Tan básico, como recordar todos los días que los bosques y los árboles son fundamentales para solucionar o mitigar los efectos extremos de la crisis climática. Pero para ello, es necesario aplicar técnicas para una adaptación transformadora y necesaria para hacer frente a la crisis climática. Con ese enfoque, investigadores presentaron recientemente un nuevo y valioso reporte técnico sobre “Adaptación al Cambio Climático basado en Bosques”.
Por Patricia Escobar
@argentinaforest
ARGENTINA (9/5/2024).- La adaptación al cambio climático es esencial, y los bosques desempeñan un papel fundamental en este proceso. Al proteger áreas de alto valor de conservación ambiental, gestionar de forma sostenible los bosques y plantaciones, y restaurar áreas degradadas donde hubo bosques, no solo se logra almacenar y capturar carbono, sino que también se brindan beneficios cruciales para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. La gestión forestal sostenible es clave y estratégica para la supervivencia futura de los seres vivos del planeta y la humanidad.
Los bosques son vitales para regular las precipitaciones, proteger áreas costeras y ayudar a las comunidades y ecosistemas a adaptarse a los desafíos climáticos. Sin embargo, el cambio climático ya está afectando a nuestros bosques con incendios más intensos, plagas, inundaciones y sequías.
El calentamiento global, consecuencia de la actividad humana por la sobreexplotación de los recursos naturales con el avance de la frontera agropecuaria, la industria de los combustibles fósibles, la minería, deforestación ilegal, el tráfico de animales silvestre y la caza furtiva son factores claramente identificados y estudiados por la ciencia como los principales potenciadores del cambio climático hace ya dos décadas.
Un reciente documento técnico fue elaborado por investigadores de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y del Centro de Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal (CIFOR-ICRAF)– y lanzado en abril del corriente año en forma virtual- en el que enfocan la adaptación a la crisis climática basada en los bosques y los árboles, empleando estrategias como la gestión sostenible, conservación, reforestación y más.
Los autores del reporte técnico son Antoine Libert-Amico, Amy E. Duchelle, Annika Cobb y Virginie Peccoud por FAO; y Houria Djoudi del Centro de Investigación Forestal Internacional y Centro Internacional de Investigación Agroforestal.
La adaptación basada en los bosques es un conjunto de acciones climáticas que emplean a los bosques y árboles en apoyo de la adaptación y la resiliencia al cambio climático, lo que incluye la gestión forestal sostenible, la conservación y restauración de los bosques, la reforestación y la forestación.
Los especialistas de FAO y CIFOR explican en el reporte que la adaptación basada en los bosques puede ayudar a zanjar la brecha entre las acciones de adaptación actuales y la adaptación necesaria para reducir los riesgos e impactos relacionados con el clima, al tiempo que contribuye a la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y promueve una fuerte sinergia con la mitigación.
La FAO expone el concepto de adaptación basada en los bosques y describen esferas normativas que podrían reforzar el papel de los bosques y los árboles en la obtención de beneficios de adaptación y resiliencia.
Desde ArgentinaForestal.com extraemos algunos de los conceptos más relevantes del reporte técnico presentado, que tiene valiosa información en sus 82 páginas para la toma de decisiones respecto a la adaptación y mitigación del cambio climático que afecta la región.
Contexto global: los efectos extremos del cambio climático son una realidad
El cambio climático ya está afectando a todas las regiones de la tierra, y los riesgos se distribuyen de manera desigual entre los países y dentro de ellos, como fue advertido en reiteradas oportunidades por los científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
“Si no se logran reducciones profundas en las emisiones de los gases de efecto invernadero, cada fracción de un grado de calentamiento global hace que la adaptación sea más compleja y, en algunos casos, imposible”, informaron en 2022 desde la IPCC.
La adaptación transformadora, que modifica los atributos fundamentales de un sistema socioecológico en anticipación a los impactos del cambio climático, se vuelve ahora necesaria para abordar la crisis climática.
El Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de reciente publicación, destaca la contribución sustancial de los bosques a la mitigación y adaptación al cambio climático. Si bien la capacidad de los bosques para almacenar y retener el carbono es ampliamente aceptada en las políticas y acciones climáticas, el papel de los bosques en proporcionar múltiples beneficios que contribuyan a la adaptación y resiliencia de las personas y los ecosistemas continúa ganando terreno.
Asimismo, los árboles que se encuentran fuera de los bosques de dosel cerrado (es decir, los árboles ubicados en establecimientos agrícolas, los árboles urbanos que se encuentran en parques, patios y calles, etc.) son un recurso natural importante que, pese a todo, suele pasarse por alto, incluso para la adaptación y mitigación del cambio climático.
Los bosques y los árboles pueden ayudar a las personas a adaptarse al cambio climático a través de los servicios ecosistémicos que proporcionan, pero ellos también deben adaptarse y mantener su propia resiliencia, incluso para poder continuar almacenando y secuestrando carbono.

La gestión de riesgo, clave para la adaptación
La gestión de riesgos proporciona un marco para comprender los impactos cada vez más graves, interconectados y a menudo irreversibles del cambio climático en los ecosistemas, la biodiversidad y los sistemas humanos, y la mejor manera de reducir las consecuencias adversas para las generaciones actuales y futuras.
En el contexto del cambio climático, el riesgo puede surgir de las interacciones dinámicas entre los peligros relacionados con el clima y la exposición y vulnerabilidad de los sistemas humanos y ecológicos afectados.
El riesgo también se puede introducir mediante respuestas humanas inadecuadas al cambio climático, en lo que se denomina mala adaptación. La adaptación desempeña un papel clave en la reducción de la exposición y la vulnerabilidad al cambio climático.
Por su parte, definiciones convencionales de resiliencia describen la capacidad de recuperarse después de una perturbación. Sin embargo, en términos más amplios, el término resiliencia incluye no solo la capacidad de mantener la función, la identidad y la estructura esenciales, sino también la capacidad de transformación.
Hay un mayor reconocimiento del potencial de la naturaleza, no solo para reducir los riesgos relacionados con el clima, sino también para mejorar la vida y los medios de vida de las personas: “En un mundo cambiante y cada vez más incierto, la naturaleza puede ser el aliado más fuerte de la humanidad para adaptarse al cambio climático y reducir el riesgo de desastres”, sostienen desde el CMNUCC.
Soluciones a la crisis climática basada en árboles y bosques
El reciente documento técnico presentado por la FAO destaca diez principios clave para una adaptación transformadora basada en bosques, que van desde involucrar a todas las partes interesadas hasta abordar las causas sociales de la vulnerabilidad.
La integración de estos principios en las políticas y la planificación a nivel nacional, junto con la participación activa de las comunidades locales, es fundamental para mejorar la resiliencia frente a los desafíos climáticos.
Se pueden extraer varias enseñanzas de importancia clave para la gestión pública y privada:
· La adaptación basada en los bosques es una cuestión política y de gobernanza que debe movilizar a todas las partes interesadas para combinar enfoques de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.
· La adaptación basada en los bosques debe abordar las causas sociales de la vulnerabilidad, la desigualdad y la justicia.
· Al reconocerse los vínculos entre la diversidad ecológica y social surgen oportunidades para la transformación, ya que hay una interrelación entre la adaptación de las personas y los ecosistemas.
· Deben preverse los cambios resultantes de los impactos climáticos; la incertidumbre y las compensaciones deben aceptarse, abordarse e internalizarse en los sistemas socioecológicos.
· La adaptación basada en los bosques requiere de una transformación de las relaciones.
“Los aportes de los bosques y los árboles a la adaptación transformadora son enormes y continúan ganando terreno. Es necesario seguir integrando los bosques y los árboles en las políticas y la planificación sobre el clima a escala nacional, e involucrar activamente a la población local en la toma de decisiones sobre la adaptación, como parte de un conjunto de estrategias para mejorar la resiliencia frente al aumento de los riesgos y la incertidumbre”, recalcan los expertos.
Al examinar el concepto de adaptación basada en los bosques y proporcionar ejemplos de su aplicación en el terreno, el documento técnico puede servir como un recurso útil para una amplia gama de partes interesadas que trabajen en soluciones basadas en los bosques y los árboles para la crisis climática.
Principales conclusiones
Los bosques y los árboles son fundamentales para solucionar la crisis climática: proporcionan servicios de adaptación esenciales, y su potencial de mitigación depende de su capacidad para adaptarse y mantenerse resilientes en el contexto del cambio climático.
- La adaptación basada en los bosques es una cuestión política y de gobernanza que debe movilizar a todas las partes interesadas para combinar enfoques de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Las comunidades locales, los Pueblos Indígenas, los agricultores, los campesinos o pastores, los recolectores de madera y los recolectores de productos no madereros son guardianes de los bosques y los árboles. A través de la gestión sostenible, pueden ser factores que impulsen las transformaciones locales necesarias para responder a un entorno cambiante.
El estudio de caso en el Sahel ilustra de qué forma la restauración y la gestión sostenible de ecosistemas dirigidas localmente han transformado ecosistemas enteros basados en el conocimiento ambiental tradicional y las innovaciones locales.
Las perspectivas sectoriales, que no contemplan las conexiones entre los niveles local, subnacional y nacional, pueden aumentar los riesgos de desastres en lugar de disminuir las vulnerabilidades. Al hacer caso omiso de las partes interesadas locales, sus conocimientos y condiciones de subsistencia, se obstaculiza la transformación.
La adaptación basada en los bosques requiere un entorno propicio que reconozca a múltiples partes interesadas a través de varios sectores y niveles, para vincular las acciones en el campo con las reformas de políticas a través de procesos de abajo hacia arriba.
La experiencia con los pagos basados en resultados de REDD+ en Colombia ilustra oportunidades para utilizar los marcos de mitigación basados en los bosques existentes para promover los beneficios de adaptación y resiliencia a través de una deliberada integración de políticas.

- La adaptación basada en los bosques debe abordar las causas sociales de la vulnerabilidad, la desigualdad y la justicia. En tal sentido, la adaptación basada en los bosques implica empoderar a las comunidades locales y sus organizaciones mediante la transferencia de poderes considerables sobre los bosques y los árboles. Tal como se ve en el Mecanismo para Bosques y Fincas, trabajar con organizaciones de agricultores y productores forestales permite el diseño conjunto de estrategias de desarrollo de capacidades que respondan a las necesidades e intereses locales.
El reconocimiento y la protección de los derechos y el aseguramiento del acceso a los fondos y recursos son estrategias cruciales para abordar las causas sociales de la vulnerabilidad y la inequidad.
Al asegurarse el acceso a los bosques y árboles se pueden fortalecer las capacidades de resiliencia de los hogares para prevenir, anticipar, absorber, adaptar y transformarse cuando se enfrentan a crisis y riesgos de desastres, y esto incluye a las mujeres, tal como se ve en el caso de la producción de karité.
- El reconocimiento de los vínculos entre la diversidad ecológica y social proporciona oportunidades para la transformación, ya que la adaptación de las personas y los ecosistemas está entrelazada. La protección, la restauración y la gestión sostenible de los bosques pueden ayudar a hacer frente simultáneamente a las crisis climáticas y de biodiversidad. Tal como se destaca en el Programa de Trabajo de Nairobi, existen 49 claras oportunidades para integrar los servicios de adaptación proporcionados por la biodiversidad de los ecosistemas en las políticas climáticas nacionales y construir puentes entre las Convenciones de Río.
Los vacíos de conocimientos de adaptación se pueden abordar a través de procesos de coproducción que crean diálogos abiertos entre el conocimiento local, científico e indígena, tal como se observa en el estudio de pastoreo de Australia.
- Deben preverse los cambios resultantes de los impactos climáticos; la incertidumbre y las compensaciones deben aceptarse, abordarse e internalizarse en los sistemas socioecológicos. La construcción de la adaptación transformadora implica involucrar a varios tipos de actores y formas de conocimiento.
La experiencia del proyecto del Fondo Verde para el Clima en Gambia muestra de qué forma el seguimiento participativo puede contribuir a proporcionar datos actualizados a los procesos de toma de decisiones basados en condiciones específicas del contexto.
Se necesitan cambios en las prácticas e innovaciones locales para pasar de un sistema que solo ofrece compensaciones a sistemas que ofrecen beneficios colaterales y sinergias beneficiosas para todos, tal como se ilustra en el caso de las turberas.
- La adaptación basada en los bosques es una transformación de las relaciones. El aprendizaje y la flexibilidad a través de mecanismos de rendición de cuentas pueden facilitar la transformación proactiva de los bosques y los árboles hacia estados deseados, a fin de que puedan desempeñar un papel fundamental en las transformaciones mayores.
La experiencia de Geo Indígena destaca que las técnicas de mitigación forestal, cuando se coproducen con las partes interesadas locales, pueden transformar la gobernanza local en capacidades de adaptación y resiliencia.
Asimismo, pueden aprovecharse los cambios inesperados en los ecosistemas y en el contexto decisorio para emplear los servicios de adaptación y evitar la mala adaptación a través de enfoques basados en los derechos, tal como se ilustra en las lecciones aprendidas del lago Faguibine en Malí.
La adaptación transformadora es necesaria para hacer frente a la crisis climática. Los aportes de los bosques y los árboles a la adaptación transformadora son enormes y continúan ganando terreno.
“Es necesario seguir integrando los bosques y los árboles en las políticas y en la planificación climática a escala nacional, e involucrar activamente a la población local en la toma de decisiones sobre la adaptación, como parte de un conjunto de estrategias para mejorar la resiliencia frente al aumento de los riesgos y la incertidumbre”, concluyen en el documento los investigadores.
Las plantas, y especialmente los árboles, ayudan a mitigar el cambio climático al absorber dióxido de carbono.
¡Proteger la #SanidadVegetal es proteger el medioambiente y nuestro futuro! pic.twitter.com/z1e6W8jeQv
— FAO en español (@FAOenEspanol) May 11, 2024

























