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Celco asegura que obras en ejecución están autorizadas

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Notificación de Corema recién fue entregada a celulosa Arauco y Constitución (Celco) el miércoles. Gerencia de Celco asegura tener permiso desde el 2001 para construir la planta de celulosa, a pesar de lo cual paralizarán obras.

Fuente: Lignum

CHILE(13/1/2005).- Notificación de Corema recién fue entregada a celulosa Arauco y Constitución (Celco) ayer tarde. Gerencia de Celco asegura tener permiso desde el 2001 para construir la planta de celulosa, a pesar de lo cual paralizarán obras. La gerencia de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) S.A. asegura tener los permisos necesarios para iniciar las obras de parte importante del Complejo Forestal e Industrial (CFI) Itata, en el sector Nueva Aldea -provincia de Ñuble- al contrario de lo considerado por el consejo de la Comisión regional de medio ambiente (Corema), que el martes inició dos expedientes sancionatorios en contra de la empresa y dispuso una orden para paralizar los trabajos, hasta el fin del proceso de evaluación de impacto ambiental. En septiembre pasado Celco inicio la construcción de la planta de celulosa -la parte central del complejo- bajo el amparo de la resolución 9/2001 del 26 de enero de ese año, emitida por la Comisión nacional de medio ambiente (Conama). Según la empresa las actuales labores no están incluidas en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) sobre «Obras nuevas y actualizaciones del Complejo forestal e industrial Itata», que tramitan las autoridades ambientales de la zona desde el pasado 30 de agosto. Si bien no comparte el criterio de la repartición pública, la empresa Arauco y Constitución dispuso la paralización inmediata de las obras de la planta de celulosa y asociadas en el sector de Nueva Aldea, trabajos a cargo de una serie de contratistas. Si bien la orden fue emitida pasado el mediodía de ayer, hasta las 15:30 horas aún era observable en los terrenos de Nueva Aldea el trabajo de personal en las torres y en parte de las 16 grúas -12 de ellas de construcción de altura- emplazadas en las tres hectáreas centrales del complejo. La empresa espera demostrar, a lo largo del proceso de los dos procesos sancionatorios que las obras iniciadas no tienen relación con el EIA en curso, sino que forman parte de la primera autorización ambiental de enero de 2001. El sumario -que debiera estar concluido a fines de febrero- involocra la formulación de cargos de parte de los servicios públicos, las respuestas de Celco, y la resolución, que puede terminar absolviendo a la celulosa, o aplicando sanciones que van desde la amonestación, multas de hasta 500 UTM -algo más de 15 millones de pesos- el rechazo del EIA ó la revocación del permiso ambiental para operar, dependiendo del caso. subtitulo/Historia/subtitulo El Complejo Industrial y Forestal (CFI) Itata inició sus primeras obras con la planta de paneles, tras la aprobación final del primer Estudio de Impacto Ambiental (EIA), el 6 de agosto de 2003. Ello, tras un rechazo inicial y el pronunciamiento en contrario del consejo de ministros de Comisión Regional de Medio Ambiente -máximo organismo resolutivo de la entidad- que autorizó la construcción, en enero de 2001. El pasado 30 de agosto, la misma Comisión regional de medio ambiente (Corema) sancionó con una multa de 48 millones de pesos a la planta, por haber modificado los planos de la planta. Días después, Celco inició las obras de la planta de celulosa. Director de Conama: «Complejo Forestal Itata torpedeó la ley de base de medio ambiente» Pasadas las 15.30 horas de ayer salió desde las oficinas de la Intendencia del Biobío, tras un último chequeo, el texto elaborado por la dirección ejecutiva de la Comisión nacional de medio ambiente (Conama) Región del Biobío, con la cual fue notificada la gerencia de Celulosa Arauco y Constitución S.A. del inicio de los dos procesos sancionatorios en su contra -que por economía procesal, serán tramitados como si fueran uno- y la orden que obliga a paralizar las obras del complejo Itata, hasta que no sea resuelto el fondo de los sumarios. «Que nosotros paremos la construcción de la planta de celulosa Itata, no implica que estemos en contra de la empresa,» afirmó el director ejecutivo de Conama región del Biobío, Bolivar Ruiz Adaros. «Simplemente queremos que se cumpla la ley, pues el inicio de obras de una instalación que está siendo sometida a un EIA, sin su correspondiente autorización, es un torpedo a la línea de flotación de la ley de base de medio ambiente,» argumentó el directivo. La actual legislación permite el inicio de obras antes de tener aprobado el EIA, a través de la contratación de seguros ambientales. «Yo lamento que Itata no haya optado por este sistema, si estaban tan apurados por construir. Nosotros les dijimos que era posible, pero ellos dijeron que no,» dijo Ruiz. Consultado por el caso de la empresa Frionatur, de Chillán, que el año pasado también inició obras sin haber completado su EIA, y a la que simplemente le fue rechazado sumariamente el proyecto, Ruiz explicó que eran casos distintos. «No sólo en la envergadura, sino también en que Frionatur tenía una serie de incumplimientos anteriores, aparte que la empresa carecía de la capacidad suficiente para resolver sus problemas. En cambio el CFI Itata tiene los recursos humanos y técnicos necesarios para solucionar los incumplimientos que presenta, al menos en lo que tiene que ver con la planta de paneles,» concluyó. ¿La empresa tiene agua suficiente? «Esa es nuestra duda,» afirmó el director ejecutivo de Conama región del Biobío, Bolivar Ruíz Adaros, quien dice desconocer si los pozos profundos y la captación del Itata serán suficientes. negrita/Pobladores quieren mantener empleo/negrita «Mal pues, si nos van a dejar sin empleo,» afirmó tajante Elizabeth Aguilera, habitante del sector La Concepción -a un kilómetro de la planta- comentando la orden de la Comisión regional de medio ambiente (Corema) que implica paralizar las obras del complejo. No es la única, pues buena parte de sus vecinos laboran en empresas contratistas, que pagan entre 120 mil y 180 mil pesos a los obreros no calificados, y hasta 280 mil a quienes tienen alguna especialización, lo cual, para un área donde las labores eran eminentemente agrícolas y temporales, ha permitido un sostenido aumento del nivel de vida, via arreglo de antiguas viviendas, y la construcción de nuevas. «Tengo hijos y nietos trabajando en la planta en la planta, y si la paran nos quitan el empleo. ¿Cómo vamos a rechazar la posibilidad de trabajar?» comentó Amelia Villanueva Cortés, quien vive en el sector desde 1959. Al otro extremo de las obras, en Carrizal, otra abuela tiene a hijos y nietos en laborando en el complejo. «A mi no me importa que la construyan o no. Me interesa que haya trabajo, y que le tiren agua al camino, para que no levanten tanto polvo,» dijo Etelbina Sepúlveda Alegría, quien reza para que Dios proteja a los suyos y la recupere de problemas en la piernas. En Nueva Aldea, Mario Pérez Olmos dice no ser contrario a la planta, a pesar de no estar contento con la pérdida de tranquilidad del poblado. «Me interesa que Conama haga su trabajo, y quienes tienen que fiscalizar, que fiscalicen,» afirmó. Fuente: Diario El Sur

Fuente: Lignum

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