El crecimiento de la principal actividad económica de la provincia está frenado |
En Misiones las empresas se vieron obligadas a reducir los turnos de producción al mínimo. Estos tres factores afectan su competitividad, sumado a la carga tributaria que ejerce la provincia sobre esta producción industrial. De prolongarse la situación, hay temor en que comiencen la suspensión o despidos de trabajadores.
Por Patricia Escobar
MISIONES (20/7/2007).- La crisis energética limita el desarrollo de la actividad foresto-industrial, principal actividad económica de la provincia, pero no es el único factor que preocupa y que frena la competitividad del sector. También las pequeñas y medianas empresas enfrentan una baja sostenida de las exportaciones -que se prolongan desde el 2006 por la caída en la demanda del mercado norteamericano-; mientras que a nivel provincial soportan «»una fuerte carga tributaria y serias dificultades en la disponibilidad de la oferta de la materia prima», según explicaron a ArgentinaForestal.com los empresarios. Este escenario preocupa también a los gremios representantes de los trabajadores, dado que se teme que, de prolongarse esta situación, se enfrenten en el corto plazo con suspensiones o despidos. El secretario general del Sindicato de Obreros de la Industria de la Madera de Misiones (SOIM), Lino Fornerón, aseguró que aún en la Zona Sur de la provincia no se presentaron situaciones de suspensión masiva, reducción de personal o despidos por la crisis energética. De la misma manera, en la Zona Norte el secretario del SOIME, Aureliano Sánchez, confirmó que por el momento solo se presentaron notificaciones al gremio por modificación horaria. “Los aserraderos están garantizado el mínimo de 8 horas, no hay suspensión o despidos, sólo una empresa de San Pedro suspendió por 30 días a sus trabajadores, pero no es por la falta de energía sino por la falta de materia prima”, dijo el sindicalista, en relación al aserradero Pinar del Norte. Pero por otra parte, advirtió que “los trabajadores temen por su fuente laboral, porque el problema de energía se suma a la baja de las exportaciones, y no sabemos hasta cuando las industrias seguirán aguantando y manteniendo el plantel de empleados, es un tema preocupa”, dijo Sánchez “Antes el aserradero funcionaba las 24 horas, pero ahora por las crisis energética tuvimos que reducir al horario de 7 a 16 horas”, sostuvo Alfredo Gruber, del Estableciendo “Don Guillermo”, uno de los aserraderos más importantes de la Zona Norte. De esta manera, se expone que las dificultades por el consumo de energía están frenando el crecimiento al limitar la capacidad de producción de un aserradero, pero también hay otros factores que presionan a los industriales madereros, como la baja de las exportaciones, la carga tributaria y las dificultades en la oferta disponible de la materia prima. El gerente de la Asociación de Madereros, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap), Juan Manuel Pardal, indicó en la entrevista con ArgentinaForestal.com que “por el momento, por la crisis energética los empresarios evitaron los despidos o suspensiones del personal, y optaron -en los casos en que funcionaban las 24 horas- por la reducción en el horario de producción, acomodando por lo general en doble turno, otros desde las 7 a 16 horas”. negrita/Exportaciones en crisis/negrita Los productos de madera sólida de pino se vieron afectados desde el año 2006 por la explosión de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos, principal mercado de exportación de la producción forestal del país. “Esto provocó importantes cambios en el mercado, ya que la crisis del sector inmobiliario de EE. UU. generó una importante caída en los precios internos de la madera en ese país, pero esta crisis se trasladó en forma atenuada a la industria maderera argentina del pino. Al no poder exportar por precios insuficientes para cubrir sus costos, las empresas líderes locales redireccionaron su producción al mercado doméstico”, explicó el especialista en Comercio Exterior, Gustavo Cetrángolo, quien recomendó comenzar a trabajar para “disminuir la dependencia del mercado americano, cuya reactivación parece no muy próxima, y dedicarse a explorar nuevos mercados, especialmente en el Lejano Oriente, Medio Oriente y Europa”. Pero para dar este paso las Pymes necesitan de una fuerte alianza público-privada, para soportar los costos de abordaje de estos mercados. En este sentido, el directivo de la Amayadap agregó que “la caída del mercado externo es algo que no tiene solución, esto no lo podemos modificar, pero la producción se fue volcando al mercado interno, y como este es muy chico, se genera una sobre oferta que provoca la baja los precios y cambios en la cadena de pagos”, explicó. El mercado nacional no es muy demandante de madera, por lo tanto, los industriales no tienen muchas posibilidades de expansión para colocar en forma sostenido la producción. “Al caer la exportación todo se deteriora, porque la oferta aumenta, bajan los precios y se alargan además los tiempos de pagos”, agregó Pardal. Todo este escenario preocupando al sector, “todavía se aguanta y se hace lo posible por seguir amortizando los costos, esperando que la situación mejore en el corto plazo”. negrita/Presión tributaria/negrita En este sentido, remarcó que los empresarios madereros necesitan que “el Estado provincial revise su política fiscal y reduzca la carga tributaria sobre la producción, como también pedimos que eliminen la aplicación de Ingresos Brutos a las exportaciones, esto es una prioridad”, subrayó el representante de la Amayadap. La actual gestión de gobierno también grabó la actividad forestal con una tasa del 2% a todo producto que ingresa a la industria para su procesamiento (Tasa Forestal) y elevó a muy altas tasas a los impuestos inmobiliarios que hoy grava la tierra productiva (se estima en más de un 600%); además de aplicar Ingresos Brutos todos los productos de exportación por medio de una modificación a la Ley Fiscal, una medida única en el país. Con respecto al impacto de la aplicación de este último impuesto, el gerente de la entidad maderera aclaró que los empresarios “continúan con las acciones judiciales para frenar su aplicación, hay quienes no pagan y esperan una resolución y, por otro lado, están otros que pagan bajo protesto con la esperanza de que el Estado les reintegre el dinero en algún momento, pero mientras se continua litigando en la justicia el impuesto sigue vigente”, concluyó Pardal.