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Transición energética | Desde el BID advierten que la región requiere de inversión en energías renovables, integración energética regional e infraestructura resiliente

En América Latina y el Caribe, los esfuerzos por reducir las emisiones han aumentado en la última década, con un incremento del 51% en capacidad renovable entre 2015 y 2022, según indica el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sin embargo, el ritmo debe acelerarse para cumplir con el objetivo de cero emisiones netas para 2050, especialmente ante el aumento previsto en la demanda eléctrica anual del 2.3%.

Fuente: BID

 

ESTADOS UNIDOS (Mayo 2024):- El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lidera la iniciativa «Renovables en Latinoamérica y El Caribe» (RELAC), con 16 países comprometidos a alcanzar el 80% de generación eléctrica a partir de fuentes renovables para 2030.

En un reciente informe, desde el BID han invertido más de mil millones de dólares en la construcción y modernización de plantas hidroeléctricas, así como en el desarrollo de tecnologías emergentes como el almacenamiento de energía y el hidrógeno verde.

La integración energética regional se presenta como una solución estratégica para manejar los picos de demanda y suplir las necesidades energéticas de los países. Iniciativas como el SINEA y el SIESUR buscan conectar a varios países, aprovechando economías de escala y compartiendo excedentes de energía limpia.

El cambio climático ha generado la necesidad de infraestructuras resilientes, especialmente en regiones vulnerables a fenómenos extremos. El BID viene financiando proyectos de infraestructura energética resiliente en países como Bahamas y Nicaragua, buscando reducir el impacto de desastres naturales en la población y la economía.

El almacenamiento energético se presenta como una solución clave para balancear la generación intermitente de energías renovables. Sin embargo, múltiples barreras regulatorias dificultan su implementación.

El BID ha desarrollado publicaciones y brindado apoyo técnico a varios países para establecer marcos regulatorios adecuados y fomentar la inversión en almacenamiento energético.

Consideran que el impulso a la transición energética en la región requiere una combinación de inversión en energías renovables, integración energética regional, infraestructura resiliente y almacenamiento energético.

El BID continúa desempeñando un papel crucial en el apoyo a estos esfuerzos, trabajando en colaboración con los países de la región para enfrentar los desafíos energéticos del siglo XXI.

 

Impulso a la integración energética

El cambio climático, la falta de inversión en el sector energético y los picos de demanda eléctrica están generando déficits de energía. Como resultado, se recurre frecuentemente a apagones programados para gestionar la escasez, impactando de manera desproporcionada a los hogares más vulnerables.

La integración eléctrica es una solución estratégica, al permitir el intercambio de energía entre países, donde aquellos con excedentes pueden suplir las necesidades de los que enfrentan escasez.

La integración de los mercados eléctricos regionales transformará la generación, distribución y consumo de electricidad, aprovechando economías de escala, fomentando grandes proyectos energéticos y mejorando el acceso a energía más barata.

Al compartir reservas y aumentar la oferta eléctrica, se gestionarán más eficazmente los picos de demanda, estimulando la competencia y favoreciendo a las plantas más eficientes, lo cual desplazará a las más costosas y contaminantes.

Sin embargo, el éxito de esta integración requerirá superar desafíos como armonizar normativas nacionales y optimizar el uso de recursos energéticos. Una integración completa promoverá el intercambio de excedentes de energía limpia, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y contribuyendo significativamente a la disminución de emisiones de CO2.

Entre algunas de las soluciones propuestas, mencionan:

En la actualidad, la interconexión eléctrica en América Latina avanza mediante conexiones bilaterales y esfuerzos subregionales. Un ejemplo es el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC), que logra la integración de seis países de Centroamérica a través de 1,800 km de líneas de transmisión.

Además, se destacan iniciativas que tienen como objetivo profundizar la interconexión eléctrica regional. Entre ellas, el Sistema de Interconexión Eléctrica Andina (SINEA), que busca conectar a Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú; el Sistema de Integración Energética del Cono Sur (SIESUR), que incluye a Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay; y el Arco Norte, que conecta a Guyana, Surinam, la Guyana Francesa con Brasil.

Estas iniciativas son fundamentales para la consolidación de un mercado energético regional integrado, promoviendo la eficiencia, seguridad energética y el desarrollo sostenible a través del aprovechamiento compartido de recursos energéticos.

Si la red regional se integra con el 80% de las energías renovables, se pueden ahorrar US$23 mil millones y 0,7 Gigatoneladas de CO2e para 2030 y (BID, 2017).

El BID facilita asistencia técnica esencial para avanzar en la implementación de acciones normativas, regulatorias, técnicas e institucionales, fundamentales para el éxito de estas iniciativas de integración eléctrica.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un préstamo de 125 millones de dólares para una línea eléctrica de 500 kilovoltios que ayudará a Ecuador y Perú a conectar sus redes eléctricas. Se espera que el Banco Europeo de Inversiones aporte 125 millones de dólares adicionales al proyecto. La línea de muy alta tensión de 544 kilómetros entre ambos países ayudará a fortalecer la integración energética regional y avanzar en la iniciativa del Sistema Andino de Interconexión Eléctrica.

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