Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
ROMA (Septiembre de 2025). En un contexto mundial marcado por la creciente incertidumbre económica, las inversiones en la transformación socioeconómica de las zonas rurales son fundamentales para avanzar hacia un mundo más estable y próspero.
Ese es el mensaje que trasladará Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), al octogésimo período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebra en Nueva York, donde hará un llamamiento a la comunidad internacional para que tenga en cuenta esas inversiones a la hora de abordar la seguridad mundial.
“La estabilidad y la seguridad mundiales se consolidan cuando allanamos el camino para la población rural hacia un futuro más prometedor y le proporcionamos calidad de vida y oportunidades laborales”, declaró Lario, quien lidera la única institución financiera internacional dedicada de forma exclusiva al desarrollo rural.
El desarrollo rural genera grandes rendimientos
El 80 % de las personas más pobres del mundo vive en zonas rurales. Invertir en las comunidades rurales y los sistemas agroalimentarios fortalece la seguridad alimentaria, amplía las oportunidades económicas y aumenta la resiliencia al cambio climático de los más de 3 000 millones de personas que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo.
Las inversiones en la transformación rural han mostrado unos rendimientos impresionantes. Una inversión del FIDA en el Senegal ya ha hecho posible que 10 000 mujeres y hombres jóvenes decidan regresar a las zonas rurales, donde ahora ganan hasta siete veces el salario mínimo nacional.
Asociaciones ambiciosas y financiación para el desarrollo
Ante la reducción de la ayuda al desarrollo que se vive actualmente, los países buscan fuentes de financiación sostenibles para mantener su desarrollo. La financiación para el desarrollo ofrece una alternativa viable.
“El presente y el futuro de la financiación para el desarrollo pasan por forjar asociaciones inteligentes y eficaces en las que se armonicen los objetivos públicos con incentivos capaces de atraer a los inversores privados”, ha afirmado Lario.
El FIDA está intensificando sus esfuerzos para lograr la convergencia entre los recursos públicos y los fondos privados, por un lado, y la población rural, por el otro, tratando a los pequeños productores de alimentos como auténticos emprendedores y empresarios.
Mediante instrumentos financieros innovadores que incentivan la inversión, el FIDA ha demostrado cómo hacer que el desarrollo rural resulte atractivo para la inversión y tenga efectos transformadores.
Así, el Programa de Participación del Sector Privado en la Financiación del FIDA ha movilizado 165 millones de dólares en concepto de cofinanciación, de los que casi la mitad procede de inversores privados.
Además, el FIDA participará en los debates sobre la reforma de las Naciones Unidas, un “ejercicio saludable para garantizar el enfoque, el cumplimiento y el impacto”, según el Fondo.
Con una de las estructuras de costos más reducidas de entre las instituciones financieras internacionales, el FIDA ha liderado la senda de la mejora en cuanto a su eficacia, eficiencia y agilidad institucional.
Su reforma más reciente le ha permitido ahorrar 5,5 millones de dólares gracias a la descentralización y reducir casi a la mitad los plazos de diseño y desembolso de los proyectos, entre otras mejoras.