peirano.

Por otro lado, con un volumen de madera en pie de aproximadamente 250 millones de m3, se estima que las plantaciones forestales han capturado unos 52 millones de toneladas de CO2.

“Estas plantaciones existen porque hay una industria que demanda la materia prima” sostiene la especialista.

Entre que se planta y se corta el árbol pueden pasar entre 12 y 18 años. Por lo tanto, el riesgo de que un producto proveniente de una plantación forestal provenga de un área deforestada en 2020 o después (línea de corte del EUDR) – de ajustarse a los marcos legales y voluntarios vigentes los productores y las empresas- sería nulo.

Sistemas voluntarios y diligencia debida

Desde la perspectiva voluntaria, en Argentina se encuentran activos los principales sellos de consejos internacionales de gestión forestal sostenible basados en principios y criterios aceptados a nivel internacional y con auditorías anuales de tercera parte: FSC y PEFC.

La certificación y la cadena de custodia de la madera permite que el consumidor pueda seguir la trazabilidad de origen y que la madera usada en el producto final tiene detrás una gestión forestal sostenible que abarca el triple impacto: social, económico y ambiental.

Ambos esquemas de certificación no validan proyectos que hayan incurrido en deforestación.

Además, las certificaciones de cadena de custodia, un promedio de 160 emitidas al momento en el país, ejercen un efecto multiplicador de los controles sobre los proveedores, porque las empresas con certificación de cadena de custodia ya implementan un sistema de diligencia debida que les permite mitigar el riesgo de que madera ilegal o producto de deforestación ingrese a la industria.

“La madera certificada no solo asegura que no se ha producido sustitución de bosques nativos por plantaciones forestales, una situación además que hace ya muchos años ya no se permite por el Ordenamiento Territorial- sino que abarca una gestión sostenible integral, que incluye tanto la legalidad como los impactos sociales, económicos y ambientales que es trazable a través de una cadena de custodia”, puntualiza Peirano.

Y aporta un dato vinculado a la conservación de la biodiversidad y los servicios ambientales que las empresas bajo certificación garantizan con la actividad: “Por cada hectárea de plantaciones forestales certificada por gestión sostenible hay 0,66 ha de áreas naturales bajo conservación. Las empresas certificadas conservan unas 350.000 hectáreas de áreas naturales, junto con toda la diversidad biológica y genética asociada. Esta superficie es 1,6 el área que ocupa Luxemburgo en Europa. Además, los productores forestales han implementado acciones como los corredores de biodiversidad, control de caza y pesca furtiva, consorcios de gestión de incendios, monitoreo de especies, y acuerdos con ONGs y universidades para la gestión adecuada para la conservación de especies de flora y fauna que permita mantener y aún aumentar la riqueza genética para el futuro”, destacó la directiva de AFoA.

Con estos fundamentos, desde la AFoA consideran que el país tiene oportunidad de crecer en industrias de base forestal con productos que la Unión Europea demanda para la transición hacia cadenas de suministros bajas en carbono, como es el uso de la madera para la construcción, los bioplásticos, los textiles, los papeles y embalajes, la bioenergía entre otros.

Para facilitar este camino como proveedores forestales del mercado europeo, los empresarios junto al gobierno argentino piden que la Comunidad Europea reconozca en el nuevo procedimiento que la madera legal proveniente de plantaciones forestales y especialmente, aquellas certificadas bajo los estándares internacionales reconocidos en el mercado internacional, es libre de deforestación.

“Esta es una característica que debería ser incorporada en la implementación del EUDR”, concluye Peirano.

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