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Desarrollo rural | Desde el FIDA inviertieron más de 1.280 millones de dólares en programas de apoyo a pequeños productores para adaptación climática y seguridad alimentaria

Hasta la fecha, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) destinó más de 1.280 millones de dólares en proyectos de inversión orientados a ayudar a pequeños productores a adaptarse a la crisis climática y a promover prácticas agrícolas sostenibles. Esta inversión, realizada entre 2022 y 2024, representa el 47% del programa total de préstamos y donaciones del FIDA, superando el objetivo inicial del 40%.

 

Fuente: FIDA 

 

ROMA (14/11/2024).- El nuevo informe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) sobre la acción por el clima 2024 titulado “Horizontes verdes: Un año de acción climática en favor de las personas, la resiliencia y la biodiversidad”, revela nuevamente la necesidad de ampliar la financiación climática para poblaciones rurales más resilientes.

En un momento en el que la transformación de los sistemas alimentarios para hacer frente al cambio climático exige niveles de financiación e innovación financiera sin precedentes, el FIDA, organismo especializado de las Naciones Unidas e institución financiera internacional, aumentó el financiamiento y logró superar sus objetivos en lo que respecta a la aportación específica de recursos económicos a las poblaciones rurales y vulnerables.

Hasta la fecha el FIDA realizó una inversión de más de 1.280 millones de dólares de los Estados Unidos en proyectos de apoyo a los pequeños productores para que se adapten al cambio climático y produzcan alimentos de forma sostenible durante el período comprendido entre 2022 y 2024.

Hasta la fecha el FIDA realizó una inversión de más de 1.280 millones de dólares de los Estados Unidos en proyectos de apoyo a los pequeños productores para que se adapten al cambio climático y produzcan alimentos de forma sostenible durante el período comprendido entre 2022 y 2024. Y para el período 2025-2027 incrementarán otro 45%.

El miércoles, el FIDA publicó su Informe de Acción Climática 2024, en el que se destacan los esfuerzos orientados al apoyo a los pequeños productores más vulnerables del mundo, promoviendo su adaptación al cambio climático, la protección de ecosistemas y el avance hacia una agricultura sostenible.

“El cambio climático nos afecta a todos, pero los pequeños agricultores -quienes producen casi la mitad de nuestros alimentos- son los más expuestos y cuentan con menos recursos para adaptarse”, expresó Álvaro Lario, Presidente del FIDA.

“Estos agricultores no son solo productores de alimentos; son fundamentales para las economías rurales, los sistemas alimentarios globales y la biodiversidad. Invertir en su éxito no solo es un deber moral, sino también una decisión económica inteligente. Por ello, el FIDA incrementa su apoyo y canaliza más fondos hacia las comunidades rurales”, agregó Lario.

El informe resalta diversas iniciativas impulsadas por el FIDA para mejorar la resiliencia de estos pequeños productores y contribuir a la seguridad alimentaria y la sostenibilidad en las zonas rurales del mundo.

Ante la creciente urgencia de adoptar medidas climáticas, el FIDA decidió aumentar la financiación destinada a proyectos de adaptación al clima y mitigación de sus efectos, e incrementó la asignación de su programa de préstamos y donaciones del 25 % durante el período comprendido entre 2019 y 2021 al 40 % entre 2022 y 2024.

En el próximo ciclo de financiación del Fondo, que abarca de 2025 a 2027, se incrementará el ya ambicioso objetivo anterior, hasta el 45%.

En el informe se señala que el FIDA invirtió 502,7 millones de dólares en actividades de adaptación al clima y mitigación de sus efectos en 2022 y 2023.

Según las cifras más recientes, que dejan constancia de un rápido aumento, el monto de la financiación para el clima que el FIDA ha destinado a proyectos de apoyo a los pequeños productores para aumentar su resiliencia a los cambios en las condiciones climáticas asciende a más de 750 millones de dólares.

Entre 2022 y 2023, el 78% de los proyectos diseñados tenían por fin mejorar la capacidad de adaptación de estos productores. Del total de las inversiones en los proyectos, los ejecutados en África Oriental, Occidental, Central y Meridional recibieron 330,4 millones de dólares.

En el Informe del FIDA sobre la Acción Climática de 2023 se presentan numerosos ejemplos concretos de proyectos que el FIDA financia en todo el mundo, en ámbitos que van desde la gestión sostenible de los pastos y el agua hasta la restauración de los ecosistemas.

Entre ellos, el Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible en la Región Semiárida de Bahía, ejecutado en el Brasil, promueve la agrobiodiversidad a través de huertos domésticos y de semillas de las razas criollas.

El proyecto colabora con 20 comunidades tradicionales que hacen un uso comunitario de la tierra (fundos de pasto) para impartir formación sobre restauración de tierras y conservación de la biodiversidad, restablecer la capa del suelo con vegetación autóctona y construir viveros para la producción de plantones.

También promueve sistemas agroforestales sostenibles mediante especies autóctonas y combate los fuegos de matorrales. El Proyecto de Desarrollo Rural Sostenible en la Región Semiárida de Bahía benefició a 75.000 familias del medio rural.

El FIDA también colabora con la Agencia Espacial Europea para utilizar datos obtenidos por satélite y tecnologías de teledetección de última generación, transforman cómo los pequeños productores se adaptan al cambio climático.

En Kirguistán, por ejemplo, los mapas de pastizales obtenidos por satélite permiten a las comunidades pastorales tomar decisiones informadas sobre las prácticas de pastoreo sostenible, preservar los recursos esenciales de la tierra y aumentar la productividad ganadera. Los productores pueden planificar con antelación sus actividades pastorales y gestionarlas preservando la fertilidad y la productividad de los pastizales.

Los pequeños productores con tierras hasta de 5 hectáreas generan casi la mitad de los alimentos que se consumen en todo el mundo, volumen muy superior en muchos países en desarrollo y que en África puede alcanzar hasta el 70%.

Son esenciales para la seguridad alimentaria mundial y local, la nutrición y la reducción de la pobreza.

La producción en pequeña escala proporciona alimentos y medios de vida a gran parte de los 3.000 millones de habitantes del medio rural. Pese a ello, los pequeños productores son los que más sufren las consecuencias del cambio climático, fenómeno que se calcula que reducirá el rendimiento de los cultivos hasta en un 25 % para finales de siglo.

 

 

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