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Elaboran un purificador de agua a partir de aserrín

Desarrollo de investigadores de la UBA

El proceso, original, tiene varias ventajas ecológicas.

Fuente: La Nacion

BUENOS AIRES (14/7/2008).- La creciente contaminación dio lugar a una demanda creciente de carbón activado, un producto que se utiliza para remover compuestos tóxicos del agua y del aire. Se emplea, por ejemplo, durante el proceso de purificación de desechos industriales y también en la potabilización del agua de consumo. Hay incluso purificadores domésticos que se colocan en las canillas con filtros de carbón activado. Como este material suele utilizarse en tratamientos de gran escala, su costo es significativo y, por otro lado, se requieren grandes volúmenes de materia prima (por ejemplo, carbón mineral) para producirlo. Estos problemas impulsaron la búsqueda de tecnologías de producción de carbones activos más eficientes, menos costosas y ecológicamente sustentables. Ahora, gracias a un proyecto para la utilización de residuos forestales financiado por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica, el Conicet y la Universidad de Buenos Aires (UBA), un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la UBA diseñó una metodología con múltiples ventajas ecológicas, que posibilita obtener un carbón activado de excelente calidad. El trabajo será publicado en el próximo número del Journal of Hazardous Materials . Se denomina carbón activado a toda una gama de productos elaborados a base de carbono, que se presentan en forma de polvo o de gránulos muy pequeños, y cuya característica principal es que cada partícula está conformada por innumerables microporos. Son como «esponjas» que tienen la capacidad de «secuestrar» diferentes tipos de compuestos químicos del medio que las rodea. Como su nombre lo indica, para fabricar estas matrices porosas se debe «activar» algún producto carbonoso, pues el proceso de activación es el que genera los poros en el material. Para lograr su carbonización, es necesario tratar la materia prima con altas temperaturas. Piñas, telas y lignina Se han ensayado numerosas fuentes de carbono, como cáscara de coco o de nuez, madera o carbón mineral: «Nosotros utilizamos madera de vinal en un proceso que tiene varias ventajas ecológicas. Por un lado, porque el vinal es un recurso renovable y además es considerado un árbol invasivo, por lo que se estimula su tala. Por otro, estamos aprovechando un residuo, que es el aserrín, lo que a su vez nos permite ahorrar la energía del proceso de molido. Además, nuestro método utiliza temperaturas relativamente moderadas, lo que contribuye aún más al ahorro energético», explica la doctora Ana Cukierman, investigadora del Conicet en el Departamento de Industrias de la FCEyN. La experta subraya que la característica más original del desarrollo es que tanto la preparación como el posprocesamiento se efectúan en una misma etapa: «Es un proceso in situ, lo que resulta en menos manipulación, y menos pérdida de insumos y producto», destaca. Los distintos métodos de producción de carbón activado determinan su calidad y su aplicación. Originalmente, estas matrices porosas se utilizaron para la eliminación de contaminantes orgánicos: «En este laboratorio se empezó a trabajar en la remoción de metales con carbón activado cuando todavía no existía tanta tradición, y hoy logramos un producto que, además de sus ventajas ecológicas, tiene una calidad equiparable a la de los mejores que se comercializan», consigna el ingeniero Jorge de Celis, otro de los autores del trabajo. Nada detiene al grupo de investigadores en el intento de aprovechar residuos. Ahora experimentan con piñas de la costa bonaerense, restos de telas y lignina, un residuo de la industria papelera: «Somos como chatarreros -ilustra Cukierman-, porque tratamos de darle valor a lo que se tira». Por Gabriel Stekolschik ParaLA NACION Centro de Divulgación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA

Fuente: La Nacion

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