Medio Ambiente |
Bosques, praderas y esteros son algunos de los ecosistemas que le han tocado «en suerte» tener a los productores agropecuarios, convirtiéndolos a ellos, de alguna manera, en los «guardaparques» de esos sitios. Esta enorme responsabilidad se suma a la difícil tarea de mantener niveles de producción, calidad y competitivad en este segmento del sector primario argentino que ha motorizado históricamente al desarrollo del país (*).
Fuente: Diario La Nación
BUENOS AIRES(4/9/2004).- Cerca del 90% de las tierras de la Argentina son propiedad privada y una parte importante de ellas están vinculadas a la producción agropecuaria. Este dato nos permite deducir que gran parte de los ecosistemas naturales, es decir la herencia de diversidad biológica del país, esta literalmente ‘dentro de las tranqueras’. Bosques, praderas y esteros son algunos de los ecosistemas que le han tocado «en suerte» tener a los productores agropecuarios, convirtiéndolos a ellos, de alguna manera, en los «guardaparques» de esos sitios. Esta enorme responsabilidad se suma a la difícil tarea de mantener niveles de producción, calidad y competitivad en este segmento del sector primario argentino que ha motorizado históricamente al desarrollo del país. Ante esta situación, el desafío agropecuario de mantener en pie a una parte trascendental de la economía nacional comienza a complementarse con la pregunta ¿ hasta donde llega la responsabilidad de ser depositario de ecosistemas que brindan servicios vitales al resto de la sociedad y quien paga los costos de conservar? La palabra incentivo cobra un valor fundamental a la hora de preguntarnos: ¿Por qué un productor va a ‘resignar’ parte de su ganancia potencial reservando parte de sus tierras a la conservación? Los incentivos intangibles o espitiruales han motorizado a gran parte de los productores conservacionistas. Preservar el monte que cuidaron nuestros abuelos, dejar ese arroyo con sus esteros para que puedan disfrutar hijos y nietos, o disfrutar del bullicio de las Charatas que vuelan desde un monte cercano cada mañana. Ante el nivel actual de reemplazo de paisajes naturales, la cuestión es encontrar la manera de sumar a miles de hectáreas más en esquemas de conservación junto a los paisajes productivos. Y para ello la palabra incentivo deberá comenzar a estar unida a la posibilidad de obtener beneficios medibles económicamente a cambio del esfuerzo de conservar ecosistemas. Los Estados Provinciales y las instituciones de la producción juegan aquí un rol fundamental, con la posibilidad de promover y fortalecer las reglas de juego para nuevos mercados que premien a productos provenientes de paisajes con conservación privada. Entre las herramientas que han generado incentivos en países de Latinoamérica se encuentran: las denominaciones de origen (por ejemplo: miel Chaqueña), la certificación de productos (como la realizada para maderas por la etiqueta FSC), los apoyos y exenciones fiscales, el desarrollo de turismo basado en los paisajes y bienes naturales (ecoturismo), el asesoramiento para productores y la búsqueda de apoyos internacionales. Quienes trabajamos en conservación de naturaleza con socios privados nos preguntamos: ¿Cuánto durarán estas acciones de conservación? y encontramos esta respuesta: Trabajamos con el convencimiento de que en un lapso no mayor de 20 años, lograremos transferir estas experiencias a un contexto regional en el que los sitios de interés para la conservación tendrán un mayor valor económico y serán premiados por instrumentos de política económica y de mercado. Así como hoy ya son pocos los que dudan sobre el valor futuro que tendrá el agua en el contexto mundial, en el futuro cercano los escasos relictos de biodiversidad también serán parte de estas nuevas «joyas» de las economías nacionales. El excelente momento de la agricultura Argentina y la exportación de commodities no basta para traspapelar de nuestra agenda de desarrollo cuestiones de largo plazo tales como el reemplazo de millones de has. de paisajes boscosos por nuevos paisajes agrícolas, los desequilibrios de cuencas hídricas afectadas por estos cambios y la fuerte retracción de otras actividades agropecuarias tradicionales de cuya diversidad nos beneficiábamos en coyunturas externas tambaleantes. Estamos entre los mejores países productores de soja del mundo: debemos festejar esto y debemos seguir produciendo. De la mano de esta realidad tenemos la obligación de avizorar el mundo futuro y alentar paralelamente otras actividades económicas ligadas al sector primario, preservar paisajes naturales claves y entrar en la oferta mundial de nuevos servicios (como en intercambio de dióxido de carbono). Estamos ante la oportunidad de decidir no perder para siempre las sigunlaridades de las eco regiones en donde hemos establecido nuestra sociedad. Algunos mundos desaparecen sin hacer mucho ruido y otros nacen sin mayores anuncios: solo transcurren a nuestro lado esperando que veamos las nuevas oportunidades; en las últimas décadas se ha ido extinguiendo el mundo que permitía a un país exportador de materias primas no procesadas tener una buena estabilidad económica. Algunas pistas para revelar estos cambios quizás se encuentren en las cifras de desempleo y aumento de la pobreza en la Argentina comparada con su eficiente desempeño en producción de granos. El turismo ligado a visitar los paisajes naturales argentinos hoy genera mucho mas ingresos de divisas que nuestras exportaciones ganaderas, la exportación de productos certificados y orgánicos esta creciendo, y hay cientos de millones de clientes en el mundo que esperan comprar cada vez mas comestibles, ropa, muebles, paquetes turísticos e insumos provenientes de países y regiones, como la Argentina, que demuestren esquemas productivos amigables con el medio ambiente y que respeten a la gente. El trabajo de la Fundación: Desde hace 12 años la FUNDACION HABITAT & Desarrollo tiene el objetivo de promover la conservación de la naturaleza en el noreste argentino. Reconocemos el rol protagónico del sector de producción primaria en este desafío y es por ello que los productores agropecuarios y forestales son nuestros principales socios de proyectos de campo en Entre Ríos, Formosa, Santa Fe y Corrientes. Nuestra meta medible para el 2007 es contribuir a conservar 100.000 hectáreas de bosques, selvas ribereñas, lagunas y pastizales de la Argentina. ¿ Cómo lo haremos ? A partir de tres acciones básicas en las que la participación del sector privado es fundamental: 1) la identificación de los sitios con mayor potencial para la conservación de la biodiversidad en el noreste argentino, 2) el involucramiento de los propietarios de campos y empresarios claves interpretando sus inquietudes y compartiendo nuestra visión, y 3) la gestión in situ de acciones en paisajes naturales integrando la conservación y el uso sustentable. La herramienta clave para nuestro trabajo es la Red Hábitat de Reservas Naturales que hoy asocia a 23 Reservas; sumando 61.683 hectáreas de reservas naturales propiedad de productores interesados en dar valor agregado a sus campos (sumando el rol de la conservación a sus esquemas productivos). Con el esfuerzo voluntario de propietarios argentinos la FUNDACION HABITAT & Desarrollo promovió la creación de las siguientes Reservas: Integrantes de la Red HABITAT de Reservas Naturales en el Chaco Santafesino: Reserva Natural Sombra de Toro – Privada, Nelvar Raffin – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 1.300 has. Reserva Natural Don Toto – Privada, Oscar Villegas – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 300 has. Reserva Natural La Pompeya – Privada, Oscar y José Zorzón – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 2.028 has. Reserva Natural Santa Savina – Privada, Osvaldo Wirth – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 1.200 has. Reserva Natural El Rodeo – Privada, Armando Wirth – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 1.070 has. Reserva Natural María Selva – Privada, Carlos de la Fuente – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 2.396 has. Reserva Natural Ojo de Águila – Privada, Ricardo Gastaldo – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 1.900 has. Reserva Natural La Marcelita – Privada, Francisco Buyatti – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe 3.335 has. Reserva Natural Pan-Rit – Privada, Valentín Ferrero – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 600 has. Reserva Natural La Victoria – Privada, Jorge Granich – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 2.500 has. Reserva Natural El Toba – Privada, Gustavo D´Ascanio – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 600 has. Reserva Natural La Cina – Privada, Francisco Buyatti – Chaco Húmedo, Bajos Submeridionales – Provincia de Santa Fe – 5.000 has. Reserva Natural La Hermiña – Privada, Francisco Buyatti – Chaco Húmedo, Bajos Submeridionales – Provincia de Santa Fe – 2.500 has. Reserva Natural La Cigüeña – Privada, Francisco Buyatti – Chaco Húmedo, Bajos Submeridionales – Provincia de Santa Fe – 2.500 has. Reserva Natural El Disco – Privada, Francisco Buyatti – Chaco Húmedo, Bajos Submeridionales – Provincia de Santa Fe – 1.500 has. Reserva Natural El Toro Salvaje – Privada, Masat – Chaco Húmedo, Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 3.784 has. Reserva Natural El Pensamiento – Privada, Osvaldo Zechin – Chaco Húmedo – Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 1.250 has. Reserva Natural Itatí – Privada, Orlando García – Chaco Húmedo – Cuña Boscosa – Provincia de Santa Fe – 1.850 has. Colaboradores de la Red HABITAT de Reservas Naturales en el Chaco Formoseño: Estancia Guaycolec – Privada, Estancias Bellamar – Chaco Húmedo – Sabanas de Copernicia – Provincia de Formosa – 22.500 has. Integrantes de la Red HABITAT de Reservas Naturales en el Corredor del Río Uruguay Reserva Natural Arroyo Ayuí Grande – Privada, MASISA-FASA – Selva Riparia del Río Uruguay – Provincia de Entre Ríos – 220 has. Reserva Natural Tres Cerros – MASISA-FASA – Selva Riparia del Río Uruguay – Provincia de Corrientes – 1.100 has. Reserva Natural La Florida II – Selva Riparia del Río Uruguay – Provincia de Corrientes – 1.500 has. Reserva Natural Buena Vista II – Selva Riparia del Río Uruguay – Provincia de Corrientes – 750 has. (*) Por Ing. Agr. Javier Alvarez (Presidente de la FUNDACION HABITAT & Desarrollo)Fuente: Diario La Nación