Últimas noticias

Opinión

Camino por PP Moconá: El empresario de las 200 hectáreas revela el destino que tendrá el lote 8

Además de debatirse la apertura de un camino para las comunidades guaraní por dentro de un área natural protegida, algunos sectores sugirieron la existencia de un interés mayor como es el económico a través de una intensa explotación turística. Nicolás Laharrague, respondió a la principal pregunta en torno al tema: ¿Hace falta construir hoteles, levantar puentes y llenar de turistas ese lugar?. Invitó a reflexionar a partir de las palabras de Artemio Benítez, uno de los antiguos habitantes en esa zona de la selva.

 

Fuente: El Territorio

 

MISIONES (11/9/2016).- El propietario de 200 hectáreas en el lugar, el empresario Nicolás Laharrague, respondió a la principal pregunta en torno al tema: ¿Hace falta construir hoteles, levantar puentes y llenar de turistas ese lugar? Pero antes invitó a reflexionar a partir de las palabras de Artemio Benítez, uno de los antiguos habitantes en esa zona de la selva.

A su vez, Laharrague instó a dimensionar el significado de los alcances de lo que se conoce como turismo consciente (ver «Qué es el turismo…»).

Laharrague, a través de la empresa El Moconá SA, integra la Alianza Multicultural Público – Privada para el Manejo Sostenible del Lote 8, creada el 16 de abril de 2012 mediante el acuerdo marco para el uso sostenible del lote 8 de la Reserva de Biósfera de Yabotí (RBY), suscripto por el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la Provincia, las comunidades guaraní, Tekoa Yma, Kapii Yvaté, Itao Mirí y la ONG Fundación Naturaleza para el Futuro. Laharrague dijo haberse sentido conmovido por el mensaje de Artemio Benítez y su comunidad, “explicándome qué sienten ellos cuando hablan de las 200 hectáreas”.

Contó que ese “regalo de sabiduría” se lo obsequió “allá por el otoño del 2013, a casi un año de haber firmado el acuerdo marco, cuando él me invito a su tekoha (morada) a celebrar el acuerdo y luego él vino a la mía (por aquel entonces, Refugio Moconá) a seguir celebrando.

“En ese proceso y con esta enseñanza nos vimos obligados yo y mi empresa a repensar el concepto de turismo sobre aquellas 200 hectáreas. Fue en ese momento donde dejamos de lado cualquier masterplan o proyecto anterior y nos embarcamos en un nuevo concepto fascinante de turismo, que se gesta en el Ecuador, cuna de la naciente del pulmón verde más importante de nuestra tierra. El concepto del cual me enamoré se llama turismo consciente.

Los cambios

Ante los cuestionamientos que se sucedieron en medio de la audiencia pública en Aristóbulo del Valle, Laharrague se pregunta si “es tan difícil” entender que las personas y las empresas pueden cambiar, y «que tenemos la obligación moral de hacerlo cuando vivimos un proceso por el cual la única dirección posible es la de escuchar; aprender y crecer como personas”.

Cuestionó además que haya tanta desconfianza. “Me pregunto si nuestros hermanos mbya desconfían hacia dentro de su comunidad; quiero entender que no”.

Pero sí dice estar seguro que desconfían cuando se les quieren imponer cosas, como “querer construirles puentes, como si ellos necesitaran un puente o lo pidieron”.

A su vez, reflexionó sobre si a la sociedad actual le “cuesta tanto callar un poco y solamente aprender a escuchar”. Por eso, invitó a “aprender a escuchar a Artemio, porque así aprenderemos un poquito más de nuestros hermanos mbya”.

Afirmó que Artemio “me regaló esas 200 hectáreas y me pidió que las cuide, y así se hará”. Y a partir de eso viene las preguntas del comienzo, si hace falta construir hoteles, levantar puentes o llenar de turistas ese lugar. “Hoy estoy seguro que no”, afirmó.

Planteó que “un banquito de madera en el cual sentarse a leer, meditar y aprender de este proceso, y una hamaca en la cual poder descansar, olvidándonos de todos los males de nuestra sociedad; es para mí la habitación de lujo más importante y costosa”.

Para rematar se preguntó, si “no hemos empezado todos ya hace rato a recorrer y vivir lo que es el turismo consciente; de esto se trata el famoso y bendito masterplan”.

El lote 8, con una superficie de 3.901,51 hectáreas, está subdividido para las comunidades guaraníes en 82% de esa superficie en título comunitario; y el 12 % en condominio con la Fundación Naturaleza para el Futuro, correspondiente a lote contiguo al Parque Provincial Moconá.

Además se completa con 10 hectáreas a nombre de la Funafu pero que se transforman en una servidumbre a favor del Parque Provincial Moconá, y aproximadamente 200 hectáreas que seguirán a nombre de Moconá SA como titular registral. La totalidad del predio es declarado territorio guaraní.

 

Qué es el turismo consciente

El turismo consciente es por definición una experiencia de vida transformadora que genera un crecimiento personal. Este nuevo concepto se sustenta en los principios de sostenibilidad y ética y promueve los valores de la paz, la amistad, el respeto y el amor a la vida como la esencia de la práctica turística. Constituye un pacto de convivencia, responsabilidad, respeto mutuo y comunión entre los agentes turísticos de las comunidades emisoras y receptoras, el turista y el patrimonio natural y cultural. El turismo consciente es un concepto vivo, dinámico y en constante construcción. Es una experiencia de dar y recibir.

 

 

La audiencia pública mostró el anhelo de debatir en la sociedad

ARISTÓBULO DEL VALLE (Corresponsalía). La audiencia pública como figura constitucional de participación ciudadana dejó en los numerosos asistentes una estela de conclusiones de todo tipo. Quedó la sensación de una sociedad anhelante de espacios políticos de debate y de reflexión no sólo sobre los temas medulares de la convocatoria sino también de otros tantos pendientes, por la ausencia de comités y unidades básicas, por las ansias de entrenamientos de muchos jóvenes, por una invisible agenda temática pendiente.

Dieron cuenta de esta sensación no sólo la cantidad de oradores anotados –cierto que un 25 % desertó en su transcurso, muchos de ellos referentes sociales y políticos reconocidos- sino también el numeroso auditorio que colmó la capacidad de la Casa del Bicentenario, los pasillos, el hall de acceso, la vereda de acceso y la calle. Y también por la atención que esa misma gente manifestó durante tantas horas, sin moverse, sin dejar sus lugares.

 

Los guaraníes enseñan cómo respetan y cuidan la selva

POSADAS. Nicolás Laharrague compartió con El Territorio el texto sobre lo que le hizo cambiar su forma de pensar sobre la reserva donde tiene 200 hectáreas. Se refiere a los dichos de Artemio Benítez, Lucinda Da Silva y Lidio Da Silva, de Tekoa Yma, cuyas expresiones, que se publican a continuación, fueron transcriptas por Kiki Ramírez.

“Ahora que los blancos han demostrado que también ellos mezquinan el monte, ahora que hemos cedido una parte de nuestro territorio a ellos, vamos a contarles que esa zona de las 200 hectáreas y del condominio es lugar de uso de nuestras comunidades; lo fue siempre, antiguamente lo usábamos más cuando el monte todavía era grande”.

Indican que “esa zona es lugar de trampas, de muchas cosas, en esos lugares teníamos lugar donde dormíamos por las noches; sacábamos miel, encontrábamos nuestros alimentos, pescábamos”.

“Pero ahora que los blancos nos dan de comer, es decir que nos acostumbramos a usar sus alimentos, ocupamos esos caminos para traerlos desde los pueblos. Hay caminos antiguos, los que van al parque, por allí andábamos, recorríamos, íbamos a visitar a otras comunidades, a Jejy por ejemplo. Pasando por el camino que va al parque donde hoy está el mirador, más acá del Pepirí, estaba nuestro camino antiguo; ahora ya no lo ocupamos, utilizamos los mismos caminos que los blancos usan».

Refieren que «el camino antiguo, el más antiguo, pasa en medio de la chacra de Taborda, luego lo ocuparon los blancos para pasar animales vacunos, incluso iban hasta Paraguay; en cambio el camino que pasaba cerca de Gendarmería era un camino de caballos, pero lo mismo lo seguíamos ocupando nosotros”.

Artemio Benítez, junto a integrantes de su comunidad, afirman que no están pensando en abandonar el lugar “porque mezquinamos, lo sentimos como nuestra tierra, porque aquí nos encontramos bien; no hubo muertes en este lugar, sí enfermedades como la gripe. Nos hace bien el monte grande, las flores de los árboles, nos alegran”.

Cuentan que sus abuelos vivían en las inmediaciones.“Ellos no se quedaban en un sólo lugar, se iban cambiando dentro de este territorio; nosotros hoy nos quedamos en un mismo lugar”.

 

Los verdaderos dueños

Artemio Benítez sostiene que todo lo que existe en el monte tiene dueño: “Los árboles tienen sus dueños y antes de cortarlos debemos pedirles permiso. A todos debemos respetar, pero a algunos más que otros”.

Luego cuenta todos los elementos que encuentran en la zona para alimentos, “aceite de monte, carne de monte”. Y lanza un deseo; “Me gustaría tanto que los blancos respeten el monte…”.

También requirió «conocer bien» los proyectos que vienen de afuera, además de pedir circular de manera libre por el monte como lo hicieron sus abuelos.

 

La tierra tiene hambre

“Tienen que comprender también que cuando nosotros buscamos y encontramos miel vamos a tumbar el árbol, aunque sea grande lo vamos a tumbar, tampoco es para vender. Un árbol caído le hace bien a la tierra, la tierra, también necesita alimentarse, como nosotros”.

Artemio asegura a continuación que “la tierra de Brasil y Paraguay está con hambre, han pelado la tierra; la tierra ‘no se halla’ porque no tienen alimento; la tierra nos da de comer y nosotros en cierta manera ayudamos también para que la tierra se alimente”.

Insiste más adelante en que en el lugar tienen todo, “es como nuestra madre. Tenemos fuego que es remedio para nosotros; cuando estamos enfermos nos acercamos y tomamos su calor, gracias a esto el frío no nos golpea fuerte; con el fuego, los resfríos pasan, gracias a la leña que nos da el monte. Me gustaría que los blancos respeten todas estas cosas”, pidió por último Artemio Benítez en nombre de su comunidad.

 

El uso habitual de las 200 hectáreas

Artemio Benítez, al referirse al camino que atraviesa las 200 hectáreas, recordó que es el trazado que usaban para visitar las distintas comunidades, como Jejy por ejemplo. “Se pasaba por el arroyo Itapuá, por el arroyo Oro o Plata, no me acuerdo bien. El camino que pasaba por el medio de Taborda ya no se ve, las topadoras pasaron por encima y lo taparon, pisaron sobre él y lo hemos perdido”.

A su vez, relató que parte de esas hectáreas son de uso más frecuente en los meses de enero y diciembre, “porque en el verano los animales están más gordos; los animales de esta zona pasan en medio de las 200 hectáreas, van y vienen, también los yaguaretés, por allí pasan para ir para arriba y otros lugares. En tiempo de hambre van a buscar alimento por distintos lugares. Los venados no van tan lejos; hay mucho en la zona de las 200 hectáreas”.

Lo que no hay tanto “es agua, hay pero a mucha profundidad, en la zona del condominio tampoco, lo que hay son lagunas”.

Recordó además que su hermano mayor fue el primer Cacique en toda esta zona del lote 8. “Él andaba por la ciudad de los blancos, entonces no sabíamos que era lote 8. Él tenía contacto con los blancos. Una vez fue del otro lado del Pepirí, lo que hoy es Brasil; antes creíamos que todo era Argentina, todo era monte del otro lado».

Recordó un episodio en que “un blanco se había metido a vivir en ese lugar, nadie había comprado todavía esos montes, tenían algunos animales y un toro mató al hijo de mi hermano que estaba durmiendo debajo de un árbol. Ese blanco le dio ollas y ropa usadas como pago por la muerte del niño”.

 

 

Apoyos y un nuevo pedido en la Legislatura

POSADAS. El pasado miércoles se realizó una audiencia pública convocada para tratar el proyecto de camino de acceso al lote 8 de la Reserva de Biósfera Yabotí. La audiencia se extendió por espacio de 8 horas 39 minutos. De 90 inscriptos, hicieron uso de la palabra 45.

El 70% de las intervenciones se expresó a favor de la propuesta de acceso solicitada por las comunidades, entre ellos el defensor del pueblo de la Nación, por medio de Rodrigo Solá y Luis Roa, la Asociación de Guardaparques de Misiones, el Premio Nobel Alternativo Raúl Montenegro, la fundaciones R21 y Bosques Nativos Argentinos para la Biodiversidad. Similar posición adoptaron desde el Equipo Misiones de Pastoral Aborigen; Equipo Nacional de Pastoral Aborigen; el presidente del Consejo Consultivo y Participativo de los Pueblos Indígenas, Félix Díaz; la Secretaría de Agricultura Familiar de la Nación, por medio del coordinador provincial, Bernardo Kunz, y numerosos líderes indígenas del pueblo mbya guaraní.

Además de los citados participaron caciques, autoridades locales y de la Defensoría del Pueblo de la Nación, miembros de ONG indigenistas, miembros de ONG ambientalistas, asociaciones civiles, iglesias y fundaciones, guardaparques, funcionarios del Ministerio de Ecología, diputados provinciales, miembros de organizaciones gremiales (ATE), organismos nacionales, miembros de asociaciones y de emprendimientos turísticos, entre otros.

 

El Pays insistió en Diputados

Tras la consulta el pasado jueves, en la Legislatura provincial, se debatió también el tema a instancia de un pedido del bloque de diputados del Partido Agrario y Social (Pays) -que tuvo preferencia- sobre la apertura de un camino en el lote 8 de la Reserva Natural Yabotí.

El presidente del Bloque del Pays, Héctor Bárbaro, junto al diputado Martín Sereno, solicitó en la norma que se autorice al Gobierno de la provincia la construcción de un sendero de comunicación y acceso dentro del Parque Provincial Moconá, de «uso exclusivo» para las comunidades mbya guaraní asentadas en el lote 8 de la Reserva de Biósfera Yabotí, que permita la conectividad de las comunidades con la ruta provincial costera 2, sin restricciones de horario».

Indican que la vía de acceso a ser construida o viabilizada considerando senderos existentes por dentro del Parque Provincial Moconá, no podrá superar los tres metros de ancho, y su traza podrá planificarse en tanto no afecte ni requiera el retiro y reubicación de árboles nativos ni de especies protegidas.

 

Sobre el Moconá

Artemio cuenta que a los Saltos de Moconá no lo miran mucho, “lo respetamos, los dueños de los saltos son delicados. Lugares como esos no los ocupamos porque hay muchas piedras, ni lo miramos, menos aún los niños, si los niños miran pueden volverse dementes”.

Cuenta que “en los saltos siempre hay muchas piedras y los dueños nos ven, aunque nosotros no los veamos, cuando vamos a pasar por esos lugares tenemos que pedirles permiso, debemos decirles que simplemente pasamos, que no hagan caso por nosotros, como nosotros no los vemos, la única manera de saber es a través de nuestros sueños, nos advierten que debemos evitarlos”.

Temen por los niños mbya por los Saltos de Moconá., “Ahora que están a la vista no les hará bien, les va traer enfermedades, no será algo bueno para nosotros”. Recuerda que siempre tuvieron recomendaciones de sus mayores “para no pasar por los Saltos de Moconá, más acá de los saltos, sí”.

Artículos relacionados