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Botnia ya produce tanta celulosa como 30 papeleras argentinas

A un año de la instalación de la planta frente a Gualeguaychu

La empresa dice que no la afectan los cortes de ruta. Hay dudas sobre su impacto ambiental.

Fuente: Diario Clarin

URUGUAY (10/11/2008).- A un año de empezar a echar su humo blanco enfrente de Gualeguaychú, la pastera Botnia produjo 850 mil toneladas de celulosa, casi lo mismo que fabrican todas las papeleras que –con distintas tecnologías e índices de control ambiental– existen en Argentina. De acuerdo con sus propios registros, Botnia ya envió 24 barcos a Europa y 11 a Asia, todos repletos. «Superamos nuestras expectativas en cantidad y en calidad», aseguró Florencia Herrera, encargada de Comunicaciones de la compañía finesa en Uruguay. Según relevamientos de la organización Greenpeace, las treinta pasteras argentinas –por cuyos efluentes ya ha protestado el gobierno de Paraguay– apenas llegan a las 900 mil toneladas anuales. Todavía no está muy claro qué consecuencias tienen en el ecosistema del río Uruguay las 850 mil toneladas de Botnia: mientras la empresa exhibe informes técnicos que hablan de un impacto mínimo, vecinos de Gualeguaychú exhiben indicadores en contrario y mantienen cortado el puente que une su ciudad con la vecina Fray Bentos. La vocera de Botnia dijo que su compañía no tiene comentarios para hacer sobre esta protesta, que lleva más de dos años, ni sobre cuestiones diplomáticas. Pero sostuvo que «la planta no se vio afectada» en su trabajo por ninguno de estos «factores externos». La llegada de Botnia a la región generó una grave crisis entre ambos países. Argentina argumenta que Uruguay autorizó unilateralmente la instalación de esta pastera y Uruguay responde que cumplió con todos los pasos previstos; todavía está pendiente el inicio de la actividad de la española ENCE, mudada de Fray Bentos a Colonia y con una previsión de 500 mil toneladas anuales. La última palabra sobre todo este conflicto la tendrá la Corte Internacional de Justicia, la autoridad judicial de las Naciones Unidas. Fue hasta ahí, a La Haya, adonde el gobierno de Néstor Kirchner llevó en 2005 al de Tabaré Vázquez . En Botnia trabajan 3.460 personas; casi todos uruguayos, proporcionalmente pocos fraybentinos. El proyecto demandó una inversión de 1.200 millones de dólares. –¿Qué pasaría si la Corte de La Haya determina que Uruguay incumplió compromisos previos con Argentina y el gobierno uruguayo se ve obligado a pedirles que levanten todo? –preguntó Clarín a la portavoz de la empresa. –Botnia funciona en un Estado de derecho y acataría cualquier decisión. Pero no contemplamos esa hipótesis –contestó Herrera. –En ese caso, ¿está previsto que Uruguay los indemnice? –No conozco esos términos. Pero no estamos evaluando el tema ni hacemos futurología. El 9 de noviembre de 2007, al inaugurarse la planta, fue Uruguay el que decidió preventivamente cerrar la frontera con Argentina. La decisión marcó el punto más bajo de toda la historia en las relaciones bilaterales. En esas mismas horas, en una cumbre regional en Santiago de Chile, Kirchner y Tabaré no se dirigieron la palabra. Ni la mediación de la corona española logró acercar las posiciones. Los piquetes de los ambientalistas entrerrianos son el principal motivo del enojo uruguayo. Empezaron en enero de 2006, saludados por la Casa Rosada, y llegaron a extenderse a los tres pasos internacionales. Uruguay logró una condena contra Argentina de un tribunal arbitral del Mercosur, que en la práctica no tuvo ningún efecto concreto. Un abogado –Salvador Rosetti Serra, miembro de la Asamblea Rutas Libres– últimamente se empecinó en cruzar el puente «San Martín», a pesar de los cortes. Primero pasó con una orden judicial; al tratar de hacerlo por las buenas, lo frenaron y tuvo que intervenir la Gendarmería. En estos días, la producción de Botnia está frenada. Según su vocera, la decisión no obedeció a la crisis global sino a una parada de rutina para mantenimiento

Fuente: Diario Clarin

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