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El viento dificultó el miércoles las tareas de los bomberos forestales que desde hace tres días combaten un incendio que arrasó ya más de 339.900 hectáreas de pastizales y monte bajo y ha matado a 11 personas en Texas.
Fuente: Univisión
McLEAN, Texas, EE.UU. (AP, 15/3/2006).- El viento dificultó el miércoles las tareas de los bomberos forestales que desde hace tres días combaten un incendio que arrasó ya más de 339.900 hectáreas de pastizales y monte bajo y ha matado a 11 personas en Texas. Ninguna aldea parece correr por ahora un peligro inmediato, aunque fueron apostadas cuadrillas de bomberos y pertrechos en el lado norte del incendio en previsión al aumento del viento, dijo el vocero del Servicio Forestal de Texas, Jan Fulkerson. Un cielo parcialmente nublado ayudó a primeras horas del miércoles la labor de los bomberos. Fulkerson confía que un aumento de la humedad impida se extiendan las llamas, como ocurrió el domingo al comienzo del siniestro. «En estos momentos la humedad ayuda mucho», comentó el meteorólogo Mike Johnson, del Servicio Nacional Meteorológico, «pero el viento sigue siendo lo más importante». Hay un 40% de posibilidades de que llueva este fin de semana, pero seguramente no antes del viernes, agregó Johnson. Los equipos de bomberos forestales se prepararon para lo peor. «Con los vientos que sufrimos y las ascuas que mueve el aire, puede pasar cualquier cosa», dijo el jefe de los bomberos de McLean, Clifford McDonald. En las últimas 24 horas que concluyeron el martes a la medianoche, el estado envió cuadrillas de bomberos y aviones cisterna para combatir las llamas que cubrían más 77.000 hectáreas. Las llamas han destruido 15 viviendas, obligaron a clausurar el tránsito por una carretera y a la evacuación de 45 personas. Desde el fin de semana, otras 1.900 en siete condados tuvieron que ser evacuadas. Las autoridades temen que hayan muerto unas 10.000 reses y caballos, según la Comisión de Salud Animal de Texas. El gobernador Rick Perry piensa visitar la zona el jueves