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Ralf Frank, de Agroforestal Oberá : “Hoy la madera de plantaciones resinadas es perfectamente utilizable y rentable para los aserraderos”

Durante su participación en la 1ª Expo Foresto-Industrial, el empresario resinero Ralf Frank, socio y fundador de Agroforestal Oberá SRL, expuso en las jornadas técnicas sobre la evolución tecnológica de la actividad y defendió la viabilidad del uso maderable de árboles resinados. Los datos son contundentes: la madera resinada no solo mantiene sus propiedades mecánicas, sino que además aporta una ganancia adicional por la extracción de resina, con un ingreso neto que más que duplica el valor de la tora vendida en pie en dólares.

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

CORRIENTES (28/6/2025).- En el marco de las jornadas técnicas de la 1ª Expo Foresto-Industrial, realizada el viernes 27 de junio en el nuevo Parque Industrial de Ituzaingó, en Corrientes, el contador público Ralf Frank, fundador y socio de la empresa Agroforestal Oberá SRL, participó de un panel junto al gerente de la planta industrial del Grupo Henn (Mocoretá).

Ambos emprendimientos, de capitales de origen misionero, compartieron su visión sobre la cadena de valor foresto-industrial. La charla fue moderada por el productor resinero de la cuenca de Paso de los Libres, el ingeniero agrónomo Marcelo Carbonell, gerente de Resicor.

«Arctuamente la Argentina se ubica como el quinto productor mundial de resina, con la producción de 55 mil toneladas año. El 90% del total de la producción lograda está concentrada en Corrientes, y un 10% entre Misiones y Entre Ríos», precisó en su introducción Carbonell. «La resina se extrae de una 36 mil hectáreas de plantaciones de pino elliotti, es decir de unos 20 millones de árboles destinados a la producción de resina en la provincia en distintas cuencas forestales», agregó.

Con un enfoque técnico y económico, Ralf Frank en su exposición tomó el rol de comparar la viabilidad financiera de los proyectos de producción de madera y resina, y puso el foco en desmitificar un conflicto histórico del sector: la supuesta inutilidad de la madera resinada para el aserrado.

“Debemos remontarnos al origen del problema, que efectivamente existió, pero que hoy ha sido superado gracias a los avances en las técnicas de extracción de resina”, afirmó.

En su charla, Frank dejó en claro que la innovación técnica no solo mejora procesos, sino que también es clave para resolver tensiones históricas y abrir nuevas oportunidades de desarrollo en el sector foresto-industrial argentino.

Mitos y realidades sobre el uso de madera resinada

Frank explicó que el prejuicio de que la madera resinada no sirve para el aserrado tiene sus raíces en las prácticas de extracción que se usaban en las décadas de 1970 y 1980.

En ese entonces, la resinación de pinos Elliottis en Misiones, Corrientes y Entre Ríos se realizaba con métodos altamente invasivos, como el sistema americano de pica de corteza ascendente. Se utilizaban clavos para sostener recipientes de lata, chapas incrustadas para canalizar la resina y una “pasta estimulante” compuesta por tierra negra zarandeada con ácido sulfúrico (en proporciones de hasta 70%), que manchaba y degradaba la madera.

Estas prácticas no solo deterioraban el valor de la tora, sino que también generaban serios inconvenientes a los aserraderos. “Los clavos, chapas y otros elementos metálicos dañaban las sierras y los sistemas de corte, justificando la resistencia del sector maderero a procesar madera resinada”, explicó Frank.

Sin embargo, en las últimas décadas la tecnología resinera llogró evolucionar en sus prácticas en forma significativa. Hoy en día, la bolsa recolectora ha reemplazado a los recipientes de lata, y ya no se utilizan clavos ni chapas incrustadas. Las bolsas se sujetan con alambres fácilmente removibles, dejando al árbol libre de elementos metálicos tras la cosecha.

En cuanto a las sustancias estimulantes, también se ha producido un giro importante: actualmente se utilizan pastas formuladas con etrel (una hormona), afrechillo de arroz, harina de madera, aglutinantes y apenas un 10 a 12% de ácido sulfúrico. “Esto permite conservar el color natural de la madera resinada, lo que facilita el aprovechamiento de la veta para productos con valor agregado”, detalló.

Frank sostuvo que “todos estos cambios han permitido revertir el escenario de enfrentamiento entre resineros y aserraderos, hacia una relación de cooperación que maximiza la rentabilidad forestal”. Y enfatizó: “Hoy, ambas actividades pueden convivir y complementarse perfectamente en un esquema productivo integrado”.

Una oportunidad para la foresto-industria

El empresario cerró su exposición invitando a replantear el modelo productivo con una visión moderna e integral: “Es fundamental dejar atrás las viejas prácticas y prejuicios. Con las técnicas actuales, la resinación y el aserrado no son actividades excluyentes, sino complementarias. Podemos lograr que cada tora resinada no solo sea útil, sino también rentable en toda su cadena de valor”, sostuvo Frank.

Uno de los principales obstáculos para el aprovechamiento integral de las plantaciones resinadas ha sido la creencia de que la resinación afecta negativamente las propiedades físico-mecánicas de la madera. Sin embargo, investigaciones científicas desmienten esta creencia.

Estudios del INTI e INTA (INTI-CITEMA, año 2000) han demostrado que no existen diferencias significativas entre un árbol resinado y uno sin resinar en cuanto a su resistencia o calidad estructural.

También las investigaciones del Grupo GEMA (UTN-INTA) que revelaron que:

o    La madera de árboles resinados y no resinados, provenientes de la misma progenie, no presenta diferencias significativas al 1% en propiedades clave como densidad, dureza o resistencia al arrancamiento.

o    Incluso dentro del mismo árbol, la madera de la zona resinada (la “cara”) no muestra alteraciones notables respecto al resto del fuste.

Por lo tanto, la calidad de la madera resinada es perfectamente apta para el uso industrial y aserradero.

Rendimiento en el aserrado y aplicaciones en diseño

Si bien se puede observar una leve disminución en el rendimiento de aserrado —estimada en un 5 a 6% según estudios del INTI-CITEMA—, este impacto es mínimo si se lo compara con la rentabilidad adicional que puede generar la recolección de resina.

Además, la madera resinada no solo es útil, sino también valorada en el diseño de productos de alto valor agregado. La carrera de Diseño Industrial de la Facultad de Oberá ha desarrollado múltiples experiencias en la fabricación de muebles con este tipo de madera, aprovechando sus vetas naturales y su estética singular.

¿Cuánto vale una tora resinada? 

Para demostrar la rentabilidad combinada de madera y resina, Frank realizó un breve análisis económico como un ejercicio práctico utilizando datos técnicos y de mercado:

Valor de una tora de pino elliottis (año 20):
·         Medidas: DAP 30 cm, largo 2,2 mts.

·         Volumen estimado: 0,14 m³ (según cálculo INTA).

·         Peso del m³: 0,9 toneladas (900 kg).

·         Precio del rollo sobre camión: $30.000/tn.

·         Costo de cosecha: $12.000/tn.

·         Precio en pie: $18.000/tn.

Ingreso por venta de la tora en pie:
$18.000 x 0,9 tn x 0,14 m³ = $2.268

Valor en dólares (al 18-06-2025, dólar BNA $1.142,5):
$2.268 ÷ $1.142,5 = 1,98 USD

 

Ingresos por resinación: producción a partir del año 10
·         Inicio de actividad resinera: año 10 del turno forestal.

·         Sistema: una cara cada 5 años, hasta el año 19.

·         Producción estimada: 3 kg de resina por cara por año = 30 kg en 10 años.

·         Porcentaje para el productor: 28% del total producido = 8,4 kg.

·         Valor internacional de la resina en monte: 650 USD/ton.

Ingreso por resina (10 años):
8,4 kg x 0,650 USD = 5,46 USD por planta

Los datos expuestos por el empresario fueron contundentes: la madera resinada no solo mantiene sus propiedades mecánicas y es apta para el aserrado, sino que además aporta una ganancia adicional por la extracción de resina, con un ingreso neto que más que duplica el valor de la tora vendida en pie en dólares.

Este modelo combinado ofrece al productor forestal una estrategia de diversificación productiva con rentabilidad sostenida y potencial exportable, fortaleciendo la competitividad de las plantaciones y reduciendo los riesgos económicos a lo largo del ciclo forestal.

 

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