En la COP29 destacan que proteger la naturaleza es esencial para la supervivencia humana. Este jueves, más de 80 organizaciones internacionales presentaron la «Declaración sobre la Naturaleza», exigiendo a los países partes de la Conferencia de Naciones Unidas, reconocer y financiar adecuadamente la conservación de la naturaleza como una solución clave frente a la crisis climática.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
Fuente: Por el Clima y Nature4Climate
BAKÚ (21/11/2024).- Durante la COP29, más de 80 organizaciones internacionales presentaron la «Declaración sobre la Naturaleza», exigiendo este jueves a los países partes de la CMNUCC reconocer y financiar adecuadamente la conservación de la naturaleza como una solución clave frente a la crisis climática.
La declaración, coordinada en solo 48 horas por Nature4Climate, una coalición de 28 organizaciones internacionales, enfatiza la necesidad de que los países implementen un nuevo objetivo colectivo cuantificado (NCQG) ambicioso y viable sobre financiamiento climático, que reconozca que los ecosistemas saludables son una solución climática rentable que necesita urgentemente financiamiento específico
En la COP29 se enfatiza en que proteger la naturaleza es vital para la supervivencia humana.
Para ello, se necesitan acciones audaces para integrar Soluciones Basadas en la Naturaleza en las políticas, las finanzas y los negocio. «Mientras más impacto por la crisis climática tengamos, enfrentaremos más perdida de biodiversidad. Y mientras más biodiversidad perdamos, más se exacerva el cambio climático. Hay que romper ese círculo vicioso», sostiene Manuel Pulgar-Vidal, líder de Clima y Energía para la WWF Internacional.
La Troika de las Presidencias de la COP28, de la COP29 y de la COP30, en colaboración con Bolivia, ha anunciado un nuevo llamamiento a la acción para la región amazónica. Esta iniciativa se alinea con el Global Stocktake y el límite de 1,5°C, basándose en el Acuerdo de Belém entre los países amazónicos.
Centrada en el «pulmón del planeta», la Amazonía, su objetivo es impulsar tanto la mitigación como la adaptación, abordando al mismo tiempo retos críticos como la deforestación. Según las firmantes, lo que distingue a esta convocatoria es su enfoque integrador, inspirado en el modelo boliviano de gestión de recursos Madre Tierra.

Este marco da prioridad a la participación activa de las comunidades indígenas y rurales y va más allá de los mercados de carbono tradicionales. Brasil destacó la reducción del 45% de la deforestación, lograda gracias al refuerzo de las medidas políticas. Del mismo modo, otros países compartieron experiencias y afirmaron su compromiso de implantar sistemas que protejan la biodiversidad, garanticen un reparto equitativo de los beneficios y apoyen a las poblaciones locales.
El mecanismo proporcionará una importante financiación inicial, así como subvenciones posteriores a la financiación, con un presupuesto inicial superior a 51 millones de dólares y un objetivo de 300 millones de dólares para 2030. La “Tropical Forest Forever Facility”, creada para esto, se destacó como un modelo de financiación más predecible en comparación con el “Amazon Fund”, que hace hincapié en la reducción de la deforestación.
Se comunicará hacia otros países y pondrá en marcha una fase piloto en Bolivia antes del lanzamiento oficial para la COP30 en Belém.

Amazonía: un modelo para la acción climática
Un llamado específico en la declaración fue para la Amazonía, considerado «el pulmón del planeta», incluye un fondo inicial de 51 millones de dólares, con la meta de alcanzar 300 millones para 2030.
Este plan, inspirado en el modelo de gestión de recursos Madre Tierra de Bolivia, prioriza la participación activa de comunidades indígenas y rurales, alejándose de enfoques tradicionales basados en mercados de carbono. Brasil, por ejemplo, destacó una reducción del 45% en la deforestación gracias al fortalecimiento de políticas públicas.

El agua y el océano, pilar en la lucha climática
La COP29 también subrayó el papel fundamental del océano, que absorbe hasta el 30% de las emisiones globales de CO2 y el 90% del calor causado por las emisiones humanas. La «Declaración Oceánica de Bakú» insta a mejorar la colaboración internacional y ampliar la financiación para investigaciones y soluciones climáticas relacionadas con los océanos.
Por otra parte, un fuerte enfoque del documento estuvo dirigido a la crisis hídrica, el Diálogo de Bakú sobre el Agua para la Acción Climática presentó iniciativas como la recuperación de 300.000 km de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales para 2030.
También se destacó la necesidad de integrar la gestión del agua en sistemas alimentarios resilientes, esenciales para garantizar la producción de alimentos en un contexto de cambio climático.
El acceso al agua potable constituye uno de los grandes problemas de la emergencia climática. Asimismo, el 70% del agua dulce mundial se emplea en la agricultura, y su falta marcará la producción futura de los alimentos. El avance del cambio climático obliga a prepararse para que el mundo pueda ganar resiliencia. Son necesarios recursos, creación de capacidades, innovaciones.
La Presidencia de la COP29, en el lanzamiento sobre el Diálogo de Bakú sobre el agua para la acción climática, que pone el foco en la múltiple dimensión de este recurso natural fundamental, ha reconocido tres iniciativas mundiales procedentes de la sociedad civil:
- The Freshwater challenge, una iniciativa dirigida a conservar los ecosistemas que propone la recuperación de 300.000 km de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales degradados para 2030.
- COP28 Water Resilient Food Systems Partnership, una asociación para apoyar la integración de la gestión de los sistemas hídricos y alimentarios antes de la COP30 apoyando a países en desarrollo y a los agentes no estatales para que cumplan sus compromisos.
- Building Water-Resilient Cities. Liderada por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) en colaboración con R-Cities y otros socios globales,se enfoca a identificar los choques y tensiones que amenazan los sistemas hídricos de sus ciudades para trazar soluciones resilientes. Ha presentado un informe que muestra como ciudades y gobiernos trabajan para alcanzar el Objetivo Global de Adaptación.

Comunidades indígenas: más allá de la idealización
Representantes indígenas pidieron mayor soberanía y apoyo concreto, destacando que sus conocimientos tradicionales son clave para la conservación, pero enfrentan retos críticos en su lucha por la supervivencia.
Los pueblos indígenas poseen conocimiento y garantizan la conexión entre los seres humanos y la naturaleza. Así se ha puesto de manifiesto en los eventos de alto nivel de hoy, en los que se ha reconocido el logro este año en la COP16, en Cali (Colombia), que ha marcado un punto de inflexión en el reconocimiento y el fomento de las sinergias entre la biodiversidad y el cambio climático, mediante el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
En Cali se alcanzó un acuerdo histórico con la creación de un estatuto que otorga mayor reconocimiento y protección a las comunidades indígenas, reafirmando su papel esencial en la conservación de los ecosistemas. Además, se adoptaron disposiciones para reconocer a las comunidades afrodescendientes y establecer un fondo multilateral para compartir los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos con los países en desarrollo.
En la COP29, las conversaciones se han centrado en un principio clave: la inseparabilidad de las personas y la naturaleza. Se ha reconocido ampliamente que la conservación de los ecosistemas es inseparable del bienestar de las comunidades, y que la supervivencia de la especie humana depende de la salud del planeta.
Sin embargo, los representantes de las comunidades indígenas han instado a un cambio de perspectiva: dejar de idealizar sus culturas. Por el contrario, han insistido en que lo que hay que hacer es afrontar sus retos actuales: la necesidad de centrarse en su soberanía y en su lucha por la supervivencia.
Nuevas propuestas de financiación climática
Países africanos y estados insulares propusieron en la declaración fijar precios a las emisiones agroalimentarias, lo que podría generar hasta 186 mil millones de dólares anuales para financiar medidas climáticas.
Esta declaración, respaldada por 27 países, subraya la urgencia de compromisos financieros sólidos para enfrentar la emergencia climática.






