Últimas noticias

Opinión

La falta de información contamina el debate ambiental

http://3.bp.blogspot.com/-yZMokxy2Z_w/UZFUDBIkA0I/AAAAAAAAe9Q/-3Djwyf6vsQ/s320/Carlos+Reboratti,+ge%C3%B3grafo+UBA.jpg¿Por qué se le niega el acceso a las sociedades de ambas orillas, tal cual es su derecho, a una información seria? Esto no quiere significar que con una buena información el conflicto quedaría solucionado, dado que a partir de la misma cada uno de los actores puede decidir qué hacer según sean sus intereses y convicciones, pero estaría fundada la base para un entendimiento.

BUENOS AIRES (14/10/2013).- La Argentina viene atravesando desde hace varios años varios conflictos que podríamos llamar socio-ambientales, esto es, conflictos que se generan dentro en la sociedad por el manejo que se hace del medio ambiente. Esto conflictos tocan temas tan diversos como la instalación de grandes proyectos mineros, la fumigación aérea, la construcción de obras de infraestructura o, como es el caso de la reavivada disputa en el río Uruguay, la instalación de industrias.

En todos los casos el tema de la información es de fundamental importancia: esta indicará el nivel y características del impacto que la actividad en cuestión generará sobre el ambiente y después de recibir una información que considere fidedigna, será el sector de la sociedad interesada en el tema la que deba determinar si está dispuesta a aceptarlo. Partiendo de la base de que no hay actividad humana que no genere un impacto ambiental, es usual que desde los organismos técnicos del Estado y basándose en estándares internacionalmente definidos, se definan niveles de aceptabilidad del impacto. Relacionando información y niveles de aceptabilidad, se podría determinar la responsabilidad de la empresa y eventualmente la obligación de reducirlo hasta niveles aceptables.

 

La información es, entonces, el punto clave en este tema, y también el de mayor controversia. En los conflictos socio-ambientales, en los que hay varios actores en acción (las empresas, los gobiernos, las ONG ambientalistas, los movimientos sociales locales), suele suceder que no existe una información veraz, fidedigna y aceptada por todos. ¿Porque sucede eso? Por una combinación que mezcla en diversas dosis y según las circunstancias ignorancia, incapacidad, mala fe, ingenuidad, astucia política y viveza criolla. Lo que está sucediendo en estos momentos con el pedido de UPM (ex Botnia) al gobierno uruguayo de ampliación de su producción es un buen ejemplo: aparecen datos contradictorios sobre el nivel de contaminación que produce la empresa generados por diversos actores y en diferentes medios de comunicación. Por lo general no está claramente indicado el origen de eso datos ni las características técnicas de su relevamiento (por ejemplo, es totalmente distinto que las muestras se recojan antes o después que los efluentes lleguen al río).

 

En este caso el tema es teóricamente de fácil solución: a partir de un acuerdo entre los dos países, se toman desde hace dos años tres muestras iguales en diferentes lugares, una la analiza la Argentina, otra el Uruguay y otra un organismo neutral. Lo ideal sería que se publicara en forma comparativa la serie de resultados obtenidos (hubo más de 25 momentos de muestra). Si estos coincidieran no habría problemas y si no coincidieran siempre está como árbitro al organismo de control externo. Sin embargo nadie parece haber reparado en esa posibilidad, y cada uno de los actores de lo que se parece cada vez a una repetición de una comedia, se emperra en utilizar “sus” datos y negar los del otro.

 

¿Por qué se le niega el acceso a las sociedades de ambas orillas, tal cual es su derecho, a una información seria? Esto no quiere significar que con una buena información el conflicto quedaría solucionado, dado que a partir de la misma cada uno de los actores puede decidir qué hacer según sean sus intereses y convicciones, pero estaría fundada la base para un entendimiento.

 

Por Carlos Reboratti/ CONICET-UBA

Fuente: Clarin 14/10/13

 

Artículos relacionados