Un nuevo análisis revela amenazas en el sector del petróleo y el gas, la minería, la tala de bosques y otros ámbitos, además de propuestas de soluciones. El informe tiene como objetivo crear urgencia en las prioridades políticas y soluciones de los pueblos indígenas y las comunidades locales, e influir en la agenda climática mundial demostrando que los derechos territoriales de los pueblos indígenas son inseparables del logro de los objetivos internacionales en materia de clima y biodiversidad.
Fuente: Earth Insight
AMÉRICA LATINA (4/11/2025).- Un informe histórico publicado este martes por la Alianza Global de Comunidades Territoriales (GATC) y Earth Insight proporciona un análisis espacial exhaustivo de las amenazas de la industria extractiva -incluidos el petróleo y el gas, la minería, la tala industrial y la agricultura a gran escala- a las que se enfrentan los pueblos indígenas y las comunidades locales que custodian casi mil millones de hectáreas de los bosques más importantes del mundo.
El nuevo informe llamado «Territorios de los pueblos indígenas y comunidades locales en primera línea: Mapeo de amenazas y soluciones en los bosques tropicales más grandes del mundo», revela la magnitud abrumadora de la presión industrial sobre territorios en la Amazonía, la región del Congo, Indonesia y Mesoamérica.
Estas regiones, que en conjunto representan a 35 millones de indígenas y comunidades locales que protegen bosques esenciales para la estabilidad climática global y la biodiversidad, también presentan soluciones propuestas.
El nuevo análisis, que combina análisis geoespacial, datos comunitarios y estudios de caso, se publica a nivel mundial antes de la COP30 en Brasil.
Las principales conclusiones del informe revelan una crisis sin precedentes:
– En la Amazonía : 31 millones de hectáreas (12%) de territorios de pueblos indígenas y comunidades locales se encuentran superpuestas por bloques de petróleo y gas, 9,8 millones de hectáreas por concesiones mineras y 2,4 millones de hectáreas por concesiones de explotación forestal industrial.
– En la región del Congo : el 38% de los bosques comunitarios se superponen con bloques de petróleo y gas, mientras que el 42% se enfrentan a amenazas mineras y el 6% a presiones de tala industrial.
– En Indonesia : el 18% (6 millones de hectáreas) de las tierras de los pueblos indígenas están superpuestas por concesiones forestales, el 5% (1,6 millones de hectáreas) por bloques de petróleo y gas, y casi 1 millón de hectáreas por concesiones mineras.
– En Mesoamérica : 18,7 millones de hectáreas (17%) de concesiones mineras se superponen con tierras de pueblos indígenas y comunidades locales, mientras que 3,7 millones de hectáreas se superponen con concesiones de petróleo y gas.
El informe también profundiza en las alarmantes tendencias observadas en diversos países y zonas de corredores, entre las que se incluyen:
– Corredor Yavari-Tapiche (Perú/Brasil): El corredor propuesto de 16 millones de hectáreas para los Pueblos Indígenas y las Comunidades Locales en Aislamiento Voluntario (PIACI) conserva el 99% de bosque intacto, pero se enfrenta a proyectos superpuestos de petróleo, gas, minería, tala y carreteras; Perú no ha reconocido reservas clave, poniendo en peligro a las poblaciones PIACI vulnerables.
– Mato Grosso do Sul (Brasil): El 30% de los territorios de los pueblos indígenas y las comunidades locales están actualmente cubiertos por tierras agrícolas, y la amenaza de conversión de tierras persiste.
– En el norte de Maluku (Indonesia): El pueblo indígena O’Hongana Manyawa, que vive en aislamiento voluntario, está rodeado de concesiones de níquel y deforestación causada por la minería, visible en imágenes satelitales; gran parte de esta deforestación se debe a la transición energética.
Esta evaluación se produce en un contexto de creciente presión sobre los pueblos indígenas y las comunidades locales, no solo por parte de las industrias extractivas tradicionales, sino también de proyectos justificados por las agendas de «transición verde» y los planes nacionales de desarrollo.
A pesar de representar menos del 5 % de la población mundial, los pueblos indígenas y las comunidades locales protegen el 54 % de los bosques intactos que aún quedan en el mundo y el 43 % de las Áreas Clave para la Biodiversidad, pero reciben un apoyo financiero mínimo por su reconocida labor de gestión forestal.
El informe también destaca las soluciones lideradas por los pueblos indígenas y las comunidades locales que han demostrado ser eficaces en todas las regiones, entre ellas:
– En la Reserva de la Biosfera Maya de Guatemala, las concesiones forestales comunitarias perdieron solo el 1,5% de sus bosques en diez años, siete veces menos que los promedios nacionales.
– En Colombia, 25 entidades territoriales de pueblos indígenas y comunidades locales que esperan reconocimiento formal mantienen intactos más del 99% de sus bosques en el 36% de la Amazonía colombiana.
– En el archipiélago de Wallacea, en Indonesia, las comunidades Gendang Ngkiong recuperaron 892 hectáreas de tierras de pueblos indígenas mediante cartografía participativa y reformas legales.
El informe reafirma la necesidad de implementar las medidas definidas en la Declaración de Brazzaville y las Cinco Demandas de la GATC: garantizar los derechos territoriales de los pueblos indígenas y las comunidades locales, asegurar el consentimiento libre, previo e informado, garantizar la financiación directa, proteger la vida de las personas defensoras de los derechos humanos e integrar el conocimiento tradicional en las políticas globales.
Estas demandas ofrecen una hoja de ruta clara para que gobiernos, financiadores e instituciones transiten de la extracción a la regeneración, demostrando que, sin garantizar los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales y apoyar la gestión comunitaria de los recursos naturales, no se podrán alcanzar los objetivos internacionales en materia de clima y biodiversidad.
El informe insta a los gobiernos a alinear las políticas nacionales con el liderazgo de los pueblos indígenas y las comunidades locales, a las instituciones financieras a redirigir los recursos de las industrias extractivas hacia la conservación liderada por los pueblos indígenas y las comunidades locales, y a las instituciones internacionales a ir más allá del reconocimiento simbólico y ofrecer protecciones efectivas para los derechos, los territorios y sus defensores.
Juan Carlos Jintiach, secretario ejecutivo de GATC, opinó que “sin una acción decisiva para defender los derechos y apoyar la gestión liderada por los pueblos indígenas, la humanidad no logrará sus objetivos climáticos y de biodiversidad. Sin embargo, siguiendo el liderazgo de quienes han protegido estos ecosistemas durante generaciones, el mundo cuenta con una hoja de ruta viable hacia la regeneración.”
Por su parte, Kleber Karipuna, copresidente de GATC y coordinador ejecutivo de APIB (articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil), expresó: “Nuestros sistemas de gobernanza, conocimientos ancestrales y formas de vida mantienen el equilibrio de estos ecosistemas, pero este equilibrio se está rompiendo ante el avance de la minería, la agroindustria, la extracción de petróleo, la tala ilegal, las invasiones de tierras y las políticas que socavan nuestros derechos. No somos un obstáculo de último recurso; somos la raíz viva de un futuro posible.”
Joseph Itongwa, copresidente de GATC y coordinador regional de REPALEAC (Red de Comunidades Indígenas y Locales para la Gestión Sostenible de los Ecosistemas Forestales en África Central), explicó que sus comunidades siguen siendo resilientes y desempeñan un papel vital en la protección de vastos territorios tradicionales que albergan una parte significativa de los bosques y ecosistemas intactos que aún quedan en el mundo. «No podemos desempeñar este papel esencial si nuestros territorios, nuestros derechos, nuestra identidad y nuestros medios de subsistencia se encuentran bajo una amenaza extrema».
En tanto, Levi Sucre Romero, líder de la Alianza de Pueblos de los Bosques Mesoamericanos, dijo sobre el informe que «Mesoamérica es un corredor estratégico que conecta las Américas, donde convergen bosques tropicales, montañas, costas y arrecifes de coral en una de las regiones con mayor riqueza biológica y cultural del planeta».
Estas tierras y aguas también son hogar de una amplia diversidad de pueblos indígenas y comunidades locales cuyas tradiciones, sistemas de gobernanza y prácticas de cuidado han mantenido el equilibrio de los ecosistemas durante siglos. Hoy, este equilibrio está amenazado.
«Un futuro justo y sostenible depende de reconocer nuestro liderazgo y asegurar los recursos para proteger el patrimonio vivo de Mesoamérica, no como un favor, sino como una responsabilidad compartida con el planeta», remarcó.
Rukka Sombolinggi, secretaria general de AMAN (Alianza de Pueblos Indígenas del Archipiélago de Indonesia) agregó que l expansión de la minería, el aceite de palma y los proyectos de desarrollo ha ocupado más de 11,7 millones de hectáreas de territorios de pueblos indígenas en una década. «El mundo debe saber: la sostenibilidad solo puede lograrse a través de la soberanía de los pueblos indígenas».
Fany Kuiru, coordinadora general de COICA (Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca del Amazonas), sostuvo que «si el Amazonas desaparece, se llevará consigo la lluvia y los ríos. Esto no es un acto de solidaridad, sino de supervivencia: si el Amazonas desaparece, se llevará consigo nuestro futuro común.»
Finalmente, M. Florencia Librizzi, subdirectora de Earth Insight, agregó que «la evidencia es clara: sin el reconocimiento urgente de los derechos territoriales, el respeto al consentimiento libre, previo e informado, y la protección de los ecosistemas que nos sustentan a todos, no se pueden alcanzar los objetivos globales en materia de clima y biodiversidad. Debemos reconocer y potenciar los modelos de gestión y gobernanza liderados por la comunidad que ya nos encaminan hacia un futuro justo y regenerativo», concluyó.















