La provincia enfrenta un escenario de extrema peligrosidad por la persistente sequía, altas temperaturas y material combustible acumulado. Desde el Consorcio de Manejo de Fuego Virasoro advierten que la situación climática es similar a la crisis del verano de 2022 y llaman a la población a evitar el uso del fuego bajo cualquier circunstancia.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
CORRIENTES (6/2/2025).- Misiones ya declaró la emergencia ígnea y Corrientes atraviesa momentos críticos en materia de incendios rurales y periurbanos, con bomberos voluntarios y aviones hidrantes combatiendo un grave incendio en el paraje María Chica y otras zonas rurales de Curuzú Cuatía y Mariano I. Loza, situaciones de extremo peligro con evacuaciones y una víctima fatal, según informan medios locales. Solo en esa zona se estima que los incendios ya afectaron más de 7.400 hectáreas en las últimas 48 horas, los pobladores tienen problemas de acceso al agua y se viven horas de desesperación.
Con un escenario climático de sequía severa, temperaturas extremas y vegetación altamente inflamable, la provincia correntina se encuentra en alerta roja. En este contexto, desde el Consorcio de Manejo de Fuego Virasoro (CMF) instan a la comunidad a asumir con responsabilidad el desafío de evitar nuevas emergencias y trabajar por el objetivo de «fuego cero».
El CMF trabaja de manera permanente en la prevención, capacitación y monitoreo de incendios. Su coordinador, Carlos Pereyra, informó que en los últimos diez meses de gestión se registraron 80 incendios, de los cuales 17 ocurrieron dentro de los predios protegidos del consorcio, afectando 38 hectáreas de un total de 165.000 hectáreas forestadas.
“Es un resultado positivo, logrado gracias a la silvicultura preventiva y otras acciones que llevamos adelante. Además, se trabaja en forma coordinada con bomberos voluntarios, Defensa Civil, el Estado provincial y fuerzas de seguridad”, destacó en la entrevista con ArgentinaForestal.com.
Sin embargo, la situación actual en la región es de peligro extremo, similar a la vivida en los incendios de enero y febrero de 2022.
En lo que fue el reciente mes de enero, la zona registró 24 focos de incendio, aunque la mayoría ocurrió fuera de la superficie que abarca el consorcio de Virasoro, lo que obligó a sus brigadas a colaborar con vecinos y atender fuegos en banquinas, una de las principales fuentes de inicio de siniestros. “Dentro del consorcio tuvimos en enero una sola intervención en un predio de un socio con un foco que afecto 1,13 hectáreas, un área muy pequeña”, precisó Pereyra.
Autoridades locales y fuerzas de seguridad analizan la situacion de lucha contra el fuego en Curuzú Cuatiá
El uso cultural del fuego, la principal amenaza
Las causas más frecuentes de incendios son el uso indiscriminado del fuego, las quemas para limpieza de terrenos que está muy arraigo culturalmente, la caída de líneas eléctricas y el tránsito intenso en rutas que provoca algún incidente sobre banquinas, y son un alto riesgo de propagación de incendios. Es necesario dar el alerta para extinguirlos inmediatamente.
En este sentido, Pereyra advirtió que la cultura del fuego sigue siendo un gran desafío: “El mayor peligro que enfrentamos hoy es el uso irresponsable del fuego en la comunidad. Bajo estas condiciones de peligro y con un alerta roja, se debe comprender que cualquier chispa puede desatar una tragedia”, dijo.
Recursos y medidas de control
El Consorcio de Manejo de Fuego Virasoro cuenta con 16.000 kilómetros cuadrados de cobertura, desde el sur de Misiones hasta el norte del departamento de Alvear, en Corrientes. En su operatividad participan 29 empresas socias, 31 brigadas con 240 brigadistas forestales, además de disponer equipamiento especializado, maquinarias y medios aéreos.
Para fortalecer la respuesta ante emergencias, en enero se decidió crear un comité de crisis interno, con el fin de mejorar la comunicación y el despacho oportuno de recursos. “Afortunadamente, entre las empresas socias nadie está quemando en estas condiciones”, afirmó Pereyra.
Pero rigen prohibiciones y sanciones severas para quien origina un fuego en las condiciones climáticas actuales.
Desde los primeros días de enero rige en la provincia la prohibición total de quemas, establecida por el gobierno de Corrientes. Su incumplimiento puede acarrear severas sanciones:
- Multas de entre 50 y 10.000 unidades de sueldo básico inicial de la administración pública nacional, lo que equivale a 500.000 y 2.000 millones de pesos.
- Responsabilidad legal bajo la Ley Provincial 5590 y normativas nacionales.
Pereyra recordó el trágico caso del Paraje Galarza, que desapareció completamente debido a un incendio en 2022. “No necesitamos mirar a California o Valparaíso. En Corrientes hemos vivido tragedias por el fuego y debemos aprender de esas experiencias”, enfatizó.
Pronóstico y recomendaciones
Las proyecciones para febrero y marzo indican que la sequía se mantendrá, con pocas precipitaciones y condiciones extremas de riesgo.
El CMF insiste en la importancia de la alerta temprana, la acción rápida y la prevención:
- Evitar quemas de basura y restos vegetales.
- No arrojar colillas de cigarrillos en caminos o zonas secas.
- Mantener cortafuegos y retirar material inflamable (malezas y pasto seco) sin recurrir a la quema.
- Mantener limpios los alrededores de viviendas y terrenos,
- Denunciar de inmediato cualquier foco de incendio.
Pereyra enfatizó que la provincia está mejor preparada que en 2022, con más recursos y mejor coordinación a través del Comando de Operaciones de Emergencia, bajo la Dirección de Recursos Forestales y el Ministerio de Seguridad de Corrientes.
«Pero ninguna infraestructura alcanza si la comunidad no asume su responsabilidad. Para evitar catástrofes, debemos lograr fuego cero», concluyó.