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Argentina y Uruguay deben al sector forestal 20 millones de dólares cada una. Sin embargo, en el país vecino las cosas se resolverán de otro modo. El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca uruguayo, José Mujica, anunció que «en cuestión de pocos días» se eliminarán los subsidios al sector forestal, establecidos en la Ley promulgada en 1987, que entró en vigencia en la década del 90, similar a la argentina Ley Forestal 25.080, -que caduca en 2009-.
Fuente: NEA Rural. Por Carlos Vedoya Recio
Misiones (8-4-2005).- El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, José Mujica, anunció que «en cuestión de pocos días» se eliminarán los subsidios al sector forestal, establecidos en la Ley promulgada en 1987, que entró en vigencia en la década del 90. La Ley Forestal establece una quita gradual de los subsidios a las plantaciones, marcándose como fecha tope el año 2007 para su total eliminación. La cartera «forestal» del país oriental ha recurrido a la emisión de certificados «utilizables para adquirir bienes que están en la órbita de los fondos de liquidación de los bancos o que serán enajenados por el Estado». Con ello, el Poder Ejecutivo uruguayo espera comenzar a saldar buena parte de la deuda que desde 1997 mantiene con los productores forestales por los subsidios a las plantaciones y que sumaría más de U$S 20 millones. En Argentina, la deuda que mantiene la Nación con el sector forestal argentino es similar al uruguayo y asciende a 60 millones de pesos. «Voy a pagar en este año los 60 millones en la medida en que tenga certificaciones en orden para pagarlas. Por eso estamos apurando las certificaciones y las inspecciones», admitió Esther Malacari, titular de la Dirección de Forestación de la Nación, dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (Sagpya), a DF Ediciones. En Uruguay, en cambio, las cosas se resolverán a la inversa. «Me parece ridículo que un subsidio que, además no estamos pagando, pero estamos concediendo cuentas, siga creciendo (la deuda)», dijo Mujica al diario El País, de Uruguay. Para el Ingeniero Agrónomo Carlos Pérez Arrarte, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, e investigador del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo, Uruguay (CIEDUR), «las tierras forestales uruguayas tienen un precio de mercado de unos US$ 700 por hectárea; los costos de plantación, de US$350, de los que el inversor forestal podría recuperar un año después de la plantación un subsidio equivalente a la mitad de ese costo». El esquema funciona, siempre y cuando el Estado nacional cumpla, como ocurre en Argentina. «En todo caso primero tenemos que pagar lo que debemos. Y en lo que me es personal, no lo he discutido con el gobierno, pero yo pienso que a esta altura es una felonía, que el pueblo uruguayo esté subsidiando a inversiones trasnacionales, poderosísimos, para plantar árboles, que sean productores que planten y que trabajen en el Uruguay, pero que no vienen porque sí», dijo Mugica. La historia de las cerca de 714 mil hectáreas actuales de forestación en Uruguay podría dividirse en dos etapas: 1)desde los orígenes hasta 1987 y, 2)desde entonces, con la puesta en práctica de la nueva Ley de Desarrollo Forestal 15.939, en diciembre de 1987. Según la FAO, -la Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU-, hasta el año 1988, la silvicultura en Uruguay se limitaba a unas 31 mil hectáreas plantadas (17 mil hectáreas de eucaliptos, 11 mil con pinos y 3 mil de otras especies menores). En el quinquenio anterior a la vigencia de la ley, la forestación aumentó en 13 mil hectáreas (60%) mientras que en el quinquenio posterior se multiplicó por 3 alcanzando casi las 170 mil hectáreas. Esa tasa de crecimiento, con empresas multinacionales a la cabeza, se mantuvo intacto durante el período 1995_1999, cuando la forestación en Uruguay aumentó un 130%, llegando a más de 500 mil hectáreas, apenas un 20% menos de superficie bosquosa que la actual superficie de bosques implantados en Misiones y Corrientes juntas. Lo cierto es que la Ley que derogaría Mugica, concedió al Uruguay durante sus primeros 10 años de vigencia unas 450 mil hectáreas, -45 mil hectáreas por año, similar a la tasa de forestación argentina durante 2004 que consume todo lo que planta, a diferencia de Uruguay, que consume unas 7 mil hectáreas por año, según AFOA-, el equivalente al 40% de la superficie boscosa del país y al 94% del bosque implantado a lo largo de toda la historia uruguaya. Hoy por hoy, la situación del Uruguay indica que el país oriental tiene plantada unas 714.081 hectáreas plantadas, entre 173.075 coníferas y 541.006 latifoliadas.