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Bosques o no

Escribe el Ing. Ftal. Juan Garibaldi

 

MISIONES (Mayo 2011).- Se ve que, en la idea es abroquelarse contra un ataque subversivo a la industria de producir madera, los monocultivos forestales y los bosques, hay tanta tela para cortar al respecto como opiniones infundadas emitidas por ahí.

Los servicios y productos del bosque, no se limitan a la madera que producen ni siquiera a producir cobertura para evitar la escorrentía rápida de las aguas de lluvia, tampoco conocemos bien la extensión y valor de estos servicios, un bosque nativo en Misiones puede tener hasta sesenta especies por hectárea en el mismo estrato donde un bosque implantado tendrá una sola especie, ero en lo que radica la gran diferencia entre uno y otro es en el manejo al que son sometidos.

Si tenemos bosques implantados en ciclos de corta de treinta años no será- ni cerca- parecido a aquellos cuyo ciclo de corte es de dieciséis años; la cantidad de materia orgánica secuestrada en el suelo, la cualidad de albergar vida silvestre de todo tipo serán escandalosamente diferentes en uno y otro caso, mas aún lo será en donde tengamos un bosque en el que hagamos entresaca selectiva en el que mantengamos cobertura y diversidad constantemente.

De lo que se habla una y otra vez cuando se ataca el modelo productivo de monocultivos forestales mecanizados, homologados de cortísimo ciclo (principalmente para pasta de celulosa), es del reemplazo de ecosistema nativos más complejos, mejor adaptados a los ambientes donde se desarrollan, por otros mas simples, y de menor calidad de índices de sustentabilidad; tanto bosques nativos como pastizales.

Si (Jorge) Pujato quiere llamarle bosques, puede hacerlo; Lo que dicen los que discuten esta idea es que no cumplen las funciones de un bosque, sus suelos albergan mucho menos carbono, las especies de animales no encuentran condiciones aptas para vivir en ellos y las especies de plantas que vegetan en ellos son muchas menos.

El resto del artículo, toca otros temas y los mezcla hasta lograr confundir con bastante éxito al lector. En realidad lo que parece quedar claro es que los argumentos para defender a pinos y eucaliptos frente a la alternativa de los bosques nativos, son meramente económicos (en ese sentido atendibles) pero cuando salen de este terreno patinan lindo y pierden coherencia.

Es en todo caso un debate, que debería tener una seriedad de la que carece, creo; y que debería incluir varios factores como la oferta y demanda de la mano de obra, algunos aspectos sociológicos ligados a la tipología del trabajo y la valoración cierta de los servicios ambientales de cada uso del suelo. Mientras tanto cada uno larga al viento sus opiniones.

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