Al igual que el cambio climático, la IA representa otra alteración importante que debemos afrontar de forma colaborativa. Ambos redefinirán nuestro mundo de maneras que solo estamos empezando a entender.
Fuente: Banco Mundial
ESTADOS UNIDOS (25/5/2024).- Un equipo del Banco Mundial visitó Secunda en 2023, una ciudad sudafricana conocida por albergar una planta de conversión de carbón en líquidos de la empresa Sasol, para sumergirse en un taller sobre la transición verde justa en Mpumalanga, una región rica en carbón.
Este encuentro reunió a líderes comunitarios y expertos mundiales para explorar los desafíos monumentales de una transición hacia prácticas más sostenibles, una conversación que trasciende las fronteras de esta pequeña urbe.
En este intercambio, una verdad quedó patente: la transición verde no es simplemente un cambio tecnológico de combustibles fósiles a energías renovables. Es una narrativa profundamente arraigada en la historia humana, con implicaciones sustanciales para los medios de vida, las comunidades y generaciones enteras en un momento definitorio.
Pero, ¿acaso no enfrentamos una encrucijada similar en lo que respecta a la inteligencia artificial (IA)? Al igual que el cambio climático, la IA representa una transformación disruptiva que debemos abordar colaborativamente. Ambos redefinirán nuestro mundo de maneras que apenas comenzamos a comprender.
Partiendo de nuestra experiencia en la transición climática, extraemos lecciones cruciales para el debate sobre la gobernanza de la IA. Los principios de justicia que guían la acción climática —distributiva, procedimental y de reconocimiento— son igualmente aplicables a la transición hacia la IA.
«Esta transición es más que un simple cambio tecnológico del carbón a las fuentes de energía verde. Es una narrativa profundamente arraigada en la historia humana, que afecta a los medios de subsistencia, las comunidades y toda una generación en un momento histórico.»
Entonces, ¿cómo podemos garantizar que la transición a la IA sea justa e inclusiva?
Enfrentar el cambio climático no se trata solo de tecnología o financiamiento; se trata, en su núcleo, de las personas. Por ejemplo, en Sudáfrica, las comunidades dependientes del carbón están preocupadas por su futuro y medios de vida, enfrentando cambios sin precedentes en su cohesión social. Aquí, presentamos tres formas de asegurar la inclusión de todos:
- Empoderamiento mediante capacitación y mejora de habilidades
Implementar una estrategia proactiva para la diversificación económica, junto con el apoyo a medios de vida y capacitación en habilidades, puede convertir desafíos en oportunidades, especialmente si las comunidades lideran este cambio. Un principio similar podría aplicarse a la IA, donde el adiestramiento de trabajadores en el manejo de sistemas de IA podría aumentar su productividad y nivel de empleabilidad.
- Garantizar la inclusión mediante la escucha de todas las voces
Es esencial asegurar que las comunidades sean escuchadas y participen en el diseño de soluciones climáticas y de IA. La participación ciudadana y la transparencia en el financiamiento climático pueden servir como modelos para la inclusión en la gobernanza de la IA.
- Defender la dignidad y equidad de las comunidades marginadas
Respetar los derechos y valores de grupos sociales diversos es crucial en transiciones justas, ya sea en la lucha contra el cambio climático o en la adopción de IA. Abogamos por la participación comunitaria y la utilización de conocimientos locales en el diseño de soluciones adaptadas.
Esto pone de relieve la dignidad de cada individuo y aborda los desafíos únicos que enfrentan las comunidades marginadas, y es precisamente en lo que se centra nuestra labor sobre las dimensiones sociales del cambio climático (i).
En nuestro trabajo, subrayamos de qué manera los impactos climáticos afectan de manera desproporcionada a las mujeres (i) y a grupos marginados como los pueblos indígenas (i), agudizando las desigualdades sociales. Al destacar la importancia de la participación de la comunidad, abogamos por la utilización de los conocimientos locales para diseñar de forma conjunta soluciones eficaces y adaptadas a la mitigación y adaptación climáticas.
Investigadores han detectado casos en los que la IA perpetúa sesgos algorítmicos, como errores en el reconocimiento facial (i) de ciertas razas y determinados grupos étnicos y herramientas de IA para la evaluación de currículums (i) que discriminan por razón de género debido a que en el entrenamiento de los datos han participado predominantemente hombres. Para abordar estas cuestiones es necesario aplicar los principios de justicia por reconocimiento.
Hacia un futuro justo y sostenible en la era de la IA Es crucial que nuestros avances tecnológicos no solo defiendan los principios de justicia, sino que también prioricen la sostenibilidad ambiental, abordando los impactos ecológicos de la mayor capacidad informática, esencial para la expansión de la IA (i). Seguimos extrayendo valiosas enseñanzas en nuestro camino hacia un planeta más habitable.
En este momento, cuando adoptamos la revolución de la IA, debemos aplicar las lecciones relevantes. En este nuevo mundo de prácticas ecológicas y de IA, juntos podemos promover un entorno en el que todos prosperemos de manera colectiva, unidos por principios de justicia y equidad.
Autores:
Ezgi Canpolat. Especialista en desarrollo social, Banco Mundial
Aly Rahim. Gerente de programa, Alianza Global para la Responsabilidad Social (GPSA), Banco Mundial



