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Celulosa y papel | “Los accidentes siempre pueden existir, pero hay que hacer lo posible para prevenirlos”, señala Cristina Area

La investigadora miembro de la REDFORAr, directora del Centro Científico Tecnológico CONICET Nordeste, y del Instituto de Materiales de Misiones (IMAM) UNaM-CONICET del Programa de Celulosa y Papel (PROCYP), Dra. María Cristina Area, actualiza en su artículo para ArgentinaForestal.com sobre los avances logrados en la ingeniería y gestión ambiental de los procesos industriales y reflexiona respecto a la capacitación y prevención para reducir riesgos.

 

MISIONES (Abril 2024).- Los consensos globales acerca de la aplicación de legislaciones ambientales aplicadas a todo tipo de industrias han avanzado hacia la aplicación de la prevención, además del control de la contaminación.

En ese sentido, la generación de las denominadas Mejores Tecnologías Disponibles (MTD) ayudó a realizar importantes avances en el diseño de ingeniería de los procesos de producción y de mitigación.

Los cambios se centraron en la disminución de la generación de emisiones y residuos en general, y perniciosos en particular, la recirculación del agua utilizada y en el tratamiento de los efluentes.

En particular, involucran la gestión de residuos mediante valorización (reciclado/reutilización) o eliminación, la utilización eficiente de recursos, la prevención de accidentes graves y la eliminación del riesgo de contaminación en el cese de actividades de la fábrica.

En las últimas décadas, la industria de fabricación de pulpas celulósicas y papeles ha realizado grandes esfuerzos para mejorar su sostenibilidad ambiental, incorporando tecnologías adecuadas de control de las emisiones contaminantes al aire, agua y suelo.

En el caso de Argentina, la antigüedad general de las fábricas significó un esfuerzo notable de modernización en aspectos críticos que aseguraron el cumplimiento de las normativas vigentes. Sin embargo, los accidentes siempre pueden ocurrir, en cualquier fábrica de cualquier lugar del mundo.

Es así que la normativa europea (Documento de Referencia sobre las Mejores Técnicas Disponibles “BREF” para la Industria de Pulpa y Papel) hace especial referencia a la aplicación de medidas para reducir la frecuencia y los efectos de vertidos accidentales.

La política general para la prevención, la preparación y la respuesta a los accidentes industriales se basa en el principio de la prevención, es decir, la implementación de suficientes medidas de precaución para evitar los accidentes.

¿Esto qué significa? Que la planta esté construida y funcionado de tal manera que se evite un descontrol del funcionamiento normal y se reduzcan las consecuencias de los accidentes, aplicando las mejores técnicas de seguridad. Para ello, el diseño y operación de las instalaciones deben incluir medidas tendientes a que las sustancias peligrosas no puedan escapar.

Las fábricas de pulpa química necesitan aplicar medidas cuidadosas dentro de la planta para reducir al mínimo la descarga de corrientes de proceso concentradas o calientes al tratamiento de efluentes. Esto se debe a que los microorganismos del tratamiento biológico puede verse seriamente afectado por vertidos accidentales.

Por otra parte, algunas corrientes de licor de proceso tienen importancia económica, debido a su valor como combustible o a los productos químicos que contienen. La optimización del control de procesos se indica como una forma de reducir distintos contaminantes de forma simultánea y mantener bajas las emisiones.

Otra de las medidas propuesta por la normativa incluye el uso de tanques intermedios de almacenamiento suficientemente grandes para contener los vertidos.

El volumen de reserva requerido sobre el estado normal debe poder contener los caudales de proceso máximos durante algunas horas por imprevistos operativos, especialmente en condiciones de arranque, de parada o perturbaciones ocasionales.

Se estima que esto significa una capacidad de almacenamiento un 30% superior al volumen operativo normal. Proporcionalmente, los volúmenes de almacenaje en las fábricas antiguas deben ser considerablemente mayores que en fábricas nuevas.

La construcción de sistemas de almacenaje de reserva y de contención de vertidos debe hacerse en conjunción con la evaluación de otras mejoras rentables, especialmente en el lavado y el tamizado de la pulpa, la evaporación y la filtración del licor.

Para mantener la eficacia de las unidades técnicas a un alto nivel, debe asegurarse un mantenimiento suficiente, lo que implica el respeto de los períodos de parada.

En este sentido, algunas condiciones locales en los últimos años han dificultado el correcto mantenimiento de equipos e instalaciones. Un claro ejemplo es la dificultad impuesta para la importación de piezas clave, cosa que excedió a la voluntad de las empresas.

La normativa indica que más allá de la aplicación de los mejores procesos y tecnologías de eliminaciones disponibles mencionadas, las medidas más eficaces para la reducción de emisiones y la mejora de la rentabilidad económica incluyen aspectos clave como la formación, educación y motivación del personal y operarios.

Esto debe abarcar al personal de todas las jerarquías, sobre todo en cuanto a la toma de decisiones al generarse el vertido. La concientización y formación puede ser una forma muy rentable de reducir las descargas de sustancias nocivas.

Finalmente, todo lo anterior debe incluirse en un sistema de gestión ambiental que defina claramente las responsabilidades de los aspectos ambientalmente relevantes en la fábrica, aumente la concientización e incluya objetivos y medidas, instrucciones sobre procesos y tareas, listas de chequeo y otra documentación relevante.

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