El conglomerado exporta el 30 por ciento de su producción a las naciones de la Unión Europea, mientras que el 9 por ciento se destina al Reino Unido.
Fuente: Prensa Latina, Montevideo y EFE
URUGUAY ( 9/4/2022).- Una puerta en Francia y una ventana en Alemania pueden estar hechas de la madera de un solo árbol que creció de una semilla plantada hace décadas en esta ciudad en la frontera norte de Uruguay con Brasil.
Fue aquí en Rivera que el grupo Urufor-Cofusa, el gigante de la industria maderera uruguaya, implementó un programa pionero de ingeniería genética para mejorar la calidad y el rendimiento del árbol Eucalyptus grandis.
El conglomerado exporta el 30 por ciento de su producción a las naciones de la Unión Europea, mientras que el 9 por ciento se destina al Reino Unido.
Durante una reciente visita de embajadores de la UE a los viveros del conglomerado en Rivera, el gerente forestal de Cofusa, Andrés Gómez, dijo a Efe que la genética ha permitido identificar los mejores árboles para reproducirlos y plantarlos.
“Probablemente no estemos produciendo la mayor cantidad de metros cúbicos o toneladas por hectárea (2.2 acres), pero son metros cúbicos de mayor valor y eso también es importante”, dijo.
Y destacó que el enfoque de Cofusa, que incluye la captura de carbono, contribuye a la sostenibilidad.
“Hay muy pocos proyectos de este tipo en el mundo, en gran parte, porque implican mucha paciencia, ya que había que haber comenzado más de 25 años antes para ver los resultados”, dijo Gómez.
Una vez cosechados, los árboles se llevan al aserradero para un proceso que incluye escaneo infrarrojo para determinar la idoneidad de los troncos individuales para usos específicos.
Después de disminuir durante la pandemia de Covid-19, los ingresos de Uruguay por exportaciones de madera aumentaron de $347 millones en 2020 a $569 millones el año pasado.
Y el sector recibió un impulso en diciembre cuando el presidente de centro-derecha Luis Lacalle Pou vetó un proyecto de ley promovido por uno de sus socios de coalición que habría reservado el suelo más fértil de Uruguay para cultivos alimentarios.
Del bosque a las sierras
Una vez cosechados, cada árbol es trasladado al aserradero para su procesado final en el que, gracias a sistemas de detección infrarrojos, se logra identificar el uso que tendrá cada uno de los troncos que ingresan a la cadena de producción.
Largas correas que transportan cada tronco y el ruido imparable de las sierras que cortan a medida cada una de las tablas junto al olor del serrín que impregna el lugar recorren cientos de metros en los que cada producto final es seleccionado, clasificado, embalado y almacenado para su exportación.
Así, tablas de diversos grosores y tamaños adornan el lugar en el que aguardan durante los siguientes días su destino: el continente europeo, donde formarán parte de la vida de sus ciudadanos.
La exportación y una ley forestal vetada
La exportación de madera en Uruguay representa una de las principales fuentes de ingreso del país y también fue un sector que no escapó al golpe económico que supuso la llegada de la pandemia de la covid-19 en 2020.
Sin embargo, según la agencia de promoción de inversiones, exportaciones e imagen país Uruguay XXI, las cifras de 2021 y 2022 son alentadoras, ya que de 347 millones de dólares que se exportaron en 2020 la cifra aumentó a 569 en 2021, mientras que en marzo de 2022 el monto exportado fue de 52 millones de dólares, 10 millones menos que el mismo mes en 2021.
En diciembre pasado, el presidente Luis Lacalle Pou vetó un proyecto de Ley Forestal, presentado por Cabildo Abierto (CA), uno de sus socios de gobierno, que buscaba establecer normas relacionadas con suelos de prioridad forestal, que, entre otras medidas, impedía plantar especies arbóreas «en los mejores campos del país», según el texto.
En cualquier caso, la producción de madera en Uruguay, que en 2021 fue el séptimo producto de exportación, por detrás de carne, celulosa, soja, lácteos, concentrados de bebidas y energía eléctrica, continúa así su rumbo fijo y permite que, del otro lado del Atlántico, europeos puedan mirar la vida a través de sus puertas y ventanas “nacidas” en el país suramericano.
Por Raúl Martínez para EFE