Investigadores del Inta analizan sobre los riesgos de impactos de la actividad |
Cada vez es mayor la preocupación de la sociedad por los problemas ambientales, como la contaminación del agua y del aire, la degradación de los suelos, la deforestación y la pérdida de biodiversidad. Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria avanzan en distintas líneas de investigación sobre los bosques de cultivos y su impacto en el medio ambiente y la sociedad. La ing. Verónica Rusch (Inta Bariloche) expone su experiencia sobre Biodiversidad y plantaciones forestales.
Por Patricia Escobar
BUENOS AIRES (DICIEMBRE 2006).- La ingeniera Verónica Rusch (Inta Bariloche) participó de la Jornada sobre Plantaciones y Ambiente, y expuso sobre el impacto de la actividad forestal sobre la biodiversidad. La especialista hizo hincapié en la presión que existe actualmente por parte de la comunidad internacional y la sociedad en general por el manejo de las plantaciones. “En lo que hace a biodiversidad, cuando uno reemplaza un ecosistema, la agricultura es la actividad que más cambios produce, mientras que por el manejo forestal de los bosques nativos se producen pequeños cambios. Pero sin dudas, siempre la actividad forestal es la que mantiene más el ecosistema que la agricultura”, remarcó. “La conservación del ambiente esta íntimamente ligado a la actividad forestal. Por otro lado, en el mundo se calcula que el 26% del paisaje corresponde a bosques naturales, y en la actualidad hay una tasa muy alta de pérdida de bosques en el mundo, y la poca superficie existente se encuentra amenazada por la ocupación. Esto hace que, en pequeñas escalas, se empiece a observar la conservación y la productividad, y que el mecanismo de Certificación Forestal sea tan importante, dado que será una herramienta para que los organismos certificadores miren a los bosques y determinen que uno de los elementos a certificar sea la conservación de la biodiversidad en los proyectos”, explicó Rusch. Ante los cambios que genera en la biodiversidad el manejo de plantaciones forestales, “teniendo en cuenta que son siempre iguales, homogéneos, no son diversos, es importante que desde la gestión analicen en forma integral el lugar a emplazar el proyecto, que estudien el sitio y grupo de especies que habitan la zona, el lugar de reemplazo, el manejo que se realice (podas, raleos), y por ultimo la escala que se esta mirando. La superficie a cultivar es muy importante para evaluar los cambios que pudieran producirse en una región”, sugirió la especialista. De esta manera, la investigadora expuso sus experiencias, principalmente en la Patagonia, y en distintas regiones del país, y marcó algunas líneas de trabajos que permitirían fijar pautas de manejo para determinados objetivos. “Cuando iniciamos una plantación de bosques de cultivo, debieran analizar que ambiente estarían reemplazando, si es una estepa, un pastizal, bosque nativo. Esto les permitirá evaluar cual es la necesidad de cambio y que opción de manejo tienen”, recomendó. También consideró necesario que los forestales evalúen si tienen en su patrimonio un ambiente único o no, si en la zona de emplazamiento cuentan con sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad, etcétera. Al respecto, Rusch agregó que el Inta y la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) están realizando un estudio para generar proyectos de investigación que permitan determinar sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad, e identificar aquellos que registren altos endemismos, ensambles únicos, procesos. “Para obtener esta información hay que relevamientos de las especies. Se han identificado los sitios de las ecoregiones y estamos trabajando en la zona del Delta, en Concordia (Entre Ríos) y Montecarlo (Misiones) para registrar lo que se tienen. Misiones, por la selvaparanaense, tiene una línea prioritaria. Hay estudios que indican que el 80% de la diversidad de aves que existen en esta provincia se relacionan con la diversidad de la vegetación, y esto es una pauta a tener en cuenta”. “En Corrientes, por ejemplo, las aves de mayor valor desaparecen en las zonas de pastizales del NE de la provincia. Por lo tanto, es evidente que hay cierto nivel de conflictividad y entendemos que sería un avance ambiental que al momento de analizar un proyecto forestal se planteen algunos criterios, como por ejemplo, estudios ambientales para hacer el reemplazo de un habitad natural, analizar que manejo se hará del rodal o la plantación, como afectarán esas plantaciones al paisaje, si la cuenca se verá afectada, etcétera”. En resumen, Rusch propuso a los productores forestales comenzar una etapa con objetivos claros de conservación, y que las empresas analicen en que medida los ambientes que se están interviniendo en la actualidad están o no representados dentro del esquema de Áreas Naturales Protegidas, en que proporción y con que efectividad. “Hay que pensar en una gestión que cuente con principios de conservación, estudiar la zona y descartar que existan sitios prioritarios o ambientes que se consideren importantes. También hay que tratar de buscar la conectividad de los sistemas, pensar en el requerimiento de habitad y del espacio para la actividad productiva a realizar, el manejo en escala de un proyecto es muy importante por el impacto del paisaje. Pero aún no respuesta a todas estas consideraciones, hay mucha información que no se tiene y aspectos que no se conocen, por lo tanto, no un tema simple de resolver sobre que conviene o no hacer”, admitió la investigadora. Sin embargo, insistió en la necesidad de plantear objetivos concretos en conservación; fortalecer los estudios para obtener datos de impacto de rodales y así poder hacer diseños adecuados; y realizar manejo de las plantaciones y evaluación ambiental de los proyectos. “Para la sociedad o el productor, la conservación es un costo de corto plazo, pero hay interrogantes que debemos empezar a plantearnos como: ¿cuál es el costo a de largo plazo?, ¿cuáles son las implicancias de las plantaciones que realizo?, ¿cómo afectó a la diversidad?. Nosotros entendemos que en la actividad forestal deben comenzar a trabajar en forma equilibrada, conjunta en el paisaje, el ambiente, la producción, hay que hacer lo que se pueda para mantener la biodiversidad de un lugar”, apuntó la especialista. Para Rusch, entre la invasión o la extinción de un ambiente, es prioritario poner el alerta principalmente sobre la extinción. “Con el manejo de plantaciones y un sistema de gestión, la invasión se puede reconvertir, recuperar. Pero si la extinción ocurrió, es irreversible, no hay vuelta atrás”, concluyó la especialista sureña. cursiva/Más información en la Revista ArgentinaForestal.com Nº 35/cursiva