Las expectativas de alcanzar acuerdos cruciales en financiamiento, adaptación y mitigación climática enfrentan obstáculos, mientras surgen críticas y posturas divergentes en torno al liderazgo y compromiso de las partes involucradas. La COP29 avanza en Bakú en su agenda, a medida que las negociaciones enfrentan retrasos y tensiones políticas. El mundo espera resultados concretos que garanticen el apoyo a los países en desarrollo y mantengan vivo el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
BAKÚ Y ARGENTINA (18/11/2024).- La segunda semana de la 29° Conferencia de las Partes (COP29) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) comenzó con cielos nublados y lluvias intermitentes, un reflejo metafórico de las tensiones que dominan las negociaciones.
Los resultados de la primera semana fueron considerados magros por los asistentes, y las esperanzas se centran en las más de 100 horas restantes para definir metas de financiamiento que impulsen acciones concretas en adaptación, pérdidas y daños, particularmente en países en desarrollo.
Mukhtar Babayev, presidente de la COP29, envió un mensaje contundente a los gobiernos el fin de semana, instando a un espíritu de compromiso renovado. Durante la Mesa Redonda Ministerial Anual de Alto Nivel sobre la Ambición Pre-2030, Babayev subrayó la importancia de los próximos cinco años para mantener el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C: «Necesitamos resultados concretos de esta COP. Esta reunión representa una oportunidad para dar forma a esos resultados juntos.»
Sin embargo, las divisiones en torno al Programa de Trabajo de Mitigación complicaron las discusiones. Propuestas para congelar las conversaciones hasta el próximo año, lideradas por Arabia Saudita, India, Irán y Bolivia, generaron enfrentamientos con países como Colombia, Chile, Reino Unido y Noruega.
La retirada argentina y su impacto regional
La decisión del gobierno argentino de retirar su delegación de la COP29 sorprendió a sus aliados del Grupo SUR, conformado por Uruguay, Paraguay, Ecuador y Brasil. Este bloque, presentado en abril de 2024, debutaba en un evento global. Según fuentes cercanas, la ausencia argentina dejó a sus socios en una posición incómoda, con Brasil representando al grupo sin mencionar a Argentina.
El Consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA) en Argentina expresó su preocupación por las consecuencias de esta decisión, señalando que limita la capacidad del país para influir en decisiones globales y acceder a recursos clave para enfrentar desafíos ambientales.
La Mesa Argentina de Carbono, por su parte, destacó el impacto negativo en el desarrollo del mercado de carbono, una de las prioridades de la cumbre.
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Financiamiento climático: el gran desafío
El debate sobre un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG) es central en esta COP29. Esta nueva meta reemplazará los 100 mil millones de dólares anuales acordados en 2009, convirtiéndose en un pilar para financiar la acción climática en países en desarrollo.
El Grupo de los 77 y China (G77+China) presentó una propuesta destacada que enfatiza la necesidad de financiamiento público y su asignación prioritaria a adaptación, mitigación y pérdidas y daños. No obstante, las negociaciones avanzan lentamente, con sesiones a puertas cerradas que buscan consenso en aspectos clave como acceso, transparencia y barreras financieras.
Claves para un NCQG efectivo
La Red Latinoamericana y Caribeña por un Sistema Financiero Sostenible (REDFIS) insta a los negociadores a considerar puntos fundamentales para el NCQG:
- Priorizar financiamiento público, especialmente en forma de donaciones e instrumentos concesionales.
- Incrementar recursos para adaptación y pérdidas y daños.
- Establecer un monto transformador, acorde a las necesidades globales estimadas en trillones de dólares hasta 2030.
- Promover equidad e inclusión en la distribución del financiamiento.
- Garantizar transparencia y evitar cargas administrativas adicionales.
Progresos y eventos paralelos
Mientras las Partes debaten el Artículo 6.8 del Acuerdo de París, que fomenta la cooperación internacional mediante enfoques no mercantiles, eventos paralelos destacan iniciativas como los sistemas de alerta temprana, considerados salvavidas esenciales ante el cambio climático.
Con menos de una semana restante, el panorama en Bakú es incierto, pero la urgencia de un acuerdo efectivo resuena en cada intervención. La comunidad internacional espera que los líderes demuestren el coraje y compromiso necesarios para enfrentar la crisis climática global.