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Las autopistas no constituyen un gasto infundado sino que contribuyen con la seguridad del tránsito al evitar los accidentes frontales, que son los más comunes
Fuente: Diario Cuyo
SAN JUAN (15/5/2006).- La mayor parte de la infraestructura vial existente en el país fue diseñada y concebida en la década del ’30, por lo que puede considerarse obsoleta en relación al actual caudal del tránsito automotor y las características de los vehículos modernos. Las rutas han quedado reducidas a angostas carpetas asfálticas en las que los conductores arriesgan a diario la vida. Hay datos que revelan claramente esta situación: Los choques frontales representan el 66% de los casos fatales y de ellos la mayoría tienen lugar durante las maniobras de adelantamiento y sobrepaso de un vehículo a otro. Esto habla a las claras de las deficiencias que ofrece la red vial con rutas altamente transitadas, de un solo carril en las que se circula en doble sentido. Especialistas en tránsito sostienen que la seguridad vial se sustenta en un trípode cuyas patas son la infraestructura, el vehículo y el conductor. Muchos de ellos consideran que en nuestro país se ha puesto énfasis en las acciones hacia los conductores y dejando en un segundo y tercer plano el estado de los vehículos y de la infraestructura vial, cuando en realidad esta última es el soporte de lo demás. Respecto del estado de las rutas y caminos, en estos dos últimos años estamos siendo testigos de los esfuerzos que en todo el país se realizan para mejorar las condiciones. Se están haciendo pavimentaciones, repavimentaciones y ensanches de los tramos más intensamente transitados, pero sin salirse del esquema de las peligrosas rutas de doble circulación. En San Juan, los organismos viales tanto de la provincia como de la nación han encarado diversos trabajos en la mayoría de las rutas, pero en ningún caso se contempla la construcción de tramos con carriles separados, como un medio de contribuir con la seguridad para el tránsito. Vialidad Provincial tiene a su cargo la mejora de 227,45 kilómetros de rutas, todos ellos basados en las trazas originales como las rutas provinciales 99 (Calle Rodríguez); 107 (Costanera Juan D. Perón) o la 511, camino a San Ramón. Vialidad Nacional, por su parte, tiene un plan de obras que comprende mejoras en 7 tramos de rutas nacionales como la Ruta 153 (ex 319), camino a Los Berros; la Ruta 20, desde el límite con San Luis hasta el Acceso Este, en Santa Lucía y la ruta 141, desde el límite con La Rioja hasta el empalme con la Ruta 20 en el Control Forestal. También la ruta 40, desde el Acceso Norte hasta Jáchal y desde el límite con Mendoza hasta calle Cinco; desde Huaco hasta el límite con La Rioja; desde Matagusanos hasta Tucunuco y la ruta 150 desde Jáchal hasta Arrequintín. Los únicos tramos de doble carril en los que se han previsto mejoras es en la Ruta 40 (o Acceso Sur) desde la Avenida de Circunvalación hasta la calle Cinco, y en la totalidad de la Avenida de Circunvalación. Ambos organismos en conjunto están trabajando en la Ruta 510, desde la Villa San Agustín de Valle Fértil hasta el empalme con la ruta 150, en las inmediaciones de Ischigualasto; en la ruta 149 (ex ruta 12 – Quebrada de las Burras), desde Pachaco hasta el empalme con la ruta 436 y en la 149, desde Pachaco hasta Calingasta. La necesidad de vías rápidas de dos carriles se evidencia en el tramo de la ruta 20 entre San Juan y Caucete; la 40 entre San Juan y Albardón o la 40, desde Tres Esquinas hacia el Sur. La cantidad de vehículos como también sus características (por estas vías circulan camiones cosechadores y los destinados a los transportes internacionales) hace que estas rutas, en determinadas horas del día, resulten insuficientes para canalizar el tránsito, con riesgos de accidentes en distintos tramos. El adelantamiento de un vehículo a otro, constituye una ruleta rusa que a menudo cobra su precio. Las autopistas son las únicas capaces de garantizar una disminución de los índices de esos accidentes. Esto es así porque dividen físicamente ambas calzadas, con lo que los choques frontales -los más graves y frecuentes en las rutas convencionales- se vuelven físicamente imposible. Debemos recordar que antes del desdoblamiento de sus calzadas, la ruta 2 que une Buenos Aires con Mar del Plata era llamada la ruta de la muerte. Hoy con la moderna autopista los accidentes de ómnibus se han reducido en un 98% y los de automóviles a la quinta parte, a pesar de que el tiempo de viaje disminuyó un 30%. Se considera que esta reducción de accidentes es atribuible exclusivamente a las condiciones de seguridad de la doble vía, ya que los automovilistas son los mismos del resto del país, con la misma educación vial que el resto de los conductores. En 1998, el doctor Guillermo Laura presentó el proyecto de la Red Federal de Autopistas al que se lo popularizó como el Proyecto 10, o el Proyecto Laura. Proponía la construcción de 10.000 kilómetros de autopistas en todo el país, libre de peaje. En teoría se uniría a 1.150 ciudades y pueblos que albergan el 82% de la población de todo el país. Las nuevas autopistas responderían a un esquema de avanzada que incluiría además de las dos vías por carriles diferentes (Ver infografía); una huella para máquinas agrícolas sin pavimentar; un sector para los servicios como gasoductos, oleoductos o líneas de alta tensión; un sendero para ciclistas pavimentado; dos zonas forestadas, una en la parte central de 120 metros de ancho y una segunda a un costado en un sector de 50 metros de ancho; una zona de servicios donde podrán instalarse estaciones de servicio y un camino colector de tierra. Su financiación estaría a cargo de empresas privadas concesionarias que luego recuperarían lo invertido a través de una tasa de 1 centavo por litro de combustible cada 1.000 kilómetros de autopista terminada que pagaría el usurario. Un aspecto interesante de este proyecto es que junto a la construcción de la autopista, se prevén plantar 10 millones de árboles. En San Juan la autopista de la Red Federal hubiese coincidido con la actual traza que tiene la ruta 40, desde San Juan a Mendoza. Otro tramo de la misma ruta pasaría por Jáchal con destino a La Rioja, posibilitando la comunicación con todo el país. Dentro de la tarea de reducir la gran cantidad de accidentes de tránsito fatales que posicionan a nuestro país en los primeros lugares a nivel mundial, las autoridades nacionales y provinciales deberían considerar dotar al territorio nacional de una red de autopistas, con la filosofía de que con estas obras se salvan vidas