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Roque Soboczinski, intendente de El Soberbio: “Habrá más controles sobre la frontera por la pesca ilegal y se destruirán todas las canoas o embarcaciones que se detecten sobre la costa del Río Uruguay”

No solo por el Río Paraná preocupa en Misiones la bajante extrema del recurso hídrico, sino también la cuenca del Río Uruguay presenta graves consecuencias sobre la costa ante la sequía y la pesca ilegal. “Están los vivos de siempre, lo que se aprovechan de estas circunstancias y no respetan la veda vigente ni la cuarentena por coronavirus”, dijo el intendente Roque Soboczinski, a quien le preocupa los más de 100 kilómetros de frontera con Brasil, con un margen bajo de agua que favorece al cruce ilegal desde o hacia el vecino país.

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

Foto: Gentileza propietarios y lugareños de El Soberbio.

MISIONES.- En el Municipio de El Soberbio sostienen que se trata de una sequía “histórica” la que se atraviesa por la bajante del Río Uruguay y que esta situación «lleva varios meses», afectando los cultivos de los productores. En los últimos días se enfrentan a otras dificultades, y los vecinos piden asistencia a la municipalidad para tener acceso al agua para los animales y plantaciones agrícolas. Los lugareños aseveran que ya “desaparecieron” vertientes de aguas y temen por la desaparición de algunos arroyos.

Por otro lado, con la bajante del río Uruguay se potencia la pesca ilegal sobre el recurso con el consecuente impacto ambiental, ya que la cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus llevó a reducir la presencia en el territorio, y “están los vivos de siempre, lo que se aprovechan de estas circunstancias y no respetan la veda vigente”, dijo el intendente Roque Soboczinski, a quien le preocupa los más de 100 kilómetros de frontera con Brasil, con un margen bajo de agua que favorece al cruce ilegal desde o hacia el vecino país.

Foto: Gentileza Municipalidad de El Soberbio

Ante este problema, en los últimos días debieron intensificar los operativos de control en la zona de frontera, con patrullas de guardaparques en el área de la reserva de Biosfera Yabotí  y con Prefectura Naval Argentina, ya que en forma diaria se encontraban con personas violando la veda vigente, con una pesca indiscriminada en la costa ribereña.

En una entrevista con ArgentinaForestal.com el intendente Soboczinski explicó que en una reciente reunión del Comité de Crisis se decidió realizar más controles sobre la frontera y se destruirán las canoas que estén en el río Uruguay. “Esto fue acordado en las últimas horas, las fuerzas de seguridad van a destruir las embarcaciones que se encuentren en el agua, para evitar cruces a Brasil de forma ilegal”, aseveró el jefe comunal.

En otros recorridos de control sobre la costa del Uruguay, desde Puerto Panambí hasta el Municipio de San Javier, en una sola tarde de recorrida las fuerzas de seguridad lograron secuestraron más de 2 mil metros de redes, 35 espineles esperas y hubo lugares en que se llegó a detectar que los pescadores ilegales ataron incluso una red en la costa argentina hasta la costa brasilera, con el consecuente daño ambiental que esto genera ante la depredación de la fauna íctica.

Al límite del déficit hídrico

Sobre la bajante del río Uruguay, explicó que las lluvias de la semana pasada -que fueron superior a los 50 mm en promedio-, permitieron que se “recupere” un poco el caudal, “pero con el correr de las horas, este se va perdiendo rápidamente. No se profundizó la crisis en estos días, pero es un tema que nos preocupa, ya que se presentan diferentes situaciones entre los pobladores”, expresó.

En este sentido, se refirió a los arroyos y afluentes que “se secaron” y provocaron graves condiciones para los colonos.

Asimismo, hay vertientes de los vecinos que también se están secando, pequeños arroyitos que desaparecieron, y para los animales de las chacras y campos, los vecinos piden autorizaciones para  hacer pozos, de manera de garantizar el acceso al agua ante esta sequía a sus animales y el riego a sus cultivos agrícolas, explicó Soboczinski.

“Estamos asistiendo a productores de soja y maíz, con maquinarias para la cosecha, ya que los cultivos están con riesgo de perderse por la falta de agua. Hay que traer la producción a los galpones”, dijo el intendente.

También se coordina el trabajo con los productores tabacaleros y los técnicos de la empresa, para que por turnos entreguen su producción, con los permisos a los camioneros para que transporten hasta L.N.Alem la mercadería, donde se establece solo dos pasajeros por vehículo, como protocolo de seguridad por la cuarentena”, agregó.

“Aquí todos los lugareños y vecinos hablan de una bajante histórica del Río Uruguay, está muy por debajo del nivel normal – que sería de 2 a 3 metros- llegando a solo 0,60 metros”, explicó.

La toma de agua potable estaría resguardada, ya que se ubica en un punto estratégico que se alimenta la toma de agua del Río Uruguay, en un canal profundo.“No tenemos problemas aún, la vamos remando bien en el abastecimiento de agua potable, tendría que secarse totalmente el río para que nos quedemos sin agua. Solo, por la bajante, se generan unas algas o musgos  que nos obliga a realizar permanente mantenimiento de los equipos, pero estamos monitoreando en forma permanente ese tema para que nada impida la circulación del recurso”, sostuvo el intendente.

Fotos Gentileza propietarios y lugareños: Río Uruguay y arroyos en áreas de la Reserva de Biosfera Yabotí, en El Soberbio (13/4/2020)

La naturaleza disfruta de la «cuarentena» en Moconá

Por decisión del gobierno provincial, y resolución del Ministerio de Ecología, en el marco de la emergencia sanitaria y epidemiológica por brote de dengue y riesgo de coronavirus, se dispuso que permanecerán cerrados todos los Parques provinciales que integran el Sistema de Áreas Naturales protegidas de la provincia.

Por la ruta costera 2 se accede al Parque Provincial Moconá, que se encuentra en el corazón de la Reserva de Biosfera Yabotí. El sitio está a unos 300 kilómetros de la ciudad de Posadas, en la región centro este de Misiones.

El intendente de El Soberbio comentó que “en el caso del Moconá, se mantiene cerrado al público, y tiene guardias reducidas en personal, por la cuarentena. Creo quedó un solo guardaparque, y con la Prefectura se realiza las recorridas en áreas donde el caudal del agua lo permite, ya que también tuvieron dificultades para navegar por la bajante. Trascendió incluso por redes sociales que se puede observar en el área protegida como la fauna silvestre se acerca en estos días a lugares donde antes no habían sido observados”, valoró el jefe comunal.

Arroyo Pepirí Guazú (14/04/2020)

El guardaparque Leonardo Rangel es uno de los guardianes del Moconá, y en estos días de cuarentena tomó la posta en las guardias junto a su colega Javier dos Santos. En contacto con Argentinaforestal.com explicó que la fauna en el área natural es la habitual de la selva misionera, «sucede, como en mucho otros lugares, que ante el poco movimiento de personas se anima a salir más».

Y los Saltos del Moconá están «extraordinarios», ya que tienen la particularidad de que cuanto más bajo el río, más alto se ven los saltos de agua, llegando a los 9 o 10 metros de altura. Estamos atravesando una sequía histórica, que no se daba hace 50 años, según los especialistas.

Consideró que esta cuarentena el «aprendizaje» que dejó es que «es necesario dar un descanso» a la naturaleza. «Lo que sucede está bueno, se puede ver que la presencia de las personas influye en el comportamiento de las especies animales. A diferencia de Misiones, en Brasil tienen programado descansos en el año sobre el área natural protegida, y vemos que es una decisión acertada, es un valor que le dan a la fauna para que tenga sus días de descanso del movimiento humano», sostuvo el guardaparque.

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El guardaparque Leonardo Rangel Olivera, guardián del PP Moconá.

En el caso del Parque Moconá, este descanso se da en el año de alguna manera, cuando crece el río y no se puede cruzar el puente  por el desborde del arroyo Yabotí y los saltos no se ven. «En esos días no ingresan turistas, y esto permite regular de alguna manera, que la naturaleza descanse, indirectamente. Incluso cuando el puente esta cortado, es cuando registramos más huellas de fauna en la zona, huellas de yaguareté y otros animales», comentó Rangel Olivera.

De igual forma, el guardaparque indicó que el ecoturismo logró desarrollar toda la zona rural de El Soberbio en los últimos años, logrando diversificar la economía. «Años atrás era solo tabaco, hoy este destino tiene al turismo como alternativa de desarrollo, lo que obliga a cuidar más los recursos naturales. Claro que hay un impacto sobre la naturaleza, el desafío es manejar el recurso turístico de la mejor manera. Respetando el área de tránsito de uso público y los horarios de ingreso y egreso al Parque Moconá, será una forma de cuidar a futuro este lugar», agregó Rangel Olivera.

Si no fuera por la cuarentena, el destino Moconá presentaba una de sus mejores temporadas de turismo, por el atractivo de los Saltos. «Hoy se tiene que sacrificar este rubro de la economía lamentablemente para la provincia, pero estamos frente a un problema mayor que es un virus que afecta la vida humana, por lo que hay que seguir las indicaciones de las autoridades de gobierno, aunque sea el turismo lo último en reactivarse», dijo el guardaparque.

Al igual que al intendente de la localidad, Rangel marcó su preocupación por el incremento de la pesca sobre el Uruguay: «La gente de la colonia sale en la cuarentena, no tiene mucha conciencia del problema de la pandemia, creen que no les afectará tanto, y salen y están en contacto con otras personas, a lo que se suma los riesgos en zona de frontera con Brasil, y ese es uno de los mayores  problemas para nuestra zona también», advirtió Rangel Olivera.

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Ubicados en la Reserva de Biósfera Yabotí –un área de 253.773 hectáreas de selva protegida–, los Saltos del Moconá son el punto central de esta zona. Son únicos en el mundo ya que surgieron de una falla geológica que realizó un corte longitudinal sobre el río Uruguay, entre las desembocaduras de los arroyos Pepirí Guazú y Yabotí (del lado argentino), y los ríos brasileños Serapiao y Calixto. A esto se debe el origen de su nombre que en lengua guaraní significa “el que todo lo traga”.

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