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Investigadores coreanos anunciaron la creación de un combustible de aviación sostenible a base de madera y otros materiales vegetales

La industria del transporte aéreo enfrenta estándares de emisión cada vez más estrictos, lo que viene impulsado avances significativos en la búsqueda de combustibles sostenibles denominados SAF. Estos combustibles deben disminuir las emisiones entre un 50% y un 80%, y sus materias primas deben provenir de terrenos y técnicas que no afecten la biodiversidad.

 

Fuente: Dinamicarg

 

BUENOS AIRES (1/12/2024).- Un equipo de investigadores del Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología (KIST), liderado por Ha Jeong-Myeong y Yu Chun-jae, desarrolló un innovador combustible de aviación sostenible (SAF, por sus siglas en inglés) elaborado a partir de materiales vegetales como madera y pasto.

El nuevo SAF posee propiedades equivalentes al combustible tradicional de aviones derivado del petróleo, lo que lo convierte en una opción prometedora para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Actualmente, los combustibles sostenibles para aviación se producen principalmente a partir de insumos como aceite de cocina usado y aceite de palma.

Para obtener este combustible, los investigadores aplicaron reacciones avanzadas de descarbonización y polimerización a los aceites obtenidos de la descomposición de estos materiales vegetales.

Sin embargo, estos requieren grandes volúmenes de materia prima, lo que motivó a los investigadores a explorar alternativas más accesibles y eficientes.

En el pasado, los intentos de fabricar biocombustibles a partir de madera y hierba generaron líquidos similares a la nafta, inadecuados para la aviación.

Para superar esta barrera, el equipo del KIST aplicó reacciones avanzadas de descarbonización y polimerización a los aceites obtenidos de la descomposición de estos materiales vegetales.

Este enfoque innovador permitió obtener un combustible con los componentes esenciales para la aviación, incluidos naftenos y aromáticos, que contienen las estructuras de anillos de carbono necesarias para garantizar su compatibilidad y rendimiento.

 

Reducir las emisiones de carbono

El equipo de investigadores detalló que su nuevo combustible puede combinarse con el SAF ya existente, que se caracteriza por contener altos niveles de parafinas, un componente esencial para la aviación.

Esta mezcla permitiría reemplazar progresivamente al combustible derivado del petróleo, ofreciendo una alternativa más sostenible.

Además, los científicos desarrollaron un proceso de producción que opera de manera continua por más de 100 horas, incluso cuando enfrenta la presencia de impurezas, lo que demuestra su viabilidad industrial.

“El SAF puede reducir las emisiones de carbono hasta en un 80% en comparación con el combustible de aviación convencional basado en petróleo”, destacó Ha Jeong-Myeong.

Por su parte, añadió que esta innovación “amplía la base de recursos para la producción de combustible de aviación al permitir el uso de materiales no alimentarios como la madera y el pasto, superando la dependencia actual de insumos comestibles”.

 

Un futuro sostenible para la aviación

Los combustibles SAF, aunque químicamente similares a los fósiles, reducen significativamente las emisiones netas de gases de efecto invernadero a lo largo de su ciclo de vida.

Para ser considerados como SAF, estos combustibles deben disminuir las emisiones entre un 50% y un 80%, y sus materias primas deben provenir de terrenos y técnicas que no afecten la biodiversidad.

Además, deben cumplir con ciertos criterios y consideraciones sociales, económicas y ambientales, orientados a minimizar la influencia de la aviación en la atmósfera.

La apuesta por los biocombustibles no solo representa una solución viable para la reducción de emisiones, sino que también abre oportunidades para el desarrollo económico y tecnológico en diversas regiones del mundo.

La transición hacia combustibles de aviación sostenibles es una prioridad, y con estos esfuerzos conjuntos, la industria está un paso más cerca de alcanzar un futuro con cero emisiones netas de CO2 para 2050.

 

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