Opinión |
*Profesora de la UNaM e investigadora del Conicet. **Coordinador de Ambiente y Desarrollo y consultor sectorial (www.ambienteydesarrollo.com.ar).
María Cristina Area* y Gustavo Braier**
BUENOS AIRES (17/4/2008).- Papel Prensa tiene problemas con el tratamiento de sus efluentes líquidos y no puede cumplir con las normas legales vigentes. Esta situación fue planteada y analizada dentro del Pri-CePa (Plan de Reconversión de la Industria de Celulosa y Papel) en la visita que se realizó a la planta de San Pedro el 9 de marzo de 2007, tal como figura en la página web de la Secretaría de Ambiente La empresa se manifiestó preocupada por la situación e hizo diversas consultas técnicas para solucionar este inconveniente. Las soluciones a problemas de este tipo no se dan de un día para el otro porque requieren investigación e inversiones importantes. Es preciso que la opinión pública también conozca esta situación y la analice en forma responsable, para lo cual las sucesivas notas aparecidas en Crítica de la Argentina ayudan mucho. Debe subrayarse que no hay un desastre ambiental en puerta, recordando que Papel Prensa va a cumplir 30 años. De igual manera, Botnia, empresa mucho más moderna, aunque con otra tecnología de fabricación, tiene excelentes indicadores ambientales. En este sentido, técnicamente, el título “Botnia en San Pedro” es un elogio. ¿Qué hacemos frente a esta situación como sociedad que produce y consume papel? ¿Cerramos la planta? ¿Hacemos de cuenta que nada sucede? Creemos que la mejor respuesta es poner un objetivo que se pueda cumplir económica y técnicamente, aprovechando los mejores recursos con que cuenta nuestro país. Buscar la forma de que la empresa no quede continuamente en falta porque esa situación abre el camino para la extorsión y eterniza el problema. Los procesos de fabricación de pulpas celulósicas quimimecánicas y semiquímicas no poseen sistema de recuperación de reactivos. Como consecuencia, luego del tratamiento biológico de sus efluentes líquidos queda una cierta cantidad de materia orgánica difícil de degradar, denominada recalcitrante, que se mide como demanda química de oxígeno (DQO). Los casos registrados de tratamientos exitosos de esta materia orgánica recalcitrante son de dudosa aplicabilidad práctica, por sus características técnicas, medioambientales o económicas. En la Universidad Nacional de Misiones se está estudiando el tema mediante un proyecto que se denomina “Estudio de alternativas para el tratamiento de la DQO recalcitrante de efluentes de procesos quimimecánicos y semiquímicos”. El objetivo del proyecto es encontrar una alternativa eficaz de control de la DQO del efluente final del proceso quimimecánico al sulfito alcalino y semiquímico al sulfito neutro, que logre encuadrar este parámetro en lo establecido por las legislaciones provinciales, con la menor inversión posible y sin generar otros problemas ambientales. El mismo tendrá un impacto ambiental altamente positivo si se logra encontrar un método, dado que los resultados del proyecto podrán transferirse directamente a las fábricas de pulpa celulósica que posean este tipo de procesos. Los lectores que hayan logrado sortear semejante cantidad de información técnica deben comprender que la industria no está siempre integrada por delincuentes que buscan el beneficio a cualquier costa, sino por profesionales y trabajadores que interactúan con las presiones de la sociedad para hacer las cosas cada vez mejor. Postulamos que seamos serios, que reconozcamos nuestros problemas para poder corregirlos, que fortalezcamos nuestras instituciones y que sigamos creciendo sustentablemente como sociedad