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Shell, Repsol, Capex y Aluar son algunas de las compañías que pretenden adquirir «bonos de carbono», títulos con valor monetario que se obtienen al disminuir la emisión de dióxido de carbono y venderlos a otras empresas en el extranjero. El Protocolo de Kyoto, que rige a partir de ayer, abre las puertas para que varias empresas argentinas se puedan beneficiar con el mecanismo de reducción de gases tóxicos. Shell, Repsol, Capex y Aluar son algunas de las compañías que pretenden adquirir «bonos de carbono», títulos con valor monetario que se obtienen al disminuir la emisión de dióxido de carbono (CO2) y venderlos a otras empresas en el extranjero. Estados Unidos, el país que más contamina, continúa al margen del protocolo. A través de este convenio, firmado en 1997 y al que adhirieron 125 países, se busca que la emisión de gases sea en 2012 5,2% menor a 1990 en los países desarrollados. Las naciones que firmaron el acuerdo deben bajar la cantidad de gases de efecto invernadero, como el CO2, que contribuyen al aumento de la temperatura y al cambio climático. Si las empresas o los países no logran la reducción, deberán comprar créditos a quienes contaminen menos, de forma tal que varias empresas locales ya se pusieron en marcha para disponer de esos créditos, señaló El Cronista en su edición de ayer. A modo de ejemplo, la fabricante de aluminio Aluar desarrolló una innovación tecnológica para su planta de Puerto Madryn, que le permitirá reducir la emisión de 1 millón de toneladas de CO2 en diez años, por lo que recibiría u$s 5 millones en bonos de carbono. En tanto la firma Repsol YPF apunta a obtener u$s 2,5 millones gracias a la reducción de contaminación hecha en Cerro Fortunoso, Mendoza. En la misma línea, Shell pretende al menos u$s 200.000 por los cambios realizados en su refinería de Avellaneda y la petrolera Capex, en Neuquén, aspira a reducir la emisión de 20 millones de toneladas de CO2 hasta 2025. Al margen Asimismo, el ministro de Salud y Ambiente de la Nación, Ginés González García, en su rol de presidente de la Décima Cumbre Mundial sobre Cambio Climático, encabezó la ceremonia a través de la cual entrará en vigencia el Protocolo. El martes, en la jornada previa, Japón urgió a Estados Unidos a que adopte el Protocolo, y realizó lo propio con China e India. «Seguiremos instando a estos países a que se unan al pacto», afirmó el canciller, Nobutaka Machimura. China e India no disponen de recursos ni tecnologías suficientes para cumplir con los compromisos de la reducción de emisiones de gas. Mientras que el presidente estadounidense, George W. Bush, justificó la decisión de permanecer al margen por los supuestos daños que causaría el cumplimiento del protocolo en la economía del país. Una serie de movilizaciones y encuentros de ONG y grupos ecologistas reclamaban ayer en Japón objetivos más ambiciosos que los establecidos en el protocolo.