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Castilla y León: Los productos de los bosques de la región generan 204,5 millones de euros anuales

Resineros trabajan en un pinar. El plan forestal de la Junta persigue incrementar un 40% el rendimiento en los próximos ocho años. La producción de piñón en 2013, que procede un 40% de los bosques gestionados por la Consejería y el resto de pinares particulares, fue de 6.187 toneladas de piña cerrada. Se trata de un recurso forestal que constituye, señalan desde la Dirección General del Medio Natural, una apreciable fuente de desarrollo económico en diversas zonas rurales de la comunidad, y en particular de la provincia de Valladolid.

 

 

 

Fuente: El Norte de Castilla

 

ESPAÑA (15/10/2015).- La recogida de castañas, setas o piñas ha dejado de ser definitivamente tan solo un complemento a la economía familiar o un simple entretenimiento para matar el rato en los pueblos radicados en los montes de la comunidad. Desde el pasado año, la importancia emergente de los recursos forestales no madereros en Castilla y León ha comenzado a traducirse en cifras de tres dígitos : solo el pasado año, las producciones de castañas, piñones, setas, resina y corcho generaron un movimiento económico de más de 200 millones de euros. Aunque, señalan con prudencia desde la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, son todavía cifras estimativas y pendientes de las fluctuaciones del mercado. Queda todavía un trabajo importante para que estas producciones, algunas de ellas muy vinculadas a la climatología, como ocurre con las setas, se consoliden. La comercialización y búsqueda de mercados son algunas de las debilidades del sector y este es uno de los retos que tiene que encarar el plan forestal de la Junta, diseñado para un mejor aprovechamiento de estos recursos de los bosques de Castilla y León y que se ha marcado un horizonte de ocho años para conseguir incrementar el rendimiento en un 40%, con lo que conlleva de creación de puestos de trabajo.

 

 

La producción de piñón en 2013, que procede un 40% de los bosques gestionados por la Consejería y el resto de pinares particulares, fue de 6.187 toneladas de piña cerrada. Se trata de un recurso forestal que constituye, señalan desde la Dirección General del Medio Natural, una apreciable fuente de desarrollo económico en diversas zonas rurales de la comunidad, y en particular de la provincia de Valladolid.

 

 

Recientemente, el sector productor ha mostrado su preocupación por las alarmantes reducciones en la cosecha de piñas y en su rendimiento en piñón blanco (inferior al 2% en la campaña 2011-2012, y un valor sensiblemente inferior a la media). Pero, a pesar de ello, la industria vinculada a este recurso se sigue manteniendo como la más boyante del sector, con un movimiento económico, el año pasado, de 63 millones de euros. Castilla y León está a la cabeza de la industria del piñón a nivel nacional, y se procesa mucha piña (algunos años, más del 80% del total procesado) procedente de otras partes de España y Portugal, lo que explica el enorme salto que hay entre el valor de las producciones en el monte y la producción industrial: ocho millones de euros que ha reportado en 2013 la cosecha en los pinares piñoneros de la comunidad, frente a los 55 millones de euros que mueve la industria. Medir el movimiento económico que reporta el piñón no es sencillo, reconocen desde el departamento del Medio Natural, porque las producciones en el monte se controlan según el peso de la piña, pero el sector industrial y el mercado alimentario hablan del piñón blanco, sin cáscara.

 

Porcentajes

 

La fórmula que se aplica tradicionalmente para calcular las cantidades es que el 25% de la piña verde es piñón con cáscara, y un 25% de ese piñón, a su vez, es piñón blanco. Así, las 6.187 toneladas de piñas cosechadas en 2013 habrían supuesto unas 385 toneladas de piñón blanco. No obstante, se está detectando una reducción en estos porcentajes, que cambian también de año a año.

 

Si en la provincia de Valladolid el piñón es el rey de la producción asociada al bosque, en León, y más concretamente, en El Bierzo, la reina es la castaña. Según la información recogida por Cesefor y la Asociación Berciana de Agricultores, la cosecha en los montes y sotos de la región ha sido en 2013 de más de 9.000 toneladas de fruto, de los que 7.700 corresponden a la provincia de León, casi en su totalidad de El Bierzo.

 

Además, hay que tener en cuenta que la gestión del castaño tiene en algunos casos el objeto de producción de madera y leña, así como de otros derivados de la transformación del producto primario más importante en cuanto a su producción en Castilla y León, la castaña. En el aspecto maderero es la provincia de Salamanca la que produce una mayor cantidad de madera de castaño con destino al aserradero, con unas ventas cercanas a los 600 metros cúbicos y con un valor en pie de 18,90 euros el metro cúbico.

 

De igual manera, la comercialización y venta de la castaña y sus productos derivados o transformados tiene en la comunidad un importante tejido empresarial que, aunque todavía está lejos del potencial que tiene el sector y de un desarrollo acorde a la demanda del mercado, ya representa una producción primaria equivalente a los 9 millones de euros, y 22 millones, la industrial. En conjunto, la producción del sector de la castañicultura genera un producción regional de 31 millones de euros. Comparativamente con el resto de zonas productoras del país, Castilla y León representa la segunda zona productora en cuanto a producción de castañas, después de Galicia, y muy importante en cuanto a superficie potencial como objetivo de producción de fruto.

 

Es llamativa la evolución experimentada en el precio de la castaña desde 2009 hasta 2013. Según los datos que maneja Cesefor sobre la venta de producto a intermediarios en El Bierzo, el pasado año en Corullón se ha llegado a pagar hasta 6,25 euros el kilo de precio máximo. Cinco años atrás se pagó un máximo de 0,90 euros.

 

Mención especial merece la producción de resina, que se ha incrementado de manera espectacular en tres años. Si en 2010 la producción de miera fue de 1.821 toneladas, la miera generada en 2013 ha sido de más de 8.528 toneladas, de las que en su mayoría, un total de 6.144 toneladas, han salido de los pinares segovianos. En toda la región fueron adjudicados más de 2,4 millones de pinos, con un precio medio de adjudicación de 0,49 euros por ejemplar y una mata media de pinos por resinero de 4.935 pinos. La producción media está en los 3,17 kilos de miera por árbol. Aunque los precios han disminuido algo, puntualizan desde la Junta, el valor de la producción primaria está próximo a los 9,5 millones de euros. Los Ayuntamientos propietarios de montes de utilidad pública recibieron el año pasado más de un millón de euros al adjudicar sus pinos para ser resinados. Se calcula que el valor de la producción industrial ha podido superar los 25 millones de euros, de tal forma que el movimiento económico generado por la resina en un año es de 35,5 millones de euros.

 

Savia nueva

 

Para la Junta, esta actividad resinera es además un nicho de empleo para favorecer que la gente joven se quede en los pueblos. De hecho, de los 158 resineros dados de alta que había en 2010, se ha pasado a 700 en 2013. Ignacio Abajo y su hermano Álvaro; Jessica Monroy, Alejandro García Luis Martínez, Fernando Padilla y Miguel Ángel García Pérez forman parte de este colectivo. Entre todos han creado la cooperativa Pinaster en Tabuyo, municipio donde todos están empadronados. Los hermanos Abajo empezaron a trabajar en los montes de Castrocontrigo en 2011 y en 2012 se desató el incendio que devastó 12.000 hectáreas de pinares. Pidieron ayudas a raíz del desastre, «solo lo que habíamos aportado para la licencia administrativa para extraer resina, la licencia de la junta vecinal y las pérdidas en material, pero se nos denegaron con el argumento de que no teníamos una póliza de seguros en vigor; pero eso es la pescadilla que se muerde la cola, porque la resina y el corcho son dos productos que no son asegurables», explicó Ignacio Abajo, que también es miembro de la Asociación Nacional de Resineros.

 

Estos jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 20 y los 35 años, ven en el incendio «un punto de inflexión» en su actividad. Se han constituido en sociedad para seguir en el intento de explotar los pinos, que no son suyos. No solo para extraer la resina, sino que también realizan otros trabajos forestales, de limpieza y desbroce, y han participado en las tareas de reforestación de la zona, subcontratados por Tragsa. De momento, señala este resinero, «no nos vamos a ir, porque seguimos pensando que es un sector en auge por los elevados precios del petróleo».

 

Turismo micológico

 

Otros productos relevantes son las setas –con una producción superior a las 11.000 toneladas recogidas solo en los montes de utilidad pública– y otra que suele ser ‘ignorada’ en este recuento del sector a pesar de los importantes beneficios que reporta: la ganadería extensiva, más de un millón de cabezas lanares en los montes de Castilla y León y más de 60.000 colmenas. También el corcho, con un valor global de producción de un millón de euros y 430 toneladas recogidas.

 

De todas estas producciones, la más difícil de valorar es la micológica, porque las setas también son objeto de aprovechamiento turístico y por ello el movimiento económico más importante que generan está asociado a la gente que se desplaza a zonas seteras y paga un permiso de recogida para vender las setas cosechadas o para consumo familiar. Así que, aunque se está empezando a llevar un control de estas prácticas (se concedieron más de 65.000 permisos en 2013), a día de hoy solo se dispone de estimaciones en montes públicos. Serían 14 millones de euros de producción primaria y 26 de industrial, cantidades a las que se sumarían otros 25 millones por el valor añadido alcanzado en el sector terciario.

 

 

 

 

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