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El auge de proyectos en industrias celulósicas en América Latina: expansión récord en Brasil y Uruguay, con Argentina fuera del radar inversor

Mientras América Latina capta cifras récord de Inversión Extranjera Directa en 2024, el sector forestal emerge como uno de los más dinámicos. Brasil y Uruguay lideran con megaproyectos celulósicos de escala global que se concretaron en la última década, pero Argentina sigue rezagada por falta de estabilidad normativa, previsibilidad y políticas activas.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest

 

ARGENTINA (20/7/2025).- En 2024, la Inversión Extranjera Directa (IED) en América Latina alcanzó los USD 188.962 millones, un crecimiento del 7,1 % respecto al año anterior, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). El dinamismo estuvo encabezado por Brasil y México, mientras que países como Chile y, en menor medida, Argentina, mostraron una caída en la llegada de nuevos capitales.

Dentro de este panorama, el sector forestal -y en particular la producción de celulosa- se consolidó como un destino estratégico para inversiones de largo plazo en la última década.

Este crecimiento fue evidente en lo que llamamos desde ArgentinaForestal.com el «sur forestal» global, con países como Brasil y Uruguay como protagonistas históricos de un proceso de industrialización creciente basado en marcos regulatorios estables, disponibilidad de tierras forestadas, infraestructura logística y políticas públicas proactivas.

Paraguay se presenta como un nuevo actor en gestación, que avanza en acciones para sumarse al mapa celulósico regional con el proyecto Paracel, una iniciativa binacional con capitales suecos que prevé una inversión de USD 4.000 millones. Sería su primera industria de celulosa del país.

El plan forestal para abastecer la industria contempla 135.000 hectáreas de eucaliptos y una planta con capacidad de 1,5 millones de toneladas anuales de celulosa BHKP. Aún en etapa de búsqueda de financiamiento para encarar avances del proceso de construcción y puesta en marcha, se espera su concreción a mediano plazo.

En contraste, Argentina aún se mantiene al margen de esta ola inversora, pese a contar con recursos forestales importantes en provincias como Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Las demoras regulatorias, la falta de incentivos concretos y un marco de negocios poco previsible limitan las posibilidades de captar inversiones de esta magnitud, incluso a pesar del reciente RIGI (Regimen de Incentivo de Grandes Inversiones), impulsado por el gobierno de Javier Milei.

No obstante, referentes del sector sostienen que el país todavía tiene margen para insertarse en este mapa regional si logra establecer condiciones estables y reglas de juego claras.

Brasil: Arauco impulsa el megaproyecto celulósico más grande del mundo

A la expansión en la última década de compañías como Suzano, Klabin y Fibria, se suman los proyectos de las chilenas Arauco, Bracell y CMPC en Brasil, posicionando el liderazgo del país sudamericano como principal productor mundial de celulosa. En el año 2024, Brasil alcanzó una producción récord de 21,2 millones de toneladas de celulosa, superando a Estados Unidos en este importante sector.

La compañía chilena Arauco anunció oficialmente en septiembre de 2024 el inicio del proyecto Sucuriú, que será la mayor planta de celulosa del mundo construida en una sola etapa. La inversión asciende a USD 4.600 millones y la planta, ubicada en Mato Grosso do Sul, tendrá una capacidad de producción de 3,5 millones de toneladas anuales. Se espera que entre en operaciones a fines de 2027.

Entre los factores que explican la decisión de Arauco de invertir en Brasil se destacan:

  • ·         Acuerdos públicos sólidos: convenios con el gobierno estatal que incluyen exenciones fiscales, desarrollo logístico y rápida tramitación de licencias (la ambiental se otorgó en solo 14 meses).
  • ·         Ventajas competitivas estructurales: disponibilidad de fibra de alta productividad, tierras cultivadas y menores costos frente a Chile.
  • ·         Innovación y sostenibilidad: tecnologías de Industria 4.0, generación de energía renovable (400 MW), y estándares ESG con manejo responsable de más de 400.000 hectáreas.
  • ·         Impacto social: creación de unos 14.000 empleos en la etapa de construcción y 6.000 puestos permanentes.

El proyecto de Arauco se suma a la reciente operación de la planta Cerrado de Suzano, también en Brasil, que inició operaciones en 2024 con una capacidad de 2,5 millones de toneladas. Además, CMPC amplió su planta de Guaíba en 2023, agregando 350.000 toneladas anuales a su capacidad.

Aunque el proyecto Sucuríú de Arauco representa mucho más que una nueva planta: es el reflejo de cómo América Latina se está consolidando como uno de los principales centros globales de producción de celulosa, mientras algunos países de la región como Argentina siguen enfrentando desafíos para sumarse a esta transformación industrial.

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Uruguay: estabilidad institucional y visión de largo plazo

Uruguay consolidó su perfil industrial principalmente con dos plantas de celulosa de referencia internacional. UPM Paso de los Toros, inaugurada en 2023 tras una inversión de USD 3.470 millones, que incluyó obras estratégicas en infraestructura, logística y exportaciones, con un impacto estimado del 3,4 % en el PBI nacional.

La planta Montes del Plata, una alianza entre Arauco y Stora Enso, fue una de las primeras en marcar el camino, con una inversión de más de USD 2.000 millones. En ambos casos, el rol del Estado fue determinante:

  • ·         Acuerdos de Estado a largo plazo que abarcan zonas francas, infraestructura portuaria y ferroviaria (como el Ferrocarril Central), y formación de capital humano.
  • ·         Marco regulatorio estable y atractivo para capitales europeos, con seguridad jurídica y enfoque territorial en zonas rurales de baja densidad.

Para los próximos años, Uruguay proyecta tres nuevas plantas de transformación de madera con inversiones de alrededor de USD 100 millones cada una, apuntalando su expansión forestal que podría alcanzar hasta 3 millones de hectáreas adicionales.

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Argentina: un gigante dormido en el sur forestal

Pese a contar con ventajas naturales notables, desde suelos fértiles, clima favorable y alta productividad forestal en regiones como Misiones, Corrientes y Entre Ríos, la Argentina permanece fuera del radar de las grandes inversiones celulósicas.

La falta de seguridad jurídica, la inestabilidad macroeconómica y restricciones normativas como la Ley de Tierras obstaculizan la llegada de capitales. La Ley 25.080, que otorga incentivos a la forestación desde 1999, está desfinanciada y su implementación es burocrática, desde la mirada de los inversores extranjeros.

El país posee una capacidad instalada limitada. Arauco opera su planta en Misiones con una producción anual de 350.000 toneladas, pero no prevé expansión.

Consultores del sector afirman en diálogo con ArgentinaForestal.com que ni siquiera con regímenes como el RIGI (Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones) se lograrían atraer proyectos a gran escala si no se resuelven los problemas estructurales.

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Si bien Argentina cuenta con condiciones naturales excelentes: Mesopotamia (Entre Ríos, Corrientes, Misiones), ofrece suelos aptos, clima favorable y rotaciones cortas de especies (9‑15 años), para los inversores externos la vigente Ley de Tierras es una limitante.

Por mencionar los obstáculos persistentes que argumentan frenan el atractivo de inversión en el país, podrían mencionarse:

  • Inestabilidad macroeconómica e institucional, junto con falta de seguridad jurídica y cambios frecuentes de reglas que han frenado inversiones mayores, sumado a dificultades externas relacionadas al mercado global y la competitividad.
  • Infraestructura limitada, especialmente en transporte y logística en regiones productoras.
  • Déficit de industria transformadora integrada: aunque Argentina produce pasta de celulosa,  su escala es menor (Arauco en Misiones mantiene las 350.000 toneladas año e invierte en mejoras de procesos no en aumentar su capacidad de producción) y sólo cubre parte de la demanda doméstica .

Argentina podría atraer proyectos similares a los que se concretan en Brasil o Uruguay, pero el reto estará en lograr :

  • ·         Estabilidad jurídica y marco fiscal confiable.
  • ·         Desarrollar infraestructura logística para puertos y ferrocarril.
  • ·         Fomentar alianzas público‑privadas con empresas globales.

Aprovechar sus recursos competitivos -tierras baratas, productividad forestal rápida- en zonas como Corrientes y Entre Ríos donde aún hay superficies disponibles para expansión a escala.

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¿Quién liderará el futuro forestal en la región?

Sin dudas, la respuesta es Brasil, principal productor de celulosa del mundo. Mientras que junto a Uruguay consolidan su rol como polos industriales de celulosa para los mercados globales, Argentina aún sin reaccionar, enfrenta el desafío de transformar su potencial forestal en desarrollo real.

El desafío, si se quiere atraer inversiones forestales sostenibles, industrias modernas y de escala, inevitablemente requiere de politicas de Estados (Nacionales, Provinciales y Municipales) que establezcan reglas claras, que garanticen estabilidad institucional, marcos normativos confiables y una visión estratégica de largo plazo que permitan atraer inversiones en una industria que promete ser central en la bioeconomía del futuro, y tiene las mismas oportunidades para crecer que los países vecinos.

 

Fuentes: CEPAL, ArgentinaForestal.com, Arauco, UPM, Suzano, CMPC.

 

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