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Cinco recomendaciones para el consumo responsable de agua y evitar el desperdicio en épocas de extremo calor

El verano es una época especial del año debido a que la falta de lluvias, las elevadas temperaturas y el cambio climático generan que se deba poner mayor consideración en su cuidado. Según la ONU, se estima que entre 1.700 y 2.400 millones de personas vivirán en zonas urbanas con escasez de agua para 2050. El uso responsable del agua potable es una tarea urgente y compartida.

 

Fuente: Amanco Wavin

 

Buenos Aires, 6 de enero de 2025 – En pleno verano, el cuidado del agua potable se convierte en una prioridad debido al aumento de temperaturas y la disminución de lluvias. Este recurso vital enfrenta un creciente desafío: su disponibilidad está disminuyendo mientras que la demanda sigue en aumento.

En la actualidad, muchas personas no tienen acceso al agua potable y limpia. Su cuidado resulta de un trabajo conjunto y lo importante es que todos podemos contribuir, optando por hábitos sustentables, sin perder de vista que es fundamental hacer un uso solidario y responsable de este recurso.

Una persona consume por año 1.024.000 litros de agua en promedio, lo que representa la mitad de una piscina olímpica. Por ejemplo, en un día una persona utiliza 4 litros de agua para lavarse la cara y 5 para lavarse los dientes, y en una ducha de 10 minutos se consumen 100 litros.

El verano es una época especial del año debido a que la falta de lluvias, las elevadas temperaturas y el cambio climático generan que se deba poner mayor consideración en su cuidado.

La Cámara Argentina del Agua (CAA) realizó una investigación que argumenta que la gestión del agua se ha convertido en una preocupación central para los argentinos debido al impacto ambiental que genera, y gracias a que es un factor importante en la toma de decisiones diarias. El 64% de los argentinos señalan que el agua es un tópico clave en el momento de elegir un lugar para vivir.

Por ello, Amanco Wavin comparte cinco recomendaciones clave para reducir el consumo y evitar el desperdicio de agua durante esta temporada.

1. Lavar el auto con balde
Optar por un balde en lugar de una manguera puede ahorrar hasta 1.000 litros de agua por hora, según datos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Este método no solo conserva el agua, sino que también reduce el impacto ambiental al minimizar el uso de recursos hídricos.

2. Cerrar la canilla al lavarse las manos
Pequeños hábitos generan grandes cambios. Cerrar la canilla mientras se enjabonan las manos puede ahorrar hasta 15 litros de agua por vez. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) destaca que estas prácticas simples permiten un uso más eficiente del recurso, beneficiando a toda la comunidad.

3. Aprovechar el agua de lluvia
Recolectar agua de lluvia en contenedores es una medida efectiva para regar plantas o limpiar veredas. Es fundamental almacenar el agua correctamente, utilizando recipientes con tapa para evitar criaderos de mosquitos. Además, ajustar los sistemas de riego automáticos durante las lluvias puede prevenir gastos innecesarios.

4. Evitar usar el inodoro como basurero
Cada descarga de agua implica un consumo significativo. Desechar residuos tóxicos o indebidos, como aceites, toallitas femeninas o líquidos inflamables, no solo afecta al agua potable, sino que también contamina el ambiente. Se recomienda usar jabones y detergentes biodegradables para minimizar el impacto ambiental.

5. Revisar y reparar fugas en las tuberías
Las fugas de agua pueden desperdiciar grandes volúmenes de este recurso. Realizar mantenimientos periódicos y reparaciones inmediatas en tuberías y tanques evita pérdidas significativas, contribuyendo a la eficiencia hídrica.

 

Cuidar el agua: una tarea de todos

Según la ONU, se estima que entre 1.700 y 2.400 millones de personas vivirán en zonas urbanas con escasez de agua para 2050. El uso responsable del agua potable es una tarea urgente y compartida.

Adoptar estos hábitos no solo garantiza su disponibilidad en el presente, sino también para las generaciones futuras.

Con medidas concretas y un compromiso colectivo, es posible preservar este recurso invaluable y proteger la calidad de vida de nuestras comunidades.

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