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Misiones | Impulsan un proyecto de compensación para preservar árboles nativos en las chacras de agricultores familiares de la Selva Paranaense

Es una iniciativa de la Fundación Eureka con un llamado urgente a sumar a «Protectores de la Naturaleza» de todo el mundo para unirse en la conservación y restauración de la Selva Paranaense, ubicada en Misiones, Argentina. Proponen trabajar en el territorio con pequeños agricultores familiares, con un esquema de compensación económica con el Pago por Servicios Ecosistémicos por preservar árboles nativos en sus chacras y en reconocimiento al aporte ambiental que brindan a la sociedad.

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

 

MISIONES (1/2/2023).- El cambio climático es una amenaza inminente sobre la Selva Paranaense, uno de los tesoros naturales reconocidos a nivel mundial por su rica biodiversidad. La sequía, los incendios, la deforestación y la expansión urbana amenazan esta ecorregión que alberga más del 52% de las especies de Argentina y sustentado sobre el invaluable Acuífero Guaraní, la tercera reserva subterránea de agua dulce del planeta.

En respuesta a esta crisis, la Fundación Eureka ha lanzado un urgente llamado a los «Protectores de la Naturaleza» de todo el mundo para unirse en la protección de la Selva Paranaense, ubicada en Misiones, Argentina.

Diego Chifarelli, ingeniero agrónomo y coordinador del proyecto «Protectores de la Naturaleza», destacó la importancia de esta iniciativa para asegurar la supervivencia de este ecosistema vital, esencial no solo para nuestra generación, sino también para las venideras.

Diego Chifarelli, ingeniero agrónomo y coordinador del proyecto «Protectores de la Naturaleza».

La propuesta que surge desde la Fundación Eureka busca involucrar a las pequeñas familias agricultoras en la conservación de la Selva Paranaense, con un esquema de compensación económica por la preservación de árboles nativos y en reconocimiento de la prestación de los servicios ecosistémicos que estos brindan a la sociedad.

Esta compensación se llevará a cabo mediante un sistema de Pago por Servicios Ecosistémicos (PSE), valorizando así el aporte de los agricultores a la protección del bosque nativo en sus tierras.

Respecto a la compensación, Chifarelli indicó que el esquema de PSE para la agricultura familiar, pretende generar conciencia respecto a la valorización que la sociedad debe dar por los servicios ambientales que hoy recibe del árbol en pie, desde alimentos, protección del agua, medicina, generación de oxígeno, captura de carbono, paisajes naturales, entre tantos otros. «Hay en el proyecto un reconocimiento al esfuerzo de los agricultores por la conservación», remarcó.

Los fondos serán obtenidos por medio de mecanismos internacionales con aportes económicos o personas donantes del país o del exterior. Para ello la ONG realiza la asistencia técnica, con la evaluación y un inventario de la chacra de la familia agricultora, georeferenciando cada árbol, de manera que el donante sabrá que árbol estará apadrinando.

Además del estímulo económico, el proyecto se enfoca en actividades de conservación, restauración y educación ambiental, desde la protección de árboles nativos hasta la sensibilización sobre la importancia de la naturaleza.

La iniciativa fue presentada el pasado viernes en Eldorado para sumar a más agricultores interesados en conservación y en lograr una rentabilidad por su cuidado ambiental. El proyecto ya está en marcha en dos chacras misioneras, transformando las prácticas agrícolas hacia modelos más sostenibles y agroecológicos.

Requisitos para los agricultores 

Una de las grandes novedades de la iniciativa, que la diferencia de otras, es que incorpora un esquema de compensación económica para sumar a agricultores familiares como protectores de la naturaleza, a través de su compromiso en cuidado y conservación a largo plazo.

“Es un aprendizaje porque arrancamos de cero con el proyecto, si bien comenzamos en dos chacras con la iniciativa, son familias de agricultores con quienes trabajamos desde hace 18 años. Ahora queremos sumar a más productores pequeños, y es un proceso de de construcción de confianza porque se trata de una iniciativa de largo plazo ya que los convenios son a 20 años”, expresó en la entrevista con ArgentinaForestal.com el ingeniero.

La iniciativa “Protectores de la naturaleza” propone un sistema de garantía en el tiempo, con seguimientos, mediciones, para que el agricultor reciba la compensación económica de los árboles que se registren para conservación y el donante reciba la información que fehacientemente su aporte está logrando el fin ambiental.

“Estamos ultimando los detalles del Manual Operativo del proyecto, ya que hay mucho interés, nuevas consultas, y es un proceso de ajustar al territorio lo más eficiente posible. En principio, está destinado solamente a los agricultores familiares, y para ello es requisito que estén inscriptos en el Registro Nacional de Agricultura Familiar. En segundo lugar, tienen que tener arboles nativos de alto valor de conservación en un remanente de bosques (85%), ya que califican los árboles sanos, grandes en diámetro, que estén generando semillas, alimentos para los mamíferos o aves, capturando carbono, etcétera. Y otro requisito importante es que sea propietario de la tierra o disponga de un permiso de ocupación de largo plazo”, precisó.

Una vez que el productor fue pre-inscripto cumpliendo todos estos requisitos, el paso siguiente será la solicitud de que realice con su familia un censo en la chacra de sus árboles en pie, marcando la ubicación, la especie, el diámetro (DAP) los árboles nativos.

“Después viene la fiscalización del censo, que lo realizará el equipo técnico de la fundación, avanzando en un inventario. El criterio es que si en un 15% del predio hay algunos árboles gigantes o especies de alto valor de conservación, evaluemos la compensación por su conservación si es un ejemplar valioso para la selva misionera, pero también si es un sitio que requiere un plan de restauración, como segunda opción”, agregó.

Para todo este proceso, hay que realizar diagnósticos y trabajo de campo con los agricultores en la chacra, para incorporar más arboles nativos disponibles en los viveros con los que trabaja la Fundación Eureka.

El compromiso es que los agricultores entran en un esquema que se comprometen a cuidar esos árboles para recibir la compensación, otros van a interesarse por restaurar áreas, y a la vez, se avanza en un sistema integral donde está presente la educación ambiental. “El proyecto tiene por objetivo ir creciendo, generando conciencia que la naturaleza y quienes cuidan de ella, están generando un servicio a la sociedad, de la que todos usufructuamos de ellos. Por eso, los donantes (personas, empresas o instituciones) se transforman también en Protectores de la Naturaleza, desde otro rol”, concluyó Chifarelli.

En un momento crucial para el planeta, proteger la Selva Paranaense se convierte en una responsabilidad compartida. Cada árbol salvado, cada hectárea restaurada y cada individuo educado representan un paso hacia un futuro más verde y sostenible para todos.

Misiones y la Selva Paranaense

El Bosque Atlántico o Selva Paranaense tenía una superficie original de 1.48 millones de km2 que se distribuía a lo largo de 3300 km por la costa atlántica de Brasil, el sudeste de Paraguay y la provincia de Misiones, en el noreste de la Argentina En la actualidad, casi 85% de su cobertura desapareció por la explotación forestal y la colonización.

La selva de Misiones, representa uno de los remanentes más importantes de la Selva Paranaense. Por sus condiciones biofísicas poseen gran capacidad de ofrecer Servicios Ecosistémicos a nivel local, regional y global, como el reciclaje de nutrientes, protección de los suelos, conservación de la biodiversidad, regulación climática, el control hidrológico, la producción de oxígeno, entre otros.

El uso productivo del suelo se encuentra dominado por la forestación (principalmente pino y eucaliptus) y por sistemas agropecuarios diversificados con base en la producción de tabaco, yerba mate, té, tabaco, ganadería, cítricos y productos de autoconsumo y venta de pequeños excedentes principalmente en manos de alrededor de 30.000 Agricultores Familiares. El avance de estos dos frentes forestal y agropecuario se ha desarrollado a expensas de pérdida de la Selva.

 Mapa de Cambios en el uso del suelo 1990-2015. Fuente: von Below, 2022.

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