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Reflexiones sobre la educación forestal en América Latina y el Caribe

El Dr. Ing. Ftal. Francisco Carabelli, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y miembro de la REDFOR.ar, resume las principales conclusiones de una encuesta encuesta de opinión entre especialistas en la temática de educación forestal en América Latina y el Caribe, en el marco de la realización del VIII Congreso Forestal Latinoamericano y del V Congreso Forestal Argentino (CONFLAT).

 

 

ARGENTINA (29/8/2023).- Como parte del espacio de trabajo de la Comisión Permanente de Educación de la Red Argentina de Ciencia y Tecnología Forestal (en adelante REDFOR.ar), preparamos y distribuimos una encuesta de opinión entre especialistas en la temática de América Latina y el Caribe, en el marco de la realización del VIII Congreso Forestal Latinoamericano y del V Congreso Forestal Argentino (CONFLAT).

La finalidad de esta encuesta fue la de propiciar un espacio de reflexión sobre algunos aspectos de la educación forestal en los distintos países, teniendo para ello presente que las crecientes presiones y las demandas a los bosques nos interpelan y al mismo tiempo nos desafían de manera urgente. Así, la formación forestal a distintos niveles requiere, a la vez que exige, desplegar miradas y acciones integradoras, que involucren no sólo a educadores y estudiantes sino a la sociedad en su conjunto.

La pretensión para impulsar esta iniciativa fue la de redactar un documento que, desde el Eje de Sostenibilidad Social y Educación Forestal, coordinado por la Comisión de Educación de la REDFOR.ar presentaríamos a la organización del Congreso al momento de su inicio, lo que efectivamente se realizó.

Puede accederse al documento completo en el siguiente enlace: https://congresoforestal2023.org.ar/educaci%C3%B3n_forestal.pdf 

Esta actividad contó con el inestimable respaldo y aval del Grupo de Trabajo en Educación Forestal de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO, por sus siglas en inglés) en la figura de su Coordinadora, la Dra. Sandra Rodríguez Piñeros, disertante principal en el Eje previamente mencionado.

Los especialistas que respondieron durante el mes de noviembre de 2022 pertenecen a nueve países de América Latina y el Caribe: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador y México. Las preguntas versaron sobre una serie de aspectos que, simplificadamente, se resumen a continuación (figura 1).

Figura 1. Expresión sintética de las ocho preguntas principales de la encuesta a especialistas en educación de América Latina y el Caribe (IES es la abreviatura de “Instituciones de Educación Superior”)

Por razones de espacio, en los párrafos siguientes se comentan las principales observaciones y reflexiones que realizaron los especialistas sobre algunos de los tópicos previamente mencionados.

Perfil del profesional forestal

En la construcción de los valores éticos de los profesionales forestales debe primar el enfoque de la sostenibilidad, enfatizando su perspectiva de compromiso intergeneracional y promoviendo el equilibrio entre las dimensiones sociales, ecológicas y económicas del desarrollo humano.

En Latinoamérica, esta construcción debe estar también atravesada por la promoción de la equidad social, de la autonomía tecnológica y de la soberanía alimentaria y energética de los países que la integran.

Además, el profesional forestal debe estar capacitado para proporcionar asesoría en el uso y manejo de recursos naturales en general y forestales en particular a productores forestales, empresarios e instituciones gubernamentales relacionadas con el sector forestal.

Del mismo modo, debe estar capacitado para contribuir significativamente en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo sostenible pues la profesión tiene una injerencia directa sobre 8 de ellos como respecto de los seis Objetivos Forestales Globales.

Es necesario acrecentar la participación de la formación en ciencias sociales para fortalecer el ejercicio de la profesión en contextos que no estén motivados por el afán económico, o en los que la conservación ecológica plantea contradicciones con las necesidades humanas, particularmente de quienes viven o dependen críticamente de los bosques, incluyendo a las poblaciones locales que puedan verse afectadas de forma negativa.

 

  • Profesiones que puedan dar una mejor respuesta

El desarrollo de las ciencias forestales impide en la actualidad incluir todos sus avances en un solo perfil profesional, de manera que surgen otros programas académicos que de alguna forma le hacen competencia a lo forestal, entre ellos el de ingenieros en ecología, ingenieros en tecnología de la madera o ingenieros ambientalistas.

Aun así, la ingeniería forestal tiene actualmente un enfoque mucho más equilibrado porque no se centra solamente en la producción eficiente de madera, sino que también contempla el uso múltiple y social del bosque.

 

  • Inercia de las instituciones de educación superior

Predomina la noción de que las instituciones de educación superior muestran una inercia en términos de adaptarse a los cambios y las necesidades de la sociedad, si bien hoy es aceptable reconocer que estos ámbitos no son necesariamente los que detentan y generan de manera exclusiva el conocimiento.

Se reconoce que existe un desfase entre el perfil profesional, los requerimientos y las realidades de los estudiantes, y las necesidades concretas en el ámbito forestal. Del otro lado, se advierte que la sociedad no está necesariamente dispuesta a hacer algún esfuerzo por reconocer el rol social, ambiental, económico y cultural de los bosques.

Respecto de aquellas carreras que han sido acreditadas, se considera que están, en general, más orientadas a contactarse con el ámbito laboral, a considerar medidas de actualización, a la búsqueda de instancias de inclusión educativa y a la mejora de indicadores, entre otras facetas.

Los enfoques académicos tradicionalmente aceptados entran en pugna con la realidad de las nuevas generaciones en términos de que las dinámicas de transmisión empiezan a ser cuestionadas y es fundamental conjugar los procesos curriculares con las dinámicas de cada sujeto en particular.

La ampliación de las visiones, expectativas y valores de los grupos LGBTI, la sensibilidad ambiental, el posicionamiento de la mujer, entre otros, son algunos de los fenómenos que inciden en cómo se forma a los futuros profesionales y se hace ingeniería forestal en el presente.

Los estudiantes de estos tiempos conciben de manera diferente su oficio y manifiestan una concepción más relajada, cuando menos en relación con las expectativas de las instituciones universitarias, a cuyo frente se hallan personas de generaciones anteriores.

 

  • Cambios en la forma de ver el mundo de las nuevas generaciones

Los potenciales ingresantes a las carreras forestales están inmersos en un vertiginoso cambio cultural, tecnológico y educativo. Vivimos en un mundo donde todo es cada más breve, inmediato, efímero y atravesado por las pantallas y la información que llega a través de ellas.

En ese sentido los bosques, su cuidado, su manejo, su cosecha y conservación quedan desfasados completamente tanto en la escala temporal como espacial.

Estas circunstancias llevan a que para las nuevas generaciones, más aún las de grandes ciudades, los bosques sean elementos muy lejanos, externos a la cotidianeidad y ajenos a -o bien desacoplados de- los múltiples estímulos a los que son sometidos los jóvenes.

Si a ello se le suma que la escala temporal de manejo de los bosques es diametralmente opuesta a la inmediatez y cortoplacismo con los que se vive hoy en día, se encuentran elementos -y argumentos- para analizar las causas de las bajas matrículas y de la deserción en etapas iniciales de la carrera.

Con este panorama, las instituciones educativas deben hacer el esfuerzo para tratar de atraer a personas que,a priori, en su construcción del pensamiento, no tienen en agenda a los bosques, su cuidado, su importancia y los tiempos de su dinámica natural. En tales circunstancias, el primer y mayor esfuerzo debe ser dar a conocer los bosques, sean naturales o no, y que las personas conozcan la importancia de estos en la oferta de servicios ecosistémicos.

 

  • Graduados que pueden estar más orientados a la conservación que a la producción

Hay un surgimiento de nuevas carreras, cuyos objetos de conocimiento involucran al complejo forestal, que tienen orientación hacia la preservación.

Dentro de las escuelas forestales tradicionales se ha dado una especie de desplazamiento de lo productivo hacia la conservación, fruto de los paradigmas que gravitan en las escuelas de posgrado especialmente europeas y norteamericanas, donde los profesores y profesionales locales se han venido formando.

Se observa, no obstante, que ante todo hay una gran tergiversación sobre lo que implica la conservación, que se oculta sistemáticamente, y es que la producción sostenible es una estrategia de conservación. En otras palabras, la conservación no es preservación solamente, es también producción y manejo.

El velo que se ha tendido sobre este elemento conceptual tan simple ha venido distanciando los enfoques de la forma como se enseña y se hace ingeniería forestal.

Concomitante con esta, existe otra arista más profunda de análisis, y tiene que ver con lo que comúnmente se han llamado las «ciencias forestales», puesto que se ha institucionalizado que las carreras de ingeniería forestal son parte del campo del conocimiento de las ciencias, y esto reviste una profunda contradicción al desconocer el campo de conocimiento natural de la ingeniería.

Estos campos -el de las ciencias y el de la ingeniería-poseen objetos de conocimiento, métodos, tradiciones, culturas asociadas, entre otros aspectos, diferentes y separables.

Las ciencias forestales son complementos para la construcción de conocimiento ingenieril, más no constitutivas de fondo de la carrera de ingeniería forestal, pues las formas y métodos de la ingeniería deben ser ensambladas desde este campo. Esta complejidad, aún sin resolución, es una de las razones profundas de la aparente dicotomía entre conservación y producción. Con todo, entre los especialistas no hay una posición predominante en torno a la respuesta a esta pregunta.

Los distintos análisis enriquecen una discusión que en modo alguno se pretende saldar, pues muy probablemente la “solución” no consiste en adoptar un perfil u otro sino en lograr un balance adecuado en el proceso formativo de los estudiantes.

 

  • Impacto en el ámbito profesional de la disminución de estudiantes y graduados

Uno de los retos que hay que afrontar es el de mejorar la imagen de la actividad forestal ante quienes podrían mostrar interés por estudiar esta disciplina teniendo además presente que, cada vez más, la formación en competencias laborales no es exclusiva de la universidad.

Estas circunstancias pueden tener consecuencias importantes para la viabilidad y calidad futuras de la enseñanza forestal profesional.

La demanda de profesionales forestales no alcanza, en general, a satisfacerse, lo que genera también condiciones propicias para emplear graduados e incluso estudiantes de otras profesiones, las cuales, si bien pueden estar emparentadas con los bosques, carecerán de la especialización de los forestales.

Además de impactar negativamente en las condiciones de empleabilidad de quienes han estudiado una carrera forestal, que se ven así privados de aprovechar la escasez de la oferta para mejorar sus condiciones laborales, esta situación también proyecta la idea de que la gestión de los bosques, en sentido amplio, puede ser abordada sin los niveles de formación apropiados.

Sin duda, tal circunstancia desprofesionaliza la práctica profesional forestal, porque es ejercida por profesiones que no están habilitadas ni capacitadas para ello y que, además, ralentizan la generalización y difusión de las mejores respuestas para los problemas forestales, concebidas por quienes dedicaron en su formación, y dedican en su profesión, todo su tiempo a los bosques y su gente.

La profesión tiene un rol estratégico en la consolidación del desarrollo sostenible tanto en los países latinoamericanos en particular como en el mundo en general. Los profesionales forestales deben desempeñarse en los distintos ámbitos tanto institucionales como productivos específicos de desarrollo forestal o foresto industrial, dada la importancia de los bosques e industrias en el desarrollo sostenible.

 

Perspectivas

Sobre la base de estos planteamientos realizados por los especialistas, durante el CONFLAT propusimos trabajar de manera sostenida sobre algunos aspectos cruciales (figura 2).

Figura 2. Posibles iniciativas para fortalecer la figura y el rol del ingeniero forestal en América Latina.

El relanzamiento de la Red Latinoamericana de Enseñanza Forestal luego de más de una década es ya una realidad, tarea a la que abocaron recientemente, también con el acompañamiento de la IUFRO, representantes de instituciones académicas de Argentina, México, Perú y Colombia.

Los objetivos de corto plazo de esta segunda etapa de actividad de la RELAFOR se focalizan en afianzarla mediante acciones concretas, tales como la de establecer contacto con organizaciones forestales y hacerse presentes en la discusión de las problemáticas que exhibe la enseñanza forestal superior en América Latina.

 

 

 

Este artículo forma parte del espacio mensual de la REDFOR.ar, en ArgentinaForestal.com, que busca divulgar y generar debate sobre la problemática forestal del país. Las opiniones pertenecen a los autores.

 

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