Con miras hacia la COP28, la UNESCO publicó un nuevo estudio cuantitativo, titulado “Evaluación del cambio climático en las Reservas de Biosfera y los Geoparques Mundiales de la UNESCO en América Latina y el Caribe”. El estudio muestra cómo el aumento de las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y los deslizamientos de tierra supone una amenaza creciente para la biodiversidad y las vidas humanas. También analiza las perspectivas para las próximas décadas.
Fuente: UNESCO
URUGUAY (Enero 2024).- Este nuevo estudio de la UNESCO muestra cómo el cambio climático está afectando a las comunidades y los ecosistemas de América Latina y el Caribe, centrándose en los efectos de los cambios de temperatura o los fenómenos meteorológicos en las reservas de biosfera y los geoparques mundiales de la UNESCO.
Las reservas de biosfera son “lugares de aprendizaje para el desarrollo sostenible”. Son sitios donde se intentan aplicar enfoques interdisciplinarios que permitan entender y gestionar los cambios y las interacciones que se producen entre los sistemas sociales y ecológicos, entre los cuales se encuentran la prevención de conflictos y la gestión de la biodiversidad. Son espacios que aportan soluciones locales a problemas mundiales. Las reservas de biosfera cuentan con ecosistemas terrestres, marinos y costeros. Cada sitio propone distintas soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con un uso sostenible
Los Geoparques Mundiales de la UNESCO son áreas geográficas únicas y unificadas, en las que se gestionan sitios y paisajes de importancia geológica internacional, a través de un concepto holístico de protección, educación y desarrollo sostenible. Los geoparques aúnan su patrimonio geológico con el legado natural y cultural del área, con el fin de concienciar a la sociedad de los principales desafíos a los que se enfrenta, como el uso sostenible de los recursos de los que disponemos, la reducción de los efectos del cambio climático y la disminución de los riesgos vinculados a los desastres naturales.
El primer estudio de UNESCO sobre impacto por la crisis climática
El estudio abarca un área geográfica en la que viven 110 millones de personas y cubre un millón de km2 en Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, San Cristóbal y las Nieves y Uruguay.
«Los 15 sitios de la UNESCO han experimentado aumentos de temperatura y cambios en los volúmenes de precipitaciones, lo que ha provocado la pérdida de la cubierta vegetal, el aumento de los incendios forestales, la pérdida de hábitats, la pérdida de vidas, la interrupción del suministro de agua y/o la reducción de los rendimientos agrícolas», aseveran en el estudio.
Si se mantienen las tendencias actuales, el informe prevé que estos lugares experimentarán un aumento de las temperaturas medias de entre 2 y 7oC de aquí a 2100, cuando ya han aumentado 1oC desde 1900. Es probable que todos estos lugares experimenten impactos climáticos cada vez más significativos.
El estudio también muestra que actualmente se subestiman las amenazas. En casi todas las categorías de riesgo, el número de lugares registrados como de riesgo medio o alto supera las previsiones realizadas por los gestores de los sitios.
Por ejemplo, los incendios forestales solo fueron identificados como una amenaza importante por 6 de los 15 lugares, mientras que el informe revela que 13 lugares presentan un riesgo medio o alto en este ámbito en las próximas décadas.
Se analizaron unos 350.000 km2 de cobertura forestal y, en solo seis años, ha desaparecido el 4% de la misma, una superficie del tamaño de Jamaica.

Una amenaza para la vida y los recursos humanos
El estudio también mide el claro vínculo existente entre las amenazas climáticas (cambios en las precipitaciones o la temperatura), la vulnerabilidad de los lugares (concentración demográfica, biodiversidad) y su exposición a los riesgos (distribución demográfica en zonas de alto riesgo, cubierta forestal).
Esto permite cuantificar los riesgos específicos de cada región. En 9 de los 15 sitios, más del 90% de las tierras agrícolas dependen exclusivamente del riego con agua de lluvia. Los agricultores y sus comunidades son, por tanto, especialmente vulnerables a la disminución o irregularidad de las precipitaciones y a las olas de calor prolongadas.
El estudio también revela que 10,7 millones de personas de los 15 lugares estudiados viven en zonas con riesgo de interrupción del suministro de agua, y que en algunos lugares esta amenaza afecta al 100% de la población.
El estudio estima que 3,3 millones de personas viven actualmente en zonas propensas a las inundaciones y ocho millones en zonas con riesgo de corrimientos de tierras.
Los sitios de la UNESCO, valiosos observatorios del cambio climático
Los sitios protegidos por la UNESCO son observatorios que contribuyen a comprender y vigilar el impacto de las perturbaciones climáticas, y que facilitan la elaboración de políticas climáticas nacionales e internacionales.
El estudio de la UNESCO proporciona una primera evaluación de los riesgos, lo que permite a las comunidades de las zonas afectadas hacer frente a la situación con mayor eficacia. También permite tomar medidas basadas en las últimas previsiones climáticas y en los mejores conocimientos locales, gracias a los datos disponibles.
Esta metodología de comprensión de las perturbaciones climáticas ha sido concebida para ser fácilmente transponible y aplicable a otros sitios de la UNESCO en el mundo.
Adaptación al riesgo climático de las comunidades
Sobre el terreno, la UNESCO ayuda activamente a estos sitios a hacer frente a los efectos del cambio climático. En la Reserva de la Biosfera Maya de Guatemala, los administradores del sitio han trabajado para cuantificar y compensar las emisiones de carbono evitando la deforestación durante un periodo de 30 años (2012-2042), con el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en 37 millones de toneladas.
En 2022, la Red Brasileña de Reservas de Biosfera elaboró un curso para gestores de sitios con el fin de ayudarles a vigilar y afrontar los impactos del cambio climático y la crisis de la biodiversidad.
En el Geoparque Mundial de la Mixteca Alta, en México, los agricultores han adaptado sus prácticas a un clima cada vez más cálido y seco, construyendo terrazas y canales con métodos ancestrales para preservar el agua y las tierras cultivables.