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Misiones es la primera provincia del país en registrar ante el INASE un área productora de semillas de especies del bosque nativo

En el marco del convenio vigente entre el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables, la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM y el INASE (Instituto Nacional de Semillas), tras adherir a la Resolución 318/18 «que regula y controla la producción y comercio de semillas de especies nativas dentro del ámbito de la República Argentina», se logró dar otro paso por la protección de los recursos genéticos de las especies de la Selva Misionera, otorgando a Beatriz Eibl el Certificado N°1 de «Área Productora de Semillas de Especies Nativas» por su propiedad en Eldorado. Próximamente, esperan certificar la Reserva Natural Cultural Guaraní y la Reserva Natural Estricta San Antonio (INTA).

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

 

MISIONES (24/7/2021).- El ministro de Ecología de Misiones, Mario Vialey, anunció que a la provincia se le fue “asignada con el N°1 la inscripción para identificar un área productora de semillas nativas (APSEN) en la localidad de Eldorado, en una propiedad de Beatriz Eibl”.

La ingeniera forestal Beatriz Irene Eibl, es referente en investigación de especies nativas y conservación de la biodiversidad de la Selva Paranaense de la Argentina. Es docente jubilada, fue directora del Proyecto de Investigación “Estrategias para la conservación y el uso productivo de Especies nativas de la Selva Misionera”, desde la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) donde ejerció su carrera profesional. Es Magister en Ciencias Agropecuarias Mención Tecnologías en Semillas.

Se desempeña en el campo de la Agrometeorología, Fenología, Calidad físico fisiológico de semillas; Producción de plantas de especies nativas en viveros; Restauración de áreas degradadas, con cultivo de especies maderables nativas. Y en el año 2017 fue distinguida con la “Mención de Honor al Valor Científico”, por el Senado de la Nación.

Certificado N°1 de un APSEN fue entregado por el INASE en Eldorado. En la foto, Lucas López, Beatriz Eibl, Jorge Cortez, Marcelo de la Vega y Carolina Enebelo recorriendo el área certificada

El ministro Vialey se refirió al primer registro logrado y la certificación otorgada por el INASE como «una manera de dar valor a la producción de semillas del bosque nativo en la naturaleza, resguardando la biodiversidad misionera, a través del registro voluntario de árboles semillero, que permitirá identificar los mejores ejemplares de los árboles nativos que se hallen en las chacras misioneras, y lograr que el productor que conserva bosque nativo pueda contar con un elemento más de producción y de comercialización de semillas”, adelantó el funcionario a través de sus redes sociales.

Por medio de este procedimiento, se da formalidad y garantía de origen con perfecta identificación (trazabilidad) de la especie y área productora, avalado por la autoridad de aplicación.

“Este proceso garantizará que ese valor se mantenga en todo el circuito del mercado donde sea utilizada la semilla de especies nativas (dentro o fuera del país), valorizando el Recurso Genético Nativo y el esfuerzo de conservación que se realiza”, remarcó el ministro.

A modo demostrativo se realizó este primer registro en el país, en Misiones, y es replicable a todas las áreas a nivel provincial y nacional, que requiere de la adhesión previa  de los organismos de aplicación de las provincias a la Res.318/18.

La entrega oficial del certificado N°1 del país fue para la ingeniera Eibl y se realizó el jueves con una actividad en su propiedad. Estuvieron presentes los representantes técnicos del INASE, Jorge Cortez y Marcelo de la Vega, quienes acompañaron el proceso para concretar el registro junto al equipo local del ministerio de Ecología de la provincia. En representación de Ecología participó la ingeniera forestal Carolina Enebelo.

“Por la pandemia nos demoramos un poco, pero finalmente Misiones es la primera en registrar un APSEN y detrás seguirán otras áreas que ya están registradas para este proceso como la Reserva Natural Guaraní (UNaM) o la Reserva Natural de San Antonio (INTA). Además, en espera se encuentran otras provincias como Santa Fe y Córdoba, muy avanzadas en las gestiones pero por diversas razones estamos atrasados. Es clave el rol de los gobiernos provinciales ya que son los que deben acompañar la autorización de cada certificado porque son los dueños de los recursos genéticos. Realmente este primer certificado es una alegría para todo el equipo, porque da inicio a un proceso necesario después de muchas barreras que se presentaron para lograr un protocolo práctico y organizado, que permita otorgar un código único a cada ejemplar de un área semillera otorgando un un valor especial a su identificación para la propagación de la especie y su futura conservación», valoró Jorge Cortez en una entrevista con ArgentinaForestal.com.

Marcelo de la Vega, Jorge Cortez y Carolina Enebelo.

Un paso más por la conservación y protección de la biodiversidad

El objetivo de fomentar las Áreas Productoras de Semillas de especies nativas apunta a conservar el germoplasma nativo vegetal en su sitio de evolución natural  original en remanentes de propiedades o reservas naturales -sean privadas o públicas- de las especies nativas de la Selva Paranaense. «A partir de los protocolos establecidos para la inscripción, que no son complejos pero requieren de un trabajo técnico conjunto Nación-Provincia-Propietarios para la evaluación de estos sitios estratégicos para la producción de semillas y, también, proveer las demandas de frutos para la producción de plantas en los viveros de la provincia»; precisó Cortez,

«Lo que se busca es proveer servicios ecosistémicos locales y regionales, actuar como área de infiltración de agua de lluvia, que alimenta las napas freáticas, conservar el germoplasma local, y ofrecer alternativas para  alimentos y refugio de aves , insecto y animales , así como amenizar el paisaje”, explicó oportunamente la investigadora, y conservacionista, Beatriz Eibl.

Las áreas productoras de semillas actúan como reservorios de germoplasma que evoluciona en conjunto con los cambios ambientales conformando las islas de biodiversidad necesarias, además, para la eventual reconstrucción del paisaje.

El seguimiento de estas áreas productoras de semillas puede realizarse en parques provinciales, reservas naturales privadas, jardines botánicos y en áreas de comunidades Mbya Guaraní. El objetivo, con la Resolución N°318/2018 del INASE, es certificar la procedencia de las semillas de especies nativas para que el propietario pueda comercializar este material y así obtener un incentivo para la conservación del remanente de Selva Misionera.

Beatriz Eibl y Jorge Cortez.

Que dice la resolución 318

La Resolución N°318/2018 del Instituto Nacional de Semilla (INASE) establece el registro de las áreas o árboles “semilleros” de especies nativas, lo que facilitará certificar el origen y la identidad de todo el material de propagación que los sitios de conservación de la selva misionera contengan. Regula y controla la producción y comercio de semillas de especies nativas dentro del ámbito de la República Argentina.

«Es una herramienta de protección de la biodiversidad que permite a los propietarios de reservas privadas o propietarios de árboles que cumplen este rol a registrarse para cosechar y comercializar la semilla de especies nativas», resumió Jorge Cortez.

Se le podrá asignar “un rotulo de identidad” al árbol, emitido por el propietario de la reserva privada, que acompañará al material de propagación, desde su origen.

Desde el Laboratorio de Semillas de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM, el INASE y Ecología trabajaron en conjunto durante varios años hasta lograr la adecuación o determinación de los protocolos de germinación y almacenamiento para las especies nativas de la Selva Misionera, vinculando a la Red de Bancos de Germoplasma y la Red de Jardines Botánicos con laboratorios de otras instituciones y universidades del país para las especies vegetales nativas de mayor demanda en cada Provincia.

 

En septiembre de 2019 se firmó un convenio para la implementación de la resolución 318/18, entre Ecología, UNaM y el INASE. 

Áreas o árboles semilleros de especies nativas podrán ser registrados para su propagación, según resolución del INASE

Identificación de áreas productoras de semillas

Otro aspecto relevante es entender de la resolución vigente son los requisitos de base para declarar un área productora de semilla.

·       Ser propietario de un área natural, que desea inscribir con el fin de disponer de material de propagación certificado para su uso propio y/o para la venta o intercambio.

·       El registro es voluntario y consiste en realizar una declaración de intención por parte del propietario ante el INASE,

–      inscripciones e inspecciones a los viveros de nativas

Las chacras misioneras con potenciales árboles semilleros

El ingeniero forestal Guillermo Küppers, quien es docente de la Facultad de Ciencias Forestales, y colabora en actividades a la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), respondió oportunamente una entrevista con ArgentinaForestal.com respecto a cuál es la importancia de la conservación de los árboles gigantes en la Selva Misionera y sobre la selección de árboles semilleros en la provincia de Misiones. A continuación, un resumen que puede ser de utilidad para que los propietarios puedan identificar y clasificar sus árboles, y recurrir por asistencia técnica con profesionales idóneos en la delegación más cercana de Ecología o INASE:

  • Árboles semilleros: dentro de las chacras o propiedades con remanente de Selva Misionera, que en su mayoría fueron modificadas en alguna u otra medida, si se llegaron a extrae todos los ejemplares de una determinada especie, por ejemplo de Cedro, para ese remanente de selva será difícil que se vuelva a repoblar con individuos de esa especie porque no habrá fuente de semilla. Entonces, lo que se plantea para la selección y marcación de árboles potenciales semilleros, es ubicar en la chacra o lote aquellos ejemplares que presentan buenas características en lo que respecta en su forma, su estado sanitario, su ubicación en el lote. Por otro lado, también se registra el grado de competencia con los árboles que lo rodean, su estado de cobertura con lianas y epifitas, entre otras características observables.

Todo ello nos define un potencial árbol semillero y se lo marca mediante cinta o jalones y con un punto de coordenadas geográficas con GPS. Luego se le realiza un seguimiento de su fenología, para poder corroborar que dé buena cantidad de frutos y semillas de calidad. En este último aspecto, el Laboratorio de semillas de la F.C.F. realiza los ensayos correspondientes.

  • Arboles gigantes: dentro de este carácter se define según el porte: que es su relación de la altura total de la especie con su Diámetro a la Altura de Pecho (DAP) normal. Y se aplica la siguiente clasificación:

–Árbol Pequeño: Menores a 10 m de altura y 15 cm. de DAP

–Árbol Mediano: de 10 m a 25 m de altura y entre 15 y 50 cm. de DAP

–Árbol Grande: Superior a 25 m de altura y mayor de 50 cm. de DAP

Entonces tenemos especies que entran dentro de cada categoría por sus medidas normales para la Selva Misionera. Por ejemplo, arboles de gran porte son: Palo rosa, Loro negro, Timbo, Grapia, Araucaria. Y para aquellas especies que superan los diámetros y alturas medias para la especie, son considerados árboles “gigantes”.

Como árboles gigantes, en las especies de pequeño porte, se están registrando aquellas especies frutales, de uso medicinal, cultural y también por su importancia ecológica. Se puede mencionar a la Pitanga, Cerella, Cocu, Trichilla, Ñandipa, Cangorosa, entre otras.

En las de mediano porte se destacan la Cancharana, Cedro, Laureles, Yacaratia, Rabo ita, Guayubira. Y de gran porte se pueden encontrar además de los mencionados anteriormente: Caña fistola, Higuerón, Alecrin.

  • Árboles centenarios: en la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM se está desarrollando la ciencia de Dendrocronología, esta estudia los años de vida de los arboles mediante sus anillos de crecimiento, para las especies de la región. Ya se hicieron estudios por ejemplo en Palo Rosa y se tienen muestras de 50 cm de diámetro con aproximadamente 213 años de edad. Con este dato podríamos decir que un árbol de Palo rosa con 150 cm de diámetro, rondaría los 700 años a más.

 

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