La Fundación Tierra informó que los incendios forestales en Bolivia han arrasado más de 4 millones de hectáreas de bosques, campos y pastizales, con Santa Cruz como el departamento más afectado. La situación es alarmante, con focos de calor que se multiplicaron antes de lo previsto. También se registran problemas de salud en la población por el humo procedente de los focos de fuego en varias regiones.
Fuentes y fotos: RT Actualidad y Revista Nómadas
BOLIVIA (30/8/2024).-Los incendios forestales que comenzaron en la Amazonía han devastado Bolivia durante más de un mes y medio, arrasando más de 4 millones de hectáreas de bosques, campos y pastizales, según un reciente reporte de prensa de la Fundación Tierra.
A diferencia de años anteriores, los focos de calor se han multiplicado mucho antes de la temporada crítica, lo que ha generado gran preocupación entre expertos y autoridades.
Efraín Tinta, investigador de la Fundación Tierra, señaló que los departamentos más afectados son Santa Cruz, con 2,6 millones de hectáreas quemadas; Beni, con 1,3 millones; y La Paz, con 18.99 hectáreas. En total, 69 municipios se han visto gravemente impactados, siendo Santa Cruz el más golpeado, con 36 municipios afectados, seguido de Beni con 17, Pando con 11, Cochabamba con tres, y La Paz y Cochabamba con uno cada uno.
Son 69 los municipios más afectados: 36 en Santa Cruz, 17 en Beni, 11 en Pando, tres en Cochabamba, uno en La Paz, y uno en Cochabamba.
San Matías, en Santa Cruz, es uno de los municipios más afectados. El fuego devoró el 47% de su territorio, igual a 1,2 millones de ha.
En el municipio de San Rafael, Santa Cruz, debido al humo que perdura desde hace varias semanas «los niños tienen conjuntivitis y los adultos afecciones bronquiales severas. Hay comunidades donde se suspendieron las clases y no llega ayuda», dijo el cacique de la Asociación de Comunidades Indígenas de San Rafael de Velasco (ACISARV).
Se prevé que en Santa Cruz los riesgos de propagación de incendios aumenten en las próximas semanas y no desciendan sino hasta finales de noviembre, por los índices de peligro de propagación del fuego.
Las áreas protegidas nacionales más afectadas por el fuego son: Área de Manejo Natural Integrado San Matías, donde el fuego arrasó con 904.015 ha, casi un 45% de su territorio. La segunda área protegida es Otukis, con 96.944 ha afectadas por incendios. Y finalmente está El Choré con 21.558 ha.
Agotados y sin recursos: la lucha desigual en Chiquitania
“No hay logística para apagar los incendios. Es como ir a la guerra con un cortaúñas”, grafica la diputada María René Álvarez a la revista Nómada. Mientras el fuego sigue avanzando, la desesperación crece en la comunidad de Suponema de Santa Ana de Velasco y en otras de la Chiquitania.
La comunidad de Suponema, en Santa Ana de Velasco, está enfrentando una batalla desigual contra un incendio que lleva más de un mes y medio en la región. A pesar de su incansable esfuerzo, los habitantes se encuentran en una situación crítica, luchando contra las llamas sin las herramientas adecuadas, como describió la diputada María René Álvarez: «Gente que tiene voluntad de apagar los incendios, pero no tiene herramienta, equipos ni logística que deberían tener. Nunca van a poder apagar los incendios por más voluntad que haya para hacerlo».
Las palabras de la diputada reflejan la impotencia de una comunidad que, con pocos recursos y mucha determinación, ha resistido día y noche para salvar sus tierras, animales y seres queridos. «Ya hasta por último los pies no dan, nuestros zapatos se queman,» cuenta una de las mujeres de la comunidad, agotada por la desesperación.
El fuego ha dejado marcas profundas, no solo en la tierra, sino también en las personas. «Nuestra piel ya está prácticamente cocinada, ya no sentimos casi nada de nuestros rostros,» describe la misma mujer con una voz quebrada, mostrando el desgaste físico que ha dejado esta lucha. Sin embargo, la comunidad no se rinde: «Seguimos de pie luchando y no nos vamos a rendir hasta que consigamos salvar a nuestros seres queridos.»
A pesar de las donaciones recibidas, la situación sigue siendo crítica. «Hemos dejado un poco de agua y carne en el acopio, pero necesitamos un vehículo para transportar agua a las personas. El gobierno, lamentablemente, insiste en invisibilizar la situación, pero nosotros no podemos rendirnos», enfatiza la diputada Álvarez.
Mientras el fuego sigue avanzando, la desesperación crece en la comunidad de Suponema de Santa Ana de Velasco y en otras de la Chiquitania. La falta de apoyo adecuado y la carencia de recursos necesarios han hecho que los esfuerzos de los habitantes se sientan insuficientes, pese a su gran voluntad de proteger sus hogares y su entorno.
«Ya los bolsillos están vacíos, no sabemos ni dónde vamos a sacar para la necesidad de nuestras familias,» lamenta una de las personas que ha estado en primera línea de combate. Esta realidad se vuelve cada vez más crítica, mientras el incendio continúa devorando lo que encuentra a su paso.
Aun así, la comunidad de Suponema no se da por vencida. «Nosotros vamos a seguir gestionando, vamos a seguir luchando hasta culminar con todo esto,» aseguran. Su esperanza está puesta en que alguien escuche su clamor y se les brinde el apoyo necesario para vencer al fuego, antes de que éste destruya todo lo que han construido con tanto esfuerzo”.
Incendios arrasan con más de 119 mil hectáreas en el Parque Nacional Noel Kempff Mercado y el Área Protegida Municipal del Bajo Paraguá, avanzando en el norte del bosque chiquitano, comprometiendo áreas de alto valor ecológico y sitios de conservación.
El Observatorio del Bosque Seco Chiquitano de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC) ha cuantificado el impacto de estos incendios mediante análisis satelital hasta el 28 de agosto, revelando que 7.100 hectáreas han sido arrasadas en el sector sur del Parque Nacional Noel Kempff Mercado, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En el Área Protegida del Bajo Paraguá, ubicada en San Ignacio de Velasco, la cifra es aún más alarmante, con 112.800 hectáreas quemadas, mientras que el Área Protegida Municipal Copaibo de Concepción ha perdido 5.000 hectáreas.
“Estos incendios han devastado zonas de bosque, pampas y áreas de manejo forestal, poniendo en peligro la biodiversidad de la región. Además, los efectos del humo generado por el fuego están impactando a las comunidades colindantes, aunque aún no se han cuantificado los daños en la salud de los habitantes”, resumen desde la revista Nómadas.
El fuego, que comenzó fuera de estos sitios de conservación entre el 6 y 11 de agosto, se ha propagado rápidamente debido a los vientos y la vegetación de la zona, avanzando entre 25 y 75 kilómetros hasta la fecha. Las imágenes satelitales de Landsat muestran con claridad la magnitud de las llamas y el avance del fuego, que sigue amenazando estos valiosos ecosistemas.
La situación es crítica y exige una respuesta inmediata para controlar el fuego y mitigar los daños en una de las regiones más importantes para la conservación en Bolivia.
En tanto en Brasil, las autoridades trabajan en conjunto con las bolivianas, donde las llamas consumen gran parte de la amazonia. Durante el último mes se han registrado más de 3.500 incendios en São Paulo, el estado brasileño más grande del país, obligando a más de 45 ciudades a declarar estado de emergencia.